En el ámbito del teatro nacional chileno, dos obras emblemáticas como “La Pérgola de las Flores” y “La Negra Ester” destacan por su exploración de temáticas vinculadas a la tradición del país, sumergiéndose en distintas etapas del costumbrismo criollo a través de la actuación y la música. El clásico “La Pérgola de Las Flores” dio el salto al cine en 1965, mientras que “Me rompiste el corazón” llega a la pantalla grande este 21 de agosto con una versión que revive la apasionada historia de amor entre el folclorista Roberto Parra Sandoval -hermano de Violeta y Nicanor- y la Negra Ester, personaje icónico de “Las luces del puerto”, un prostíbulo que evoca la bohemia de los años cuarenta. Bajo la dirección de Andrés Pérez Araya, la obra se ha convertido con el tiempo en un referente del teatro chileno, gracias al montaje de la compañía Gran Circo Teatro. Basada en “Las décimas de ‘La Negra Ester’” escritas por el versátil Roberto Parra, la versión cinematográfica a cargo del director Boris Quercia, quien también participó como actor en la obra original, promete ser una cinta llena de matices y atractivos. Según Quercia, “La película está contada desde varios puntos temporales. Lo bonito es que uno entra en la historia igual, porque una película es un juego y si el espectador entra en el juego, lo pasa bien. El juego es pasar por toda la obra de Parra, por todos sus oficios. Siempre fue una persona muy conectada con el Chile popular”. “La Negra Ester” es originalmente un musical autobiográfico escrito en décimas en 1971 por Roberto Parra. El protagonista -el propio autor- es un guitarrista enamoradizo que se encuentra con “La Negra Ester”, por quien siente un amor apasionado. Tras idas y vueltas entre ilusiones y desengaños, reencuentros y abandonos, el sufrimiento se desata cuando ella lo abandona, reflejado en la música y tribulaciones de Parra. El elenco de la película está encabezado por Daniel Muñoz como Roberto Parra y Carmen Gloria Bresky como “La Negra Ester”, junto a otros talentosos actores como Maricarmen Arrigorriaga, Carolina Paulsen, Gustavo Becerra, Nicanor Henríquez, Juan Carlos Maldonado y César Sepúlveda interpretando a Nicanor Parra. Con más de 20 años de gestación, Quercia confiesa que este proyecto era parte importante de su vida profesional al conocer a Roberto Parra durante cortos para la obra teatral ‘La Negra Ester’. Destaca que la película es más que la historia de un músico; es un relato sobre un hombre roto y un Chile que canta para no llorar. Desea que “Me rompiste el corazón” transmita el amor sin filtros, tal como se vive en los bajos fondos chilenos. Recordando los orígenes del proyecto, Quercia menciona: “Alguna vez cerca del año 92, Raúl Ruiz habló con Andrés Pérez porque quería hacer la película de ‘La Negra Ester’. Él quería ambientarla en un pueblo del sur de Italia. Qué se yo qué hubiera hecho, porque era un genio”. Sobre las expectativas para la cinta, Quercia comenta: “Estoy acostumbrado a no esperar nada... Lo que sea para la película es algo que se construirá con el público que la vea. Nosotros ya hicimos nuestro trabajo”. Así, este debut revitaliza una historia entrañable para el público chileno. Fuente: Publimetro
Enviar memes a tu pareja puede parecer un gesto trivial, pero varios estudios recientes demuestran que este simple acto digital tiene un impacto significativo en el fortalecimiento del vínculo emocional y la conexión diaria. En un mundo donde gran parte de la comunicación ocurre a través de una pantalla, los memes se han convertido en herramientas afectivas más poderosas de lo que muchos creen. El poder del humor compartido en las relaciones El profesor Jeffrey A. Hall, de la Universidad de Kansas, ha dedicado años a estudiar el papel del humor en las relaciones románticas. En un estudio publicado en Communication Monographs, concluyó que el humor compartido, especialmente cuando se trata de bromas internas o contenido exclusivo entre dos personas, como los memes, refuerza la sensación de conexión emocional. No se trata simplemente de reírse juntos, sino de desarrollar un lenguaje común. Ese lenguaje incluye imágenes con subtítulos absurdos, clips virales y capturas de pantalla con referencias que solo la pareja entiende. Este tipo de interacción, aparentemente superficial, puede convertirse en uno de los pilares que ayudan a fortalecer la relación con el paso del tiempo. Memes como lenguaje interno entre parejas Compartir memes crea un lenguaje interno único entre los miembros de una relación. Esta forma de comunicación permite construir una identidad compartida, un elemento fundamental para la intimidad duradera. Según el estudio publicado en The Journal of Social and Personal Relationships, las parejas que mantienen rituales digitales cotidianos, como enviarse memes, muestran mayores niveles de satisfacción y cercanía emocional. El humor funciona como un amortiguador durante momentos de tensión. Un meme gracioso enviado en medio de un malentendido puede suavizar el ambiente, relajar los ánimos y abrir la puerta a una conversación más empática. Además, cada meme compartido lleva un mensaje implícito: “esto me hizo pensar en ti”, lo cual fortalece el vínculo y da sensación de reciprocidad. Las parejas jóvenes lideran esta tendencia Entre los jóvenes de 18 a 35 años, enviar memes a tu pareja es una forma predominante de mostrar cariño y atención diaria. Ya no se trata solo de llamadas o mensajes largos, sino de microinteracciones constantes que mantienen viva la chispa. Esta generación ha incorporado los memes como parte de su expresión emocional, una evolución natural del lenguaje digital contemporáneo. En plataformas como TikTok, Instagram o WhatsApp, es habitual ver parejas que se etiquetan, se envían clips absurdos o se ríen de publicaciones que representan sus dinámicas. En muchos casos, estas piezas de contenido se convierten en referencias internas, en bromas privadas que solo ellos entienden, lo cual crea una complicidad silenciosa que refuerza el lazo. Una herramienta para fortalecer la relación en la era digital Estudios como el de Psychology Today y artículos publicados en The Conversation coinciden en que los memes son más que entretenimiento. Funcionan como herramientas psicológicas que ayudan a mantener la relación alineada emocionalmente, con un toque de ligereza y espontaneidad. Este tipo de interacción no reemplaza las conversaciones profundas ni el contacto físico, pero sí suma puntos en la acumulación de gestos positivos cotidianos. En la práctica, cada meme compartido se convierte en una pequeña dosis de validación emocional que dice: “te entiendo”, “te conozco” o “sé que esto te va a hacer reír”.
A pesar de que el amor es una experiencia puramente subjetiva y emocional, en el fondo, su origen es completamente biológico. Detrás de todos los sentimientos que nos desbordan cuando nos enamoramos (ya sea a primera, segunda o tercera vista), existe un proceso neuroquímico en el que intervienen varias sustancias, principalmente la dopamina, la oxitocina y la serotonina. cómo consiguen estos compuestos tan simple crear las famosas “mariposas en el estómago”. DOPAMINA, DE LA ATRACCIÓN Y LA RECOMPENSA Como todo, el enamoramiento también tiene una serie de pasos, y el primero está protagonizado por un pequeño neurotransmisor fundamental en el sistema de recompensa cerebral: la dopamina. Este sistema, ubicado en el circuito mesolímbico, es el responsable de generar y producir el placer y la motivación cuando una persona experimenta algo de lo que disfruta, como comer, escuchar música o, como puedes imaginar, enamorarse. ¿Cómo ocurre este primer paso? Sencillo: cuando vemos a alguien del que nos sentimos atraídos, nuestro hipotálamo activa la liberación de dopamina en el núcleo accumbens, una región cerebral muy estrechamente asociada al placer y a la recompensa. Esta es sintetizada en ese núcleo, a partir del aminoácido tirosina, el cual se convierte en L-DOPA, antes de transformarse de nuevo en la dopamina funcional. Y la síntesis de dopamina es sinónimo de muchas cosas. De euforia, de energía, de fijación, de deseo o de comportamiento adictivo. Por ejemplo, cuando estás en frente a alguien que te gusta, tiendes a sentir una gran emoción, tu cerebro asocia su presencia al placer, te incita a buscar su compañía y, de hecho, pueden llegarse a observar patrones muy similares a los observados en la adicción a sustancias como la cocaína, ya que el circuito de recompensa se activa de manera parecida. No obstante, para bien o para mal, la síntesis de dopamina es solo una fase. Con el tiempo, el cerebro deja de liberar grandes cantidades de dopamina en respuesta a la misma persona, lo que nos lleva a un estado de amor más estable, sano e independiente. Y, justo aquí, es donde entra en juego la oxitocina. OXITOCINA, DEL APEGO EMOCIONAL Así, a medida que avanza la relación, la euforia inicial de la dopamina da paso a una sensación mucho más profunda de conexión y apego. Se trata de una situación estable donde la protagonista es la oxitocina, una neurohormona que se produce en el hipotálamo y que es liberada por la hipófisis posterior. Concretamente, la oxitocina tiende a liberarse en cantidades enormes durante el contacto físico, especialmente en situaciones de intimidad, como los abrazos, los besos y las relaciones sexuales. De esta forma, una vez liberada, se une directamente a receptores en la amígdala y el núcleo accumbens, lo que da lugar a que se la persona experimente sentimientos relacionados con el apego, la confianza y la reducción del miedo, del estrés o la ansiedad. Incluso, en estudios con roedores monógamos, se ha observado que los niveles altos de oxitocina promueven la exclusividad y la fidelidad en las relaciones. La oxitocina tiende a liberarse en cantidades enormes durante el contacto físico, especialmente en situaciones de intimidad, como los abrazos, los besos y las relaciones sexuales. Además, la oxitocina está estrechamente relacionada con otra hormona llamada vasopresina que, en palabras simples, promueve sentimientos relacionados con el refuerzo de los lazos de pareja y la aparición de conductas de protección y compromiso a largo plazo. Es decir, sin oxitocina, el amor romántico perdería por completo su estabilidad: al final, es la hormona que nos permite vincularnos emocionalmente a nuestra pareja más allá de esa atracción inicial. SEROTONINA, DEL EQUILIBRIO EMOCIONAL Y, mientras la dopamina nos impulsa a buscar el placer, y la oxitocina refuerza el compromiso con la pareja, la serotonina juega un papel clave en la regulación del estado de ánimo. Se trata de una hormona sintetizada a partir del triptófano, un aminoácido que se encuentra en ciertos alimentos y cuya producción ocurre principalmente en las neuronas del núcleo del rafe, desde donde se distribuye al resto de las regiones cerebrales. La serotonina tiende a aumentar a lo largo que la relación avanza, permitiéndonos recuperar el equilibrio emocional. Curiosamente, durante las primeras fases del enamoramiento, los niveles de serotonina están significativamente bajos y, mientras la relación se estabiliza, estos tienden a ir subiendo de manera progresiva. ¿Cuáles son las consecuencias de esto? Pues, justamente, esa primera reducción genera un comportamiento similar al observado en personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), lo que explica por qué en esta fase del amor pensamos constantemente en la persona amada, sentimos una gran necesidad de contacto o, incluso, llegamos a experimentar ansiedad cuando no estamos cerca de ella. Pero, tranquilo, al igual que con las otras dos hormonas, esta tampoco se mantiene inmutable. Como ya adelantamos, la serotonina tiende a aumentar a lo largo que la relación avanza, permitiéndonos recuperar el equilibrio emocional. Es justo en ese punto cuando el amor deja de ser una obsesión : la dopamina baja, la oxitocina sube y la serotonina se estabiliza. Parece que esas son las claves químicas para una relación estable y madura.
En el ámbito del teatro nacional chileno, dos obras emblemáticas como “La Pérgola de las Flores” y “La Negra Ester” destacan por su exploración de temáticas vinculadas a la tradición del país, sumergiéndose en distintas etapas del costumbrismo criollo a través de la actuación y la música. El clásico “La Pérgola de Las Flores” dio el salto al cine en 1965, mientras que “Me rompiste el corazón” llega a la pantalla grande este 21 de agosto con una versión que revive la apasionada historia de amor entre el folclorista Roberto Parra Sandoval -hermano de Violeta y Nicanor- y la Negra Ester, personaje icónico de “Las luces del puerto”, un prostíbulo que evoca la bohemia de los años cuarenta. Bajo la dirección de Andrés Pérez Araya, la obra se ha convertido con el tiempo en un referente del teatro chileno, gracias al montaje de la compañía Gran Circo Teatro. Basada en “Las décimas de ‘La Negra Ester’” escritas por el versátil Roberto Parra, la versión cinematográfica a cargo del director Boris Quercia, quien también participó como actor en la obra original, promete ser una cinta llena de matices y atractivos. Según Quercia, “La película está contada desde varios puntos temporales. Lo bonito es que uno entra en la historia igual, porque una película es un juego y si el espectador entra en el juego, lo pasa bien. El juego es pasar por toda la obra de Parra, por todos sus oficios. Siempre fue una persona muy conectada con el Chile popular”. “La Negra Ester” es originalmente un musical autobiográfico escrito en décimas en 1971 por Roberto Parra. El protagonista -el propio autor- es un guitarrista enamoradizo que se encuentra con “La Negra Ester”, por quien siente un amor apasionado. Tras idas y vueltas entre ilusiones y desengaños, reencuentros y abandonos, el sufrimiento se desata cuando ella lo abandona, reflejado en la música y tribulaciones de Parra. El elenco de la película está encabezado por Daniel Muñoz como Roberto Parra y Carmen Gloria Bresky como “La Negra Ester”, junto a otros talentosos actores como Maricarmen Arrigorriaga, Carolina Paulsen, Gustavo Becerra, Nicanor Henríquez, Juan Carlos Maldonado y César Sepúlveda interpretando a Nicanor Parra. Con más de 20 años de gestación, Quercia confiesa que este proyecto era parte importante de su vida profesional al conocer a Roberto Parra durante cortos para la obra teatral ‘La Negra Ester’. Destaca que la película es más que la historia de un músico; es un relato sobre un hombre roto y un Chile que canta para no llorar. Desea que “Me rompiste el corazón” transmita el amor sin filtros, tal como se vive en los bajos fondos chilenos. Recordando los orígenes del proyecto, Quercia menciona: “Alguna vez cerca del año 92, Raúl Ruiz habló con Andrés Pérez porque quería hacer la película de ‘La Negra Ester’. Él quería ambientarla en un pueblo del sur de Italia. Qué se yo qué hubiera hecho, porque era un genio”. Sobre las expectativas para la cinta, Quercia comenta: “Estoy acostumbrado a no esperar nada... Lo que sea para la película es algo que se construirá con el público que la vea. Nosotros ya hicimos nuestro trabajo”. Así, este debut revitaliza una historia entrañable para el público chileno. Fuente: Publimetro
Enviar memes a tu pareja puede parecer un gesto trivial, pero varios estudios recientes demuestran que este simple acto digital tiene un impacto significativo en el fortalecimiento del vínculo emocional y la conexión diaria. En un mundo donde gran parte de la comunicación ocurre a través de una pantalla, los memes se han convertido en herramientas afectivas más poderosas de lo que muchos creen. El poder del humor compartido en las relaciones El profesor Jeffrey A. Hall, de la Universidad de Kansas, ha dedicado años a estudiar el papel del humor en las relaciones románticas. En un estudio publicado en Communication Monographs, concluyó que el humor compartido, especialmente cuando se trata de bromas internas o contenido exclusivo entre dos personas, como los memes, refuerza la sensación de conexión emocional. No se trata simplemente de reírse juntos, sino de desarrollar un lenguaje común. Ese lenguaje incluye imágenes con subtítulos absurdos, clips virales y capturas de pantalla con referencias que solo la pareja entiende. Este tipo de interacción, aparentemente superficial, puede convertirse en uno de los pilares que ayudan a fortalecer la relación con el paso del tiempo. Memes como lenguaje interno entre parejas Compartir memes crea un lenguaje interno único entre los miembros de una relación. Esta forma de comunicación permite construir una identidad compartida, un elemento fundamental para la intimidad duradera. Según el estudio publicado en The Journal of Social and Personal Relationships, las parejas que mantienen rituales digitales cotidianos, como enviarse memes, muestran mayores niveles de satisfacción y cercanía emocional. El humor funciona como un amortiguador durante momentos de tensión. Un meme gracioso enviado en medio de un malentendido puede suavizar el ambiente, relajar los ánimos y abrir la puerta a una conversación más empática. Además, cada meme compartido lleva un mensaje implícito: “esto me hizo pensar en ti”, lo cual fortalece el vínculo y da sensación de reciprocidad. Las parejas jóvenes lideran esta tendencia Entre los jóvenes de 18 a 35 años, enviar memes a tu pareja es una forma predominante de mostrar cariño y atención diaria. Ya no se trata solo de llamadas o mensajes largos, sino de microinteracciones constantes que mantienen viva la chispa. Esta generación ha incorporado los memes como parte de su expresión emocional, una evolución natural del lenguaje digital contemporáneo. En plataformas como TikTok, Instagram o WhatsApp, es habitual ver parejas que se etiquetan, se envían clips absurdos o se ríen de publicaciones que representan sus dinámicas. En muchos casos, estas piezas de contenido se convierten en referencias internas, en bromas privadas que solo ellos entienden, lo cual crea una complicidad silenciosa que refuerza el lazo. Una herramienta para fortalecer la relación en la era digital Estudios como el de Psychology Today y artículos publicados en The Conversation coinciden en que los memes son más que entretenimiento. Funcionan como herramientas psicológicas que ayudan a mantener la relación alineada emocionalmente, con un toque de ligereza y espontaneidad. Este tipo de interacción no reemplaza las conversaciones profundas ni el contacto físico, pero sí suma puntos en la acumulación de gestos positivos cotidianos. En la práctica, cada meme compartido se convierte en una pequeña dosis de validación emocional que dice: “te entiendo”, “te conozco” o “sé que esto te va a hacer reír”.
A pesar de que el amor es una experiencia puramente subjetiva y emocional, en el fondo, su origen es completamente biológico. Detrás de todos los sentimientos que nos desbordan cuando nos enamoramos (ya sea a primera, segunda o tercera vista), existe un proceso neuroquímico en el que intervienen varias sustancias, principalmente la dopamina, la oxitocina y la serotonina. cómo consiguen estos compuestos tan simple crear las famosas “mariposas en el estómago”. DOPAMINA, DE LA ATRACCIÓN Y LA RECOMPENSA Como todo, el enamoramiento también tiene una serie de pasos, y el primero está protagonizado por un pequeño neurotransmisor fundamental en el sistema de recompensa cerebral: la dopamina. Este sistema, ubicado en el circuito mesolímbico, es el responsable de generar y producir el placer y la motivación cuando una persona experimenta algo de lo que disfruta, como comer, escuchar música o, como puedes imaginar, enamorarse. ¿Cómo ocurre este primer paso? Sencillo: cuando vemos a alguien del que nos sentimos atraídos, nuestro hipotálamo activa la liberación de dopamina en el núcleo accumbens, una región cerebral muy estrechamente asociada al placer y a la recompensa. Esta es sintetizada en ese núcleo, a partir del aminoácido tirosina, el cual se convierte en L-DOPA, antes de transformarse de nuevo en la dopamina funcional. Y la síntesis de dopamina es sinónimo de muchas cosas. De euforia, de energía, de fijación, de deseo o de comportamiento adictivo. Por ejemplo, cuando estás en frente a alguien que te gusta, tiendes a sentir una gran emoción, tu cerebro asocia su presencia al placer, te incita a buscar su compañía y, de hecho, pueden llegarse a observar patrones muy similares a los observados en la adicción a sustancias como la cocaína, ya que el circuito de recompensa se activa de manera parecida. No obstante, para bien o para mal, la síntesis de dopamina es solo una fase. Con el tiempo, el cerebro deja de liberar grandes cantidades de dopamina en respuesta a la misma persona, lo que nos lleva a un estado de amor más estable, sano e independiente. Y, justo aquí, es donde entra en juego la oxitocina. OXITOCINA, DEL APEGO EMOCIONAL Así, a medida que avanza la relación, la euforia inicial de la dopamina da paso a una sensación mucho más profunda de conexión y apego. Se trata de una situación estable donde la protagonista es la oxitocina, una neurohormona que se produce en el hipotálamo y que es liberada por la hipófisis posterior. Concretamente, la oxitocina tiende a liberarse en cantidades enormes durante el contacto físico, especialmente en situaciones de intimidad, como los abrazos, los besos y las relaciones sexuales. De esta forma, una vez liberada, se une directamente a receptores en la amígdala y el núcleo accumbens, lo que da lugar a que se la persona experimente sentimientos relacionados con el apego, la confianza y la reducción del miedo, del estrés o la ansiedad. Incluso, en estudios con roedores monógamos, se ha observado que los niveles altos de oxitocina promueven la exclusividad y la fidelidad en las relaciones. La oxitocina tiende a liberarse en cantidades enormes durante el contacto físico, especialmente en situaciones de intimidad, como los abrazos, los besos y las relaciones sexuales. Además, la oxitocina está estrechamente relacionada con otra hormona llamada vasopresina que, en palabras simples, promueve sentimientos relacionados con el refuerzo de los lazos de pareja y la aparición de conductas de protección y compromiso a largo plazo. Es decir, sin oxitocina, el amor romántico perdería por completo su estabilidad: al final, es la hormona que nos permite vincularnos emocionalmente a nuestra pareja más allá de esa atracción inicial. SEROTONINA, DEL EQUILIBRIO EMOCIONAL Y, mientras la dopamina nos impulsa a buscar el placer, y la oxitocina refuerza el compromiso con la pareja, la serotonina juega un papel clave en la regulación del estado de ánimo. Se trata de una hormona sintetizada a partir del triptófano, un aminoácido que se encuentra en ciertos alimentos y cuya producción ocurre principalmente en las neuronas del núcleo del rafe, desde donde se distribuye al resto de las regiones cerebrales. La serotonina tiende a aumentar a lo largo que la relación avanza, permitiéndonos recuperar el equilibrio emocional. Curiosamente, durante las primeras fases del enamoramiento, los niveles de serotonina están significativamente bajos y, mientras la relación se estabiliza, estos tienden a ir subiendo de manera progresiva. ¿Cuáles son las consecuencias de esto? Pues, justamente, esa primera reducción genera un comportamiento similar al observado en personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), lo que explica por qué en esta fase del amor pensamos constantemente en la persona amada, sentimos una gran necesidad de contacto o, incluso, llegamos a experimentar ansiedad cuando no estamos cerca de ella. Pero, tranquilo, al igual que con las otras dos hormonas, esta tampoco se mantiene inmutable. Como ya adelantamos, la serotonina tiende a aumentar a lo largo que la relación avanza, permitiéndonos recuperar el equilibrio emocional. Es justo en ese punto cuando el amor deja de ser una obsesión : la dopamina baja, la oxitocina sube y la serotonina se estabiliza. Parece que esas son las claves químicas para una relación estable y madura.