23 de abril de 2021

Paciente crítico de 47 años afectado por el Covid-19 debió ser rescatado desde Calama con sistema ECMO

Se trata de la última instancia para salvar un enfermo, cuando el grave daño en los pulmones no permite que absorban el oxígeno y los especialistas proceden a oxigenar la sangre con esta tecnología. 

Más de 12 horas de intenso trabajo debió llevar a cabo un equipo de especialistas del Hospital Regional de Antofagasta, para lograr rescatar a un paciente de 47 años que se encontraba internado grave en el Hospital de Calama, tras contagiarse con Covid-19. Debido a su estado crítico, aunque era asistido con ventilación mecánica, ya no era posible sostenerlo con vida. 


El Dr. Andrés Pumarino, cirujano cardiovascular del Hospital Regional de Antofagasta, explicó “hemos vivido una larga jornada, partimos la preparación cerca de las 2:00 de la tarde en el hospital. Nos solicitaron que lo fuéramos a rescatar, que es el nombre que se utiliza, que consiste en colocar una máquina, que es la famosa ECMO”. 


“En el fondo es un pulmón artificial que permite sacar la sangre del paciente, oxigenarla y devolvérsela a través de unas cánulas especiales que se utilizan en estos casos”, aclara el Dr. Pumarino, además detalla “se coloca una cánula o una manguera a través de la vena yugular y otra cánula a través de la vena femoral. Entonces, por una sale la sangre que está completamente casi sin oxígeno, pasa a esta membrana u oxigenador artificial o pulmón artificial, la sangre se enriquece de oxígeno y es devuelta al lado derecho del corazón para seguir su circulación normal”. 


El traslado se realizó en dos vehículos, consistentes en una ambulancia especialmente equipada para este tipo de trabajos y una camioneta de respaldo. Debido a que los pacientes pueden sufrir descompensaciones durante el traslado.


María José Oporto, enfermera reanimadora del SAMU Antofagasta, señaló “durante el trayecto tuvieron que utilizarse ciertos medicamentos para estabilizarlo. Además, hay que preocuparse de mantener una velocidad constante, de que la velocidad no desestabilice al paciente, porque cualquier movimiento nos puede conllevar a que el paciente decaiga”.


Se trata del tercer traslado que se hace de estas características desde Calama. El Dr. Javier Labbé, jefe de la Unidad Cardiovascular del Hospital Regional, expresó “los dos anteriores que tenemos, los hemos podido sacar con vida de esta máquina, esperemos tener la misma suerte con este enfermo. La verdad es que no lo sabemos, recién estamos empezando y se vienen dos o tres semanas duras con él, intentando sacarlo de esta grave condición”. 


Un traslado delicado que requirió de un equipo compuesto por dos cirujanos, uno cardiovascular y uno general, un anestesista, un perfusionista y la instrumentista.


Pamela Aros, instrumentista cardiovascular del Hospital Regional, finalmente indicó “es agotador, venimos cansados, pero lo que nos vamos a llevar de esta situación, al menos para mí, es ver a los familiares del paciente que nos miraron con esperanza”.