El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado la firma de una orden ejecutiva que clasifica al fentanilo como un arma de destrucción masiva (WMD, por sus siglas en inglés). Este anuncio se realizó desde la Casa Blanca, en compañía de mandos militares y autoridades federales, marcando un cambio significativo en la forma en que el gobierno estadounidense aborda la crisis de sobredosis. En sus declaraciones, Trump afirmó que el fentanilo causa un daño mayor que un ataque convencional. Según citó su administración, entre 200 mil y 300 mil personas mueren cada año por esta sustancia. Esta decisión histórica implica que el fentanilo será tratado bajo el marco legal y de seguridad reservado para amenazas extremas, activando así todas las herramientas disponibles del Estado para combatir a las redes responsables de su producción y distribución. La designación del fentanilo como arma de destrucción masiva eleva el tema desde el ámbito de la política antidrogas tradicional hacia el de seguridad nacional, involucrando agencias de inteligencia, defensa y control financiero. En su discurso, Trump señaló que el fentanilo está afectando comunidades en Estados Unidos y lo vinculó directamente con cárteles y redes extranjeras. Con esta perspectiva, el problema ya no se presenta únicamente como una emergencia sanitaria, sino como una amenaza externa organizada. El gobierno argumenta que el impacto del fentanilo supera al de otras drogas ilegales debido a su potencia y al alto número de muertes asociadas, especialmente entre personas de entre 18 y 45 años, grupo identificado como el más afectado. Aunque no se han detallado todas las medidas derivadas de la orden ejecutiva, la clasificación como WMD podría facilitar diversas acciones para abordar esta problemática a nivel nacional. Fuente: Publimetro
La Casa Blanca ha sido testigo de un cambio drástico con la demolición del Ala Este, ordenada por el expresidente Donald Trump. Este acto radical se llevó a cabo para dar paso a un salón de baile en el que el expresidente ha estado obsesionado durante años, incluso desde la administración de Barack Obama. Imágenes satelitales y videos de la agencia The Associated Press revelan la magnitud de la destrucción en esta área construida por el presidente Theodore Roosevelt en 1902. La estructura de dos pisos que albergaba salones para cenas de Estado y oficinas, incluyendo el espacio de trabajo para las primeras damas y sus equipos, fue eliminada para dar paso al salón de baile propuesto. Este proyecto fue anunciado en julio con un costo inicial de 200 millones de dólares, una cifra que Trump actualizó públicamente a 250 millones y luego a alrededor de $300 millones la semana pasada. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, explicó que el aumento en el costo se debe a cambios necesarios para garantizar la modernidad y durabilidad del nuevo edificio. En sus propias palabras: “Los planes cambiaron cuando el presidente escuchó el consejo de los arquitectos y las empresas de construcción, los cuales dijeron que, para que esta Ala Este sea moderna y hermosa por muchos, muchos años, para que sea una estructura verdaderamente fuerte y estable, era necesaria esta fase uno en la que estamos”. La demolición ha generado críticas debido a la unilateralidad con la que Trump tomó la decisión y su deseo de dejar un legado en la Casa Blanca. A pesar de no contar con la aprobación de las agencias gubernamentales pertinentes, el proceso continuó sin previo aviso. El Fideicomiso Nacional para la Preservación Histórica expresó su preocupación por la falta de transparencia y participación pública en este proceso. Según ellos, este tipo de proyectos deberían permitir una revisión exhaustiva que involucre comentarios del público para garantizar una toma de decisiones informada. A pesar de las críticas, la Casa Blanca defendió el plan del salón de baile argumentando que se alinea con las adiciones históricas realizadas a lo largo de los más de 200 años de existencia del edificio. Los asesores presidenciales sostienen que este proyecto continúa esa tradición, aunque representaría la modificación más significativa hasta ahora. En medio del debate, Trump respondió a un periodista el miércoles afirmando: “Se lo he mostrado a todos los que querían escuchar”, refiriéndose a representaciones del salón que sostenía en el Despacho Oval. El Ala Este era fundamental para las operaciones diarias relacionadas con la primera dama y su equipo. Además, servía como punto central para visitantes y eventos públicos en la Casa Blanca. Con su demolición, estas operaciones han sido reubicadas temporalmente mientras se lleva a cabo la construcción del nuevo salón. Este ala también albergaba un búnker de emergencia y rodeaba el jardín Jacqueline Kennedy, nombrado en honor a la ex primera dama. La demolición ha generado controversia debido a su impacto en un lugar icónico lleno de historia y significado para Estados Unidos. Fuente: Publimetro
La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, confirmó este domingo que el presidente, Nicolás Maduro, le envió una carta a su homólogo estadounidense, Donald Trump, en la que dice estar abierto al diálogo. PUBLICIDAD Lee también | Donald Trump confirma que EE. UU. atacó otra presunta embarcación con drogas Rodríguez publicó la misiva en la aplicación de mensajería Telegram, la cual tiene fecha del 6 de septiembre de 2025. En la misma, se detalla que el país suramericano busca entablar conversaciones a través del enviado especial de Estados Unidos, Richard Grenell. “En la actualidad se han abierto muchas polémicas en torno a la relación de EE.UU. y Venezuela. En medio de estas polémicas hemos sido testigos de innumerables ‘fake news’ que circulan en los medios de comunicación”, se lee al inicio del escrito. Acto seguido, Maduro desmintió que se haya negado a aceptar el regreso de presos y pacientes de instituciones mentales venezolanos que fueron deportados del país norteamericano. Además, rechazó que su gobierno esté ligado con el narcotráfico y la mafia. PUBLICIDAD “Es el peor de los ´fake news´que se ha lanzado contra nuestro país para justificar una escalada a un conflicto armado que le haría un daño catastrófico a todo el continente”, expresó el líder de Venezuela invitando a Trump a “preservar la paz con diálogo y entendimiento en todo el hemisferio”. “Estos y otros temas siempre estarán abiertos para una conversación directa y franca con su enviado especial Rick Grenell, para superar los ruidos mediáticos y los ´fake news´”, añadió. Más temprano, el presidente estadounidense evitó confirmar si recibió la carta de Maduro. “Ya veremos qué pasa con Venezuela”, dijo a su salida de la Casa Blanca. En julio, el Departamento del Tesoro designó al “Cártel de los Soles” como organización terrorista global. Asimismo, se vinculó a Maduro a sus operaciones. Desde agosto, Estados Unidos ha interceptado cuatro embarcaciones adjudicadas supuestamente al narcotráfico en el Caribe, cerca de las costas venezolanas. Fuente: Publimetro
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado la firma de una orden ejecutiva que clasifica al fentanilo como un arma de destrucción masiva (WMD, por sus siglas en inglés). Este anuncio se realizó desde la Casa Blanca, en compañía de mandos militares y autoridades federales, marcando un cambio significativo en la forma en que el gobierno estadounidense aborda la crisis de sobredosis. En sus declaraciones, Trump afirmó que el fentanilo causa un daño mayor que un ataque convencional. Según citó su administración, entre 200 mil y 300 mil personas mueren cada año por esta sustancia. Esta decisión histórica implica que el fentanilo será tratado bajo el marco legal y de seguridad reservado para amenazas extremas, activando así todas las herramientas disponibles del Estado para combatir a las redes responsables de su producción y distribución. La designación del fentanilo como arma de destrucción masiva eleva el tema desde el ámbito de la política antidrogas tradicional hacia el de seguridad nacional, involucrando agencias de inteligencia, defensa y control financiero. En su discurso, Trump señaló que el fentanilo está afectando comunidades en Estados Unidos y lo vinculó directamente con cárteles y redes extranjeras. Con esta perspectiva, el problema ya no se presenta únicamente como una emergencia sanitaria, sino como una amenaza externa organizada. El gobierno argumenta que el impacto del fentanilo supera al de otras drogas ilegales debido a su potencia y al alto número de muertes asociadas, especialmente entre personas de entre 18 y 45 años, grupo identificado como el más afectado. Aunque no se han detallado todas las medidas derivadas de la orden ejecutiva, la clasificación como WMD podría facilitar diversas acciones para abordar esta problemática a nivel nacional. Fuente: Publimetro
La Casa Blanca ha sido testigo de un cambio drástico con la demolición del Ala Este, ordenada por el expresidente Donald Trump. Este acto radical se llevó a cabo para dar paso a un salón de baile en el que el expresidente ha estado obsesionado durante años, incluso desde la administración de Barack Obama. Imágenes satelitales y videos de la agencia The Associated Press revelan la magnitud de la destrucción en esta área construida por el presidente Theodore Roosevelt en 1902. La estructura de dos pisos que albergaba salones para cenas de Estado y oficinas, incluyendo el espacio de trabajo para las primeras damas y sus equipos, fue eliminada para dar paso al salón de baile propuesto. Este proyecto fue anunciado en julio con un costo inicial de 200 millones de dólares, una cifra que Trump actualizó públicamente a 250 millones y luego a alrededor de $300 millones la semana pasada. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, explicó que el aumento en el costo se debe a cambios necesarios para garantizar la modernidad y durabilidad del nuevo edificio. En sus propias palabras: “Los planes cambiaron cuando el presidente escuchó el consejo de los arquitectos y las empresas de construcción, los cuales dijeron que, para que esta Ala Este sea moderna y hermosa por muchos, muchos años, para que sea una estructura verdaderamente fuerte y estable, era necesaria esta fase uno en la que estamos”. La demolición ha generado críticas debido a la unilateralidad con la que Trump tomó la decisión y su deseo de dejar un legado en la Casa Blanca. A pesar de no contar con la aprobación de las agencias gubernamentales pertinentes, el proceso continuó sin previo aviso. El Fideicomiso Nacional para la Preservación Histórica expresó su preocupación por la falta de transparencia y participación pública en este proceso. Según ellos, este tipo de proyectos deberían permitir una revisión exhaustiva que involucre comentarios del público para garantizar una toma de decisiones informada. A pesar de las críticas, la Casa Blanca defendió el plan del salón de baile argumentando que se alinea con las adiciones históricas realizadas a lo largo de los más de 200 años de existencia del edificio. Los asesores presidenciales sostienen que este proyecto continúa esa tradición, aunque representaría la modificación más significativa hasta ahora. En medio del debate, Trump respondió a un periodista el miércoles afirmando: “Se lo he mostrado a todos los que querían escuchar”, refiriéndose a representaciones del salón que sostenía en el Despacho Oval. El Ala Este era fundamental para las operaciones diarias relacionadas con la primera dama y su equipo. Además, servía como punto central para visitantes y eventos públicos en la Casa Blanca. Con su demolición, estas operaciones han sido reubicadas temporalmente mientras se lleva a cabo la construcción del nuevo salón. Este ala también albergaba un búnker de emergencia y rodeaba el jardín Jacqueline Kennedy, nombrado en honor a la ex primera dama. La demolición ha generado controversia debido a su impacto en un lugar icónico lleno de historia y significado para Estados Unidos. Fuente: Publimetro
La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, confirmó este domingo que el presidente, Nicolás Maduro, le envió una carta a su homólogo estadounidense, Donald Trump, en la que dice estar abierto al diálogo. PUBLICIDAD Lee también | Donald Trump confirma que EE. UU. atacó otra presunta embarcación con drogas Rodríguez publicó la misiva en la aplicación de mensajería Telegram, la cual tiene fecha del 6 de septiembre de 2025. En la misma, se detalla que el país suramericano busca entablar conversaciones a través del enviado especial de Estados Unidos, Richard Grenell. “En la actualidad se han abierto muchas polémicas en torno a la relación de EE.UU. y Venezuela. En medio de estas polémicas hemos sido testigos de innumerables ‘fake news’ que circulan en los medios de comunicación”, se lee al inicio del escrito. Acto seguido, Maduro desmintió que se haya negado a aceptar el regreso de presos y pacientes de instituciones mentales venezolanos que fueron deportados del país norteamericano. Además, rechazó que su gobierno esté ligado con el narcotráfico y la mafia. PUBLICIDAD “Es el peor de los ´fake news´que se ha lanzado contra nuestro país para justificar una escalada a un conflicto armado que le haría un daño catastrófico a todo el continente”, expresó el líder de Venezuela invitando a Trump a “preservar la paz con diálogo y entendimiento en todo el hemisferio”. “Estos y otros temas siempre estarán abiertos para una conversación directa y franca con su enviado especial Rick Grenell, para superar los ruidos mediáticos y los ´fake news´”, añadió. Más temprano, el presidente estadounidense evitó confirmar si recibió la carta de Maduro. “Ya veremos qué pasa con Venezuela”, dijo a su salida de la Casa Blanca. En julio, el Departamento del Tesoro designó al “Cártel de los Soles” como organización terrorista global. Asimismo, se vinculó a Maduro a sus operaciones. Desde agosto, Estados Unidos ha interceptado cuatro embarcaciones adjudicadas supuestamente al narcotráfico en el Caribe, cerca de las costas venezolanas. Fuente: Publimetro