Enviar memes a tu pareja puede parecer un gesto trivial, pero varios estudios recientes demuestran que este simple acto digital tiene un impacto significativo en el fortalecimiento del vínculo emocional y la conexión diaria. En un mundo donde gran parte de la comunicación ocurre a través de una pantalla, los memes se han convertido en herramientas afectivas más poderosas de lo que muchos creen. El poder del humor compartido en las relaciones El profesor Jeffrey A. Hall, de la Universidad de Kansas, ha dedicado años a estudiar el papel del humor en las relaciones románticas. En un estudio publicado en Communication Monographs, concluyó que el humor compartido, especialmente cuando se trata de bromas internas o contenido exclusivo entre dos personas, como los memes, refuerza la sensación de conexión emocional. No se trata simplemente de reírse juntos, sino de desarrollar un lenguaje común. Ese lenguaje incluye imágenes con subtítulos absurdos, clips virales y capturas de pantalla con referencias que solo la pareja entiende. Este tipo de interacción, aparentemente superficial, puede convertirse en uno de los pilares que ayudan a fortalecer la relación con el paso del tiempo. Memes como lenguaje interno entre parejas Compartir memes crea un lenguaje interno único entre los miembros de una relación. Esta forma de comunicación permite construir una identidad compartida, un elemento fundamental para la intimidad duradera. Según el estudio publicado en The Journal of Social and Personal Relationships, las parejas que mantienen rituales digitales cotidianos, como enviarse memes, muestran mayores niveles de satisfacción y cercanía emocional. El humor funciona como un amortiguador durante momentos de tensión. Un meme gracioso enviado en medio de un malentendido puede suavizar el ambiente, relajar los ánimos y abrir la puerta a una conversación más empática. Además, cada meme compartido lleva un mensaje implícito: “esto me hizo pensar en ti”, lo cual fortalece el vínculo y da sensación de reciprocidad. Las parejas jóvenes lideran esta tendencia Entre los jóvenes de 18 a 35 años, enviar memes a tu pareja es una forma predominante de mostrar cariño y atención diaria. Ya no se trata solo de llamadas o mensajes largos, sino de microinteracciones constantes que mantienen viva la chispa. Esta generación ha incorporado los memes como parte de su expresión emocional, una evolución natural del lenguaje digital contemporáneo. En plataformas como TikTok, Instagram o WhatsApp, es habitual ver parejas que se etiquetan, se envían clips absurdos o se ríen de publicaciones que representan sus dinámicas. En muchos casos, estas piezas de contenido se convierten en referencias internas, en bromas privadas que solo ellos entienden, lo cual crea una complicidad silenciosa que refuerza el lazo. Una herramienta para fortalecer la relación en la era digital Estudios como el de Psychology Today y artículos publicados en The Conversation coinciden en que los memes son más que entretenimiento. Funcionan como herramientas psicológicas que ayudan a mantener la relación alineada emocionalmente, con un toque de ligereza y espontaneidad. Este tipo de interacción no reemplaza las conversaciones profundas ni el contacto físico, pero sí suma puntos en la acumulación de gestos positivos cotidianos. En la práctica, cada meme compartido se convierte en una pequeña dosis de validación emocional que dice: “te entiendo”, “te conozco” o “sé que esto te va a hacer reír”.
Para la mayoría de las personas moverse y comunicarse son acciones cotidianas. Sin embargo, existen trastornos neurológicos poco comunes en los que pacientes presentan dificultades para realizar movimientos y expresar sus pensamientos. El proyecto Fondecyt de Iniciación que se encuentra desarrollando la Dra. Carolina Saavedra, académica de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), se asocia con estos casos, ya que estudia nuevos componentes para aplicar en señales de interfase cerebro – computador (BCI). La idea, comentó la profesora del Departamento de Informática, es «desarrollar componentes de tiempo-frecuencia para redes neuronales profundas y así mejorar específicamente la identificación de patrones en electroencefalografía (EEG), que miden la actividad eléctrica generada en el cerebro «. Según indicó la Dra. Saavedra, lo que buscan es la integración de métodos tiempo-frecuencia en redes neuronales profundas, ya que así esperan mejorar el rendimiento en la identificación de patrones EEG. Redes neuronales para decodificar el pensamiento Para entender el proceso, la académica de la USM explicó que un ejemplo de este tipo de interfaz consiste en presentar al usuario una matriz de letras en una pantalla. Estas se iluminan de forma aleatoria y, «cuando la persona fija su atención en una letra específica, se produce un patrón cerebral distintivo conocido como potencial evocado, el cual aparece aproximadamente 300 milisegundos después del estímulo. Estos patrones pueden ser detectados por algoritmos para interpretar lo que el paciente desea comunicar». Sobre estas señales la Dra. Carolina Saavedra trabaja en el Fondecyt «Incorporación de transformaciones tiempo-frecuencia en redes neuronales profundas para mejorar la identificación de patrones en EEG.», que tiene una duración de tres años, y cuyos desafíos son « mejorar los sistemas actuales para que reconozcan con mayor precisión cuándo una persona quiere seleccionar una letra o realizar una acción, todo solo con su pensamiento». El proyecto también considera la creación de una librería de software libre que permitirá compartir los algoritmos desarrollados con la comunidad científica. «Queremos que los avances estén disponibles para todos. La idea es que otros investigadores y desarrolladores puedan aprovechar nuestras herramientas para seguir avanzando en el área», concluyó la Dra. Saavedra. Cabe señalar que el equipo del proyecto no trabaja directamente con pacientes, utiliza bases de datos públicas disponibles en internet y colabora la Dra. Inga Griškova-Bulanova de la Universidad de Vilnius, quien graba señales EEG para validar sus métodos. «Además del ámbito médico, otras áreas como los videojuegos están muy interesadas en esta tecnología. Imagínate poder jugar solo con la mente «, puntualiza la académica.
Enviar memes a tu pareja puede parecer un gesto trivial, pero varios estudios recientes demuestran que este simple acto digital tiene un impacto significativo en el fortalecimiento del vínculo emocional y la conexión diaria. En un mundo donde gran parte de la comunicación ocurre a través de una pantalla, los memes se han convertido en herramientas afectivas más poderosas de lo que muchos creen. El poder del humor compartido en las relaciones El profesor Jeffrey A. Hall, de la Universidad de Kansas, ha dedicado años a estudiar el papel del humor en las relaciones románticas. En un estudio publicado en Communication Monographs, concluyó que el humor compartido, especialmente cuando se trata de bromas internas o contenido exclusivo entre dos personas, como los memes, refuerza la sensación de conexión emocional. No se trata simplemente de reírse juntos, sino de desarrollar un lenguaje común. Ese lenguaje incluye imágenes con subtítulos absurdos, clips virales y capturas de pantalla con referencias que solo la pareja entiende. Este tipo de interacción, aparentemente superficial, puede convertirse en uno de los pilares que ayudan a fortalecer la relación con el paso del tiempo. Memes como lenguaje interno entre parejas Compartir memes crea un lenguaje interno único entre los miembros de una relación. Esta forma de comunicación permite construir una identidad compartida, un elemento fundamental para la intimidad duradera. Según el estudio publicado en The Journal of Social and Personal Relationships, las parejas que mantienen rituales digitales cotidianos, como enviarse memes, muestran mayores niveles de satisfacción y cercanía emocional. El humor funciona como un amortiguador durante momentos de tensión. Un meme gracioso enviado en medio de un malentendido puede suavizar el ambiente, relajar los ánimos y abrir la puerta a una conversación más empática. Además, cada meme compartido lleva un mensaje implícito: “esto me hizo pensar en ti”, lo cual fortalece el vínculo y da sensación de reciprocidad. Las parejas jóvenes lideran esta tendencia Entre los jóvenes de 18 a 35 años, enviar memes a tu pareja es una forma predominante de mostrar cariño y atención diaria. Ya no se trata solo de llamadas o mensajes largos, sino de microinteracciones constantes que mantienen viva la chispa. Esta generación ha incorporado los memes como parte de su expresión emocional, una evolución natural del lenguaje digital contemporáneo. En plataformas como TikTok, Instagram o WhatsApp, es habitual ver parejas que se etiquetan, se envían clips absurdos o se ríen de publicaciones que representan sus dinámicas. En muchos casos, estas piezas de contenido se convierten en referencias internas, en bromas privadas que solo ellos entienden, lo cual crea una complicidad silenciosa que refuerza el lazo. Una herramienta para fortalecer la relación en la era digital Estudios como el de Psychology Today y artículos publicados en The Conversation coinciden en que los memes son más que entretenimiento. Funcionan como herramientas psicológicas que ayudan a mantener la relación alineada emocionalmente, con un toque de ligereza y espontaneidad. Este tipo de interacción no reemplaza las conversaciones profundas ni el contacto físico, pero sí suma puntos en la acumulación de gestos positivos cotidianos. En la práctica, cada meme compartido se convierte en una pequeña dosis de validación emocional que dice: “te entiendo”, “te conozco” o “sé que esto te va a hacer reír”.
Para la mayoría de las personas moverse y comunicarse son acciones cotidianas. Sin embargo, existen trastornos neurológicos poco comunes en los que pacientes presentan dificultades para realizar movimientos y expresar sus pensamientos. El proyecto Fondecyt de Iniciación que se encuentra desarrollando la Dra. Carolina Saavedra, académica de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), se asocia con estos casos, ya que estudia nuevos componentes para aplicar en señales de interfase cerebro – computador (BCI). La idea, comentó la profesora del Departamento de Informática, es «desarrollar componentes de tiempo-frecuencia para redes neuronales profundas y así mejorar específicamente la identificación de patrones en electroencefalografía (EEG), que miden la actividad eléctrica generada en el cerebro «. Según indicó la Dra. Saavedra, lo que buscan es la integración de métodos tiempo-frecuencia en redes neuronales profundas, ya que así esperan mejorar el rendimiento en la identificación de patrones EEG. Redes neuronales para decodificar el pensamiento Para entender el proceso, la académica de la USM explicó que un ejemplo de este tipo de interfaz consiste en presentar al usuario una matriz de letras en una pantalla. Estas se iluminan de forma aleatoria y, «cuando la persona fija su atención en una letra específica, se produce un patrón cerebral distintivo conocido como potencial evocado, el cual aparece aproximadamente 300 milisegundos después del estímulo. Estos patrones pueden ser detectados por algoritmos para interpretar lo que el paciente desea comunicar». Sobre estas señales la Dra. Carolina Saavedra trabaja en el Fondecyt «Incorporación de transformaciones tiempo-frecuencia en redes neuronales profundas para mejorar la identificación de patrones en EEG.», que tiene una duración de tres años, y cuyos desafíos son « mejorar los sistemas actuales para que reconozcan con mayor precisión cuándo una persona quiere seleccionar una letra o realizar una acción, todo solo con su pensamiento». El proyecto también considera la creación de una librería de software libre que permitirá compartir los algoritmos desarrollados con la comunidad científica. «Queremos que los avances estén disponibles para todos. La idea es que otros investigadores y desarrolladores puedan aprovechar nuestras herramientas para seguir avanzando en el área», concluyó la Dra. Saavedra. Cabe señalar que el equipo del proyecto no trabaja directamente con pacientes, utiliza bases de datos públicas disponibles en internet y colabora la Dra. Inga Griškova-Bulanova de la Universidad de Vilnius, quien graba señales EEG para validar sus métodos. «Además del ámbito médico, otras áreas como los videojuegos están muy interesadas en esta tecnología. Imagínate poder jugar solo con la mente «, puntualiza la académica.