En el marco del Día Mundial de las Abejas, que se conmemoró el pasado 20 de mayo, la organización civil sin fines de lucro Bee:Wild, publicó un informe que revela las amenazas emergentes que podrían extinguirlas y también afectar a otros polinizadores. De acuerdo con el estudio científico, se identificaron 12 amenazas principales que puede acelerar la pérdida de estos en los próximos 5 a 15 años. Además de elementos obvios como la contaminación, por ejemplo, también encontraron que las zonas de guerra, los antibióticos e incluso el exceso de luz, como factores de riesgo para estos insectos. Simon Potts, académico de la Universidad de Reading (Reino Unido) experto en biodiversidad y autor principal del estudio, expresó que “identificar nuevas amenazas y encontrar formas de proteger a los polinizadores de manera temprana es clave para prevenir futuros descensos importantes”. “Los polinizadores son fundamentales para nuestros sistemas alimentarios, la resiliencia climática y la seguridad económica. Protegerlos significa protegernos a nosotros mismos “, añadió en un comunicado. Las 12 amenazas que podrían extinguir a las abejas 1. Simplificación de cultivos debido a los conflictos: las guerras afectan la utilización de los suelos y reducen la variedad de cultivos, lo que afecta directamente a los polinizadores. 2. Los microplásticos: estas pequeñas partículas de plástico, presentes ya en el agua, el aire, las plantas e incluso los humanos, pueden reducir la salud y la vida útil de las abejas. 3. Plantación de árboles mal planificada: plantar muchos árboles para ayudar al planeta, sin la planificación adecuada, puede hacerle más daño, especialmente a los polinizadores. 4. Los antibióticos: estos medicamentos contaminan el medio ambiente y pueden cambiar el comportamiento de las abejas. 5. Contaminación del aire: las emisiones dificultan la supervivencia y la reproducción de los insectos. 6. La agricultura en interiores: el aumento del cultivo en espacios cerrados reduce los hábitats naturales de las abejas silvestres. 7. Minería de metales: el aumento de la demanda en la minería de materiales como el litio y el cobalto, utilizados en baterías, daña la tierra y el agua. 8. Cócteles de pesticidas: los grandes productores usan distintos pesticidas puede debilitar a los polinizadores. 9. Contaminación lumínica: las luces artificiales brillantes durante la noche confunden a los polinizadores, como las polillas, por ejemplo. 10. Los metales pesados: la contaminación de los metales tóxicos, como el cadmio y el mercurio, puede dañar la salud, el comportamiento y la supervivencia de las abejas. 11. Incendios forestales: los incendios forestales, cada vez más frecuentes, destruyen los hábitats de los polinizadores, lo que dificulta su recuperación. 12. Pérdida regional del monitoreo de pesticidas: sin un seguimiento adecuado, el exceso de pesticidas dañinos mata polinizadores y elimina recursos florales. ¿Qué se puede hacer? La Dra. Deepa Senapathi, jefa del Departamento de Gestión Sostenible de Tierras de la Universidad de Reading y coautora del informe, dijo que y a existen soluciones prácticas que se pueden implementar para no seguir perdiendo a los polinizadores. “Las oportunidades más prometedoras son aquellas que abordan múltiples problemas a la vez. Una acción centrada y decidida podría frenar significativamente e incluso revertir el declive de los polinizadores, creando a la vez entornos que beneficien tanto a la naturaleza como a las personas”, planteó. “Necesitamos mantener, gestionar y mejorar nuestros hábitats naturales para crear espacios seguros para los polinizadores. Acciones individuales, como proporcionar alimento y zonas de anidación en nuestros propios jardines, pueden ser de gran ayuda. Pero los cambios en las políticas y las acciones individuales deben ir de la mano”, añadió. El informe entregó varias posibles soluciones para evitar la pérdida de las abejas, pero destacaron 5 como puntos clave. Estas son: 1. Poner leyes más estrictas que limiten la contaminación por antibióticos. 2. Transicionar a vehículos eléctricos para reducir las emisiones. 3. Producir cultivos con polen y néctar mejorados para que los polinizadores se nutran mejor. 4. Crear hábitats ricos en flores. 5. Desarrollar tratamientos basados en ARNi (ácido ribonucleico) para los cultivos, que atacan las plagas sin dañar a los polinizadores.
Cuando pensamos en el futuro de la agricultura, solemos imaginar tecnologías avanzadas como drones o sistemas automatizados que monitorean cultivos. Sin embargo, un desarrollo reciente que promete ser una revolución con un paso más allá: una abeja robótica capaz de polinizar plantas con la misma precisión que sus contrapartes naturales y, además, realizar maniobras aéreas que harían sonrojar a un piloto de acrobacias aéreas. Creada por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), esta pequeña maravilla tecnológica pesa menos de un gramo, aletea con una eficacia asombrosa y podría marcar un antes y un después en la producción agrícola sostenible. El diseño de esta abeja robótica toma lo mejor de la naturaleza y lo combina con innovaciones en ingeniería. Las abejas reales, pequeñas pero poderosas, son conocidas por su capacidad para realizar maniobras complejas, incluso en condiciones adversas. Pueden sortear ráfagas de viento, evitar depredadores y posarse en flores en movimiento, todo mientras polinizan millones de plantas esenciales para nuestra dieta. Recrear esta agilidad en un dispositivo robótico no es tarea fácil. Los materiales y estructuras tradicionales utilizados en robots pequeños tienden a ser frágiles y de corta duración. Hasta ahora, los microvehículos aéreos (o MAV, por sus siglas en inglés) podían mantenerse en el aire apenas unos segundos antes de perder estabilidad. Una de las aplicaciones más emocionantes de esta tecnología es la posibilidad de desarrollar cultivos 100 % en interiores. Como un almacén multinivel lleno de frutas y verduras, donde estas pequeñas abejas robóticas trabajan en perfecta sincronía, polinizando con precisión y maximizando el rendimiento por metro cuadrado. La abeja robótica desarrollada por el MIT rompe con estas limitaciones. Según los investigadores, el dispositivo puede sostenerse en vuelo durante más de 1.000 segundos, recorrer trayectorias complejas y alcanzar velocidades de hasta 30 centímetros por segundo. En otras palabras, es 100 veces más eficiente que sus predecesores. ¿El secreto? Un diseño revolucionario Gran parte del éxito de este robot radica en un cambio de paradigma en su diseño. Mientras que los modelos anteriores utilizaban múltiples alas, el nuevo prototipo incorpora una sola ala orientada hacia arriba. Esta configuración, lejos de ser un simple ajuste estético, tiene implicaciones significativas: Mejora la estabilidad durante el vuelo. Incrementa las fuerzas de elevación, esenciales para maniobras ágiles. Reduce las interferencias entre componentes mecánicos. Aumenta la durabilidad del dispositivo. Además, este diseño deja espacio para integrar componentes electrónicos que permiten un control más preciso. En términos simples, es como pasar de una bicicleta simple a un avión diseñado para maniobras de alta precisión. La polinización del futuro Uno de los objetivos principales de esta abeja robótica es revolucionar la manera en que polinizamos los cultivos. En la actualidad, gran parte de esta tarea depende de abejas naturales, cuyos números han estado en declive debido a factores como el cambio climático, los pesticidas y la pérdida de hábitats. El dispositivo supera los límites de los robots aéreos existentes: vuela 100 veces más rápido que los modelos previos y es capaz de mantenerse en el aire por más de 1.000 segundos. Incluso, puede alcanzar velocidades de 30 centímetros por segundo mientras ejecuta giros y acrobacias complejas. La polinización artificial mediante robots no solo podría aliviar la presión sobre las abejas, sino que también permitiría desarrollar sistemas de cultivo completamente controlados. Imaginemos almacenes diseñados para maximizar la producción de frutas y verduras en espacios reducidos. Estos entornos, al estar monitoreados a través de sistemas cerrados, permitirían un uso más eficiente de los recursos, reduciendo al mínimo el impacto ambiental. Por ejemplo, un almacén cerrado podría reciclar agua y nutrientes, eliminar la necesidad de pesticidas y crear las condiciones óptimas para cada tipo de planta. Todo esto con la ayuda de estas pequeñas abejas robóticas, que trabajarían incansablemente para garantizar una producción eficiente y sostenible. Un avance con potencial global Aunque el desarrollo de esta tecnología aún está en sus primeras etapas, las posibilidades que ofrece son prometedoras. Según los investigadores, este tipo de robots podría ser clave para enfrentar desafíos agrícolas globales, como la demanda creciente de alimentos y la necesidad de reducir los impactos ambientales de la producción. Además, estos dispositivos tienen aplicaciones más allá de la agricultura. Su capacidad para realizar maniobras aéreas complejas y operar en espacios reducidos los hace ideales para inspecciones industriales, búsqueda y rescate, e incluso exploración en entornos hostiles como Marte. A pesar de su potencial, la abeja robótica también plantea preguntas éticas y prácticas. ¿Es esta una solución complementaria o un reemplazo para las abejas naturales? ¿Qué implicancias tendría depender de robots en lugar de restaurar los ecosistemas naturales? Por ahora, esta tecnología se perfila como una herramienta valiosa, no como un sustituto total. Las abejas reales siguen siendo insustituibles en términos de biodiversidad y equilibrio ecológico, pero los robots podrían ofrecer una red de seguridad frente a las crecientes amenazas que enfrentan estos pequeños polinizadores.
En el marco del Día Mundial de las Abejas, que se conmemoró el pasado 20 de mayo, la organización civil sin fines de lucro Bee:Wild, publicó un informe que revela las amenazas emergentes que podrían extinguirlas y también afectar a otros polinizadores. De acuerdo con el estudio científico, se identificaron 12 amenazas principales que puede acelerar la pérdida de estos en los próximos 5 a 15 años. Además de elementos obvios como la contaminación, por ejemplo, también encontraron que las zonas de guerra, los antibióticos e incluso el exceso de luz, como factores de riesgo para estos insectos. Simon Potts, académico de la Universidad de Reading (Reino Unido) experto en biodiversidad y autor principal del estudio, expresó que “identificar nuevas amenazas y encontrar formas de proteger a los polinizadores de manera temprana es clave para prevenir futuros descensos importantes”. “Los polinizadores son fundamentales para nuestros sistemas alimentarios, la resiliencia climática y la seguridad económica. Protegerlos significa protegernos a nosotros mismos “, añadió en un comunicado. Las 12 amenazas que podrían extinguir a las abejas 1. Simplificación de cultivos debido a los conflictos: las guerras afectan la utilización de los suelos y reducen la variedad de cultivos, lo que afecta directamente a los polinizadores. 2. Los microplásticos: estas pequeñas partículas de plástico, presentes ya en el agua, el aire, las plantas e incluso los humanos, pueden reducir la salud y la vida útil de las abejas. 3. Plantación de árboles mal planificada: plantar muchos árboles para ayudar al planeta, sin la planificación adecuada, puede hacerle más daño, especialmente a los polinizadores. 4. Los antibióticos: estos medicamentos contaminan el medio ambiente y pueden cambiar el comportamiento de las abejas. 5. Contaminación del aire: las emisiones dificultan la supervivencia y la reproducción de los insectos. 6. La agricultura en interiores: el aumento del cultivo en espacios cerrados reduce los hábitats naturales de las abejas silvestres. 7. Minería de metales: el aumento de la demanda en la minería de materiales como el litio y el cobalto, utilizados en baterías, daña la tierra y el agua. 8. Cócteles de pesticidas: los grandes productores usan distintos pesticidas puede debilitar a los polinizadores. 9. Contaminación lumínica: las luces artificiales brillantes durante la noche confunden a los polinizadores, como las polillas, por ejemplo. 10. Los metales pesados: la contaminación de los metales tóxicos, como el cadmio y el mercurio, puede dañar la salud, el comportamiento y la supervivencia de las abejas. 11. Incendios forestales: los incendios forestales, cada vez más frecuentes, destruyen los hábitats de los polinizadores, lo que dificulta su recuperación. 12. Pérdida regional del monitoreo de pesticidas: sin un seguimiento adecuado, el exceso de pesticidas dañinos mata polinizadores y elimina recursos florales. ¿Qué se puede hacer? La Dra. Deepa Senapathi, jefa del Departamento de Gestión Sostenible de Tierras de la Universidad de Reading y coautora del informe, dijo que y a existen soluciones prácticas que se pueden implementar para no seguir perdiendo a los polinizadores. “Las oportunidades más prometedoras son aquellas que abordan múltiples problemas a la vez. Una acción centrada y decidida podría frenar significativamente e incluso revertir el declive de los polinizadores, creando a la vez entornos que beneficien tanto a la naturaleza como a las personas”, planteó. “Necesitamos mantener, gestionar y mejorar nuestros hábitats naturales para crear espacios seguros para los polinizadores. Acciones individuales, como proporcionar alimento y zonas de anidación en nuestros propios jardines, pueden ser de gran ayuda. Pero los cambios en las políticas y las acciones individuales deben ir de la mano”, añadió. El informe entregó varias posibles soluciones para evitar la pérdida de las abejas, pero destacaron 5 como puntos clave. Estas son: 1. Poner leyes más estrictas que limiten la contaminación por antibióticos. 2. Transicionar a vehículos eléctricos para reducir las emisiones. 3. Producir cultivos con polen y néctar mejorados para que los polinizadores se nutran mejor. 4. Crear hábitats ricos en flores. 5. Desarrollar tratamientos basados en ARNi (ácido ribonucleico) para los cultivos, que atacan las plagas sin dañar a los polinizadores.
Cuando pensamos en el futuro de la agricultura, solemos imaginar tecnologías avanzadas como drones o sistemas automatizados que monitorean cultivos. Sin embargo, un desarrollo reciente que promete ser una revolución con un paso más allá: una abeja robótica capaz de polinizar plantas con la misma precisión que sus contrapartes naturales y, además, realizar maniobras aéreas que harían sonrojar a un piloto de acrobacias aéreas. Creada por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), esta pequeña maravilla tecnológica pesa menos de un gramo, aletea con una eficacia asombrosa y podría marcar un antes y un después en la producción agrícola sostenible. El diseño de esta abeja robótica toma lo mejor de la naturaleza y lo combina con innovaciones en ingeniería. Las abejas reales, pequeñas pero poderosas, son conocidas por su capacidad para realizar maniobras complejas, incluso en condiciones adversas. Pueden sortear ráfagas de viento, evitar depredadores y posarse en flores en movimiento, todo mientras polinizan millones de plantas esenciales para nuestra dieta. Recrear esta agilidad en un dispositivo robótico no es tarea fácil. Los materiales y estructuras tradicionales utilizados en robots pequeños tienden a ser frágiles y de corta duración. Hasta ahora, los microvehículos aéreos (o MAV, por sus siglas en inglés) podían mantenerse en el aire apenas unos segundos antes de perder estabilidad. Una de las aplicaciones más emocionantes de esta tecnología es la posibilidad de desarrollar cultivos 100 % en interiores. Como un almacén multinivel lleno de frutas y verduras, donde estas pequeñas abejas robóticas trabajan en perfecta sincronía, polinizando con precisión y maximizando el rendimiento por metro cuadrado. La abeja robótica desarrollada por el MIT rompe con estas limitaciones. Según los investigadores, el dispositivo puede sostenerse en vuelo durante más de 1.000 segundos, recorrer trayectorias complejas y alcanzar velocidades de hasta 30 centímetros por segundo. En otras palabras, es 100 veces más eficiente que sus predecesores. ¿El secreto? Un diseño revolucionario Gran parte del éxito de este robot radica en un cambio de paradigma en su diseño. Mientras que los modelos anteriores utilizaban múltiples alas, el nuevo prototipo incorpora una sola ala orientada hacia arriba. Esta configuración, lejos de ser un simple ajuste estético, tiene implicaciones significativas: Mejora la estabilidad durante el vuelo. Incrementa las fuerzas de elevación, esenciales para maniobras ágiles. Reduce las interferencias entre componentes mecánicos. Aumenta la durabilidad del dispositivo. Además, este diseño deja espacio para integrar componentes electrónicos que permiten un control más preciso. En términos simples, es como pasar de una bicicleta simple a un avión diseñado para maniobras de alta precisión. La polinización del futuro Uno de los objetivos principales de esta abeja robótica es revolucionar la manera en que polinizamos los cultivos. En la actualidad, gran parte de esta tarea depende de abejas naturales, cuyos números han estado en declive debido a factores como el cambio climático, los pesticidas y la pérdida de hábitats. El dispositivo supera los límites de los robots aéreos existentes: vuela 100 veces más rápido que los modelos previos y es capaz de mantenerse en el aire por más de 1.000 segundos. Incluso, puede alcanzar velocidades de 30 centímetros por segundo mientras ejecuta giros y acrobacias complejas. La polinización artificial mediante robots no solo podría aliviar la presión sobre las abejas, sino que también permitiría desarrollar sistemas de cultivo completamente controlados. Imaginemos almacenes diseñados para maximizar la producción de frutas y verduras en espacios reducidos. Estos entornos, al estar monitoreados a través de sistemas cerrados, permitirían un uso más eficiente de los recursos, reduciendo al mínimo el impacto ambiental. Por ejemplo, un almacén cerrado podría reciclar agua y nutrientes, eliminar la necesidad de pesticidas y crear las condiciones óptimas para cada tipo de planta. Todo esto con la ayuda de estas pequeñas abejas robóticas, que trabajarían incansablemente para garantizar una producción eficiente y sostenible. Un avance con potencial global Aunque el desarrollo de esta tecnología aún está en sus primeras etapas, las posibilidades que ofrece son prometedoras. Según los investigadores, este tipo de robots podría ser clave para enfrentar desafíos agrícolas globales, como la demanda creciente de alimentos y la necesidad de reducir los impactos ambientales de la producción. Además, estos dispositivos tienen aplicaciones más allá de la agricultura. Su capacidad para realizar maniobras aéreas complejas y operar en espacios reducidos los hace ideales para inspecciones industriales, búsqueda y rescate, e incluso exploración en entornos hostiles como Marte. A pesar de su potencial, la abeja robótica también plantea preguntas éticas y prácticas. ¿Es esta una solución complementaria o un reemplazo para las abejas naturales? ¿Qué implicancias tendría depender de robots en lugar de restaurar los ecosistemas naturales? Por ahora, esta tecnología se perfila como una herramienta valiosa, no como un sustituto total. Las abejas reales siguen siendo insustituibles en términos de biodiversidad y equilibrio ecológico, pero los robots podrían ofrecer una red de seguridad frente a las crecientes amenazas que enfrentan estos pequeños polinizadores.