Relacionarnos con otras personas es algo que nos define como humanos, pues vivimos en sociedad y comunidad, en la mayoría de culturas del mundo. Sea con nuestra familia, nuestros amigos, nuestra pareja o compañeros de trabajo, entre otros grupos de personas, solemos comunicarnos con ellos prácticamente día a día. En cuanto al modo de relacionarse, este puede variar en función de la situación que se esté viviendo, la confianza que tengan los que hablan entre ellos y el contexto que les rodee. No será lo mismo hablar con la pareja en la intimidad del hogar que dialogar con un conocido en un sitio público, por ejemplo. A pesar de estas diferencias a la hora de comunicarnos verbalmente, hay algunos elementos que suelen ser comunes para entendernos correctamente, como escuchar perfectamente al otro y respetar los turnos de palabra no escritos. Sin embargo, esto no siempre se da. Con ello nos referimos a esos comportamientos en los que alguien tiene la costumbre de interrumpir mientras otro está hablando, lo cual suele resultar molesto, de mala educación o incluso grosero, aunque no se haga malintencionadamente. Las interrupciones dificultad la conversación y hacen que la comunicación sea menos eficaz y menos cómoda para la mayoría de interlocutores. Desde 'Trendencias' recopilan las informaciones de algunos expertos que han hablado sobre este tema, el de las interrupciones al hablar con alguien. Además de definir cómo impacta en el interrumpido este comportamiento, van más allá y tratan lo que hay detrás de una persona que interrumpe constantemente cuando otros hablan. ¿Qué significa que una persona interrumpa al hablar todo el tiempo? A rasgos generales, puede parecer que alguien que interrumpe a otro y le corta en su discurso es una persona egocéntrica, narcisista y poco empática, pues no parece importarle nada más que lo que él o ella tiene que decir. No obstante, podría haber razones científicas para explicar estos comportamientos, incluyendo trastornos psicológicos o diferentes rasgos de la personalidad. Entre estos motivos específicos encontramos la opción de que alguien interrumpa porque es impaciente y necesita tener el control de la conversación, por lo que la corta para llevarla por donde quiere o para hacerla más rápida. Por otro lado, en el medio citado se recoge que el interrumpir puede venir por un patrón aprendido en su infancia o educación, siendo este comportamiento algo natural e inherente a él o ella, sin apenas darse cuenta y sin creer incluso que sea algo malo. Un posible signo de TDAH (trastorno de déficit de atención con hiperactividad) Citando a la doctora Sharon Saline psicóloga clínica especializada en en trabajar con niños, adolescentes, adultos jóvenes y familias que viven con TDAH, discapacidades de aprendizaje, autismo de alto funcionamiento y problemas de salud mental: «Las personas con TDAH suelen tener un control de los impulsos verbales más débil y problemas con la memoria de trabajo y la metacognición. Puede interrumpir y no recordar esperar su turno porque no confía en sí mismo para recordar lo que quiere decir más tarde» En la misma línea, desde 'Trendencias' apuntan a las afirmaciones de Rusel Barkley, especialista en TDAH, que en sus libros menciona que este tipo de síntomas, como las interrupciones, vienen de déficits en la función ejecutiva del cerebro, que es la parte que se encarga de regular conductas, controlar impulsos y planificar acciones. Así, las personas con TDAH encuentran difícil filtrar ciertos estímulos, por lo que pueden interrumpir porque piensan en otra cosa diferente al tema de la conversación. La escucha activa es otra de las claves para no interrumpir, por lo que, de no desarrollarla resultará difícil no cortar a los otros cuando hablan. El impulsor de la psicología humanista, Carl Rogers, considera necesario que «el oyente suspenda sus propios juicios y se implique genuinamente en la experiencia del otro». Esto implica inteligencia emocional, empatía y paciencia. Otras explicaciones que justifican ciertas interrupciones en un conversación es que alguien se sienta muy excitado o emocionado, tanto que no pueda reprimir sus ganas de hablar y expresar entusiasmo, según la psicóloga Barbara Fredrickson. En este caso se trataría de un exceso de ímpetu o emoción que no se sabe gestionar correctamente, tal como apuntan expertos de VeryWellMind.
Enviar memes a tu pareja puede parecer un gesto trivial, pero varios estudios recientes demuestran que este simple acto digital tiene un impacto significativo en el fortalecimiento del vínculo emocional y la conexión diaria. En un mundo donde gran parte de la comunicación ocurre a través de una pantalla, los memes se han convertido en herramientas afectivas más poderosas de lo que muchos creen. El poder del humor compartido en las relaciones El profesor Jeffrey A. Hall, de la Universidad de Kansas, ha dedicado años a estudiar el papel del humor en las relaciones románticas. En un estudio publicado en Communication Monographs, concluyó que el humor compartido, especialmente cuando se trata de bromas internas o contenido exclusivo entre dos personas, como los memes, refuerza la sensación de conexión emocional. No se trata simplemente de reírse juntos, sino de desarrollar un lenguaje común. Ese lenguaje incluye imágenes con subtítulos absurdos, clips virales y capturas de pantalla con referencias que solo la pareja entiende. Este tipo de interacción, aparentemente superficial, puede convertirse en uno de los pilares que ayudan a fortalecer la relación con el paso del tiempo. Memes como lenguaje interno entre parejas Compartir memes crea un lenguaje interno único entre los miembros de una relación. Esta forma de comunicación permite construir una identidad compartida, un elemento fundamental para la intimidad duradera. Según el estudio publicado en The Journal of Social and Personal Relationships, las parejas que mantienen rituales digitales cotidianos, como enviarse memes, muestran mayores niveles de satisfacción y cercanía emocional. El humor funciona como un amortiguador durante momentos de tensión. Un meme gracioso enviado en medio de un malentendido puede suavizar el ambiente, relajar los ánimos y abrir la puerta a una conversación más empática. Además, cada meme compartido lleva un mensaje implícito: “esto me hizo pensar en ti”, lo cual fortalece el vínculo y da sensación de reciprocidad. Las parejas jóvenes lideran esta tendencia Entre los jóvenes de 18 a 35 años, enviar memes a tu pareja es una forma predominante de mostrar cariño y atención diaria. Ya no se trata solo de llamadas o mensajes largos, sino de microinteracciones constantes que mantienen viva la chispa. Esta generación ha incorporado los memes como parte de su expresión emocional, una evolución natural del lenguaje digital contemporáneo. En plataformas como TikTok, Instagram o WhatsApp, es habitual ver parejas que se etiquetan, se envían clips absurdos o se ríen de publicaciones que representan sus dinámicas. En muchos casos, estas piezas de contenido se convierten en referencias internas, en bromas privadas que solo ellos entienden, lo cual crea una complicidad silenciosa que refuerza el lazo. Una herramienta para fortalecer la relación en la era digital Estudios como el de Psychology Today y artículos publicados en The Conversation coinciden en que los memes son más que entretenimiento. Funcionan como herramientas psicológicas que ayudan a mantener la relación alineada emocionalmente, con un toque de ligereza y espontaneidad. Este tipo de interacción no reemplaza las conversaciones profundas ni el contacto físico, pero sí suma puntos en la acumulación de gestos positivos cotidianos. En la práctica, cada meme compartido se convierte en una pequeña dosis de validación emocional que dice: “te entiendo”, “te conozco” o “sé que esto te va a hacer reír”.
Para la mayoría de las personas moverse y comunicarse son acciones cotidianas. Sin embargo, existen trastornos neurológicos poco comunes en los que pacientes presentan dificultades para realizar movimientos y expresar sus pensamientos. El proyecto Fondecyt de Iniciación que se encuentra desarrollando la Dra. Carolina Saavedra, académica de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), se asocia con estos casos, ya que estudia nuevos componentes para aplicar en señales de interfase cerebro – computador (BCI). La idea, comentó la profesora del Departamento de Informática, es «desarrollar componentes de tiempo-frecuencia para redes neuronales profundas y así mejorar específicamente la identificación de patrones en electroencefalografía (EEG), que miden la actividad eléctrica generada en el cerebro «. Según indicó la Dra. Saavedra, lo que buscan es la integración de métodos tiempo-frecuencia en redes neuronales profundas, ya que así esperan mejorar el rendimiento en la identificación de patrones EEG. Redes neuronales para decodificar el pensamiento Para entender el proceso, la académica de la USM explicó que un ejemplo de este tipo de interfaz consiste en presentar al usuario una matriz de letras en una pantalla. Estas se iluminan de forma aleatoria y, «cuando la persona fija su atención en una letra específica, se produce un patrón cerebral distintivo conocido como potencial evocado, el cual aparece aproximadamente 300 milisegundos después del estímulo. Estos patrones pueden ser detectados por algoritmos para interpretar lo que el paciente desea comunicar». Sobre estas señales la Dra. Carolina Saavedra trabaja en el Fondecyt «Incorporación de transformaciones tiempo-frecuencia en redes neuronales profundas para mejorar la identificación de patrones en EEG.», que tiene una duración de tres años, y cuyos desafíos son « mejorar los sistemas actuales para que reconozcan con mayor precisión cuándo una persona quiere seleccionar una letra o realizar una acción, todo solo con su pensamiento». El proyecto también considera la creación de una librería de software libre que permitirá compartir los algoritmos desarrollados con la comunidad científica. «Queremos que los avances estén disponibles para todos. La idea es que otros investigadores y desarrolladores puedan aprovechar nuestras herramientas para seguir avanzando en el área», concluyó la Dra. Saavedra. Cabe señalar que el equipo del proyecto no trabaja directamente con pacientes, utiliza bases de datos públicas disponibles en internet y colabora la Dra. Inga Griškova-Bulanova de la Universidad de Vilnius, quien graba señales EEG para validar sus métodos. «Además del ámbito médico, otras áreas como los videojuegos están muy interesadas en esta tecnología. Imagínate poder jugar solo con la mente «, puntualiza la académica.
Relacionarnos con otras personas es algo que nos define como humanos, pues vivimos en sociedad y comunidad, en la mayoría de culturas del mundo. Sea con nuestra familia, nuestros amigos, nuestra pareja o compañeros de trabajo, entre otros grupos de personas, solemos comunicarnos con ellos prácticamente día a día. En cuanto al modo de relacionarse, este puede variar en función de la situación que se esté viviendo, la confianza que tengan los que hablan entre ellos y el contexto que les rodee. No será lo mismo hablar con la pareja en la intimidad del hogar que dialogar con un conocido en un sitio público, por ejemplo. A pesar de estas diferencias a la hora de comunicarnos verbalmente, hay algunos elementos que suelen ser comunes para entendernos correctamente, como escuchar perfectamente al otro y respetar los turnos de palabra no escritos. Sin embargo, esto no siempre se da. Con ello nos referimos a esos comportamientos en los que alguien tiene la costumbre de interrumpir mientras otro está hablando, lo cual suele resultar molesto, de mala educación o incluso grosero, aunque no se haga malintencionadamente. Las interrupciones dificultad la conversación y hacen que la comunicación sea menos eficaz y menos cómoda para la mayoría de interlocutores. Desde 'Trendencias' recopilan las informaciones de algunos expertos que han hablado sobre este tema, el de las interrupciones al hablar con alguien. Además de definir cómo impacta en el interrumpido este comportamiento, van más allá y tratan lo que hay detrás de una persona que interrumpe constantemente cuando otros hablan. ¿Qué significa que una persona interrumpa al hablar todo el tiempo? A rasgos generales, puede parecer que alguien que interrumpe a otro y le corta en su discurso es una persona egocéntrica, narcisista y poco empática, pues no parece importarle nada más que lo que él o ella tiene que decir. No obstante, podría haber razones científicas para explicar estos comportamientos, incluyendo trastornos psicológicos o diferentes rasgos de la personalidad. Entre estos motivos específicos encontramos la opción de que alguien interrumpa porque es impaciente y necesita tener el control de la conversación, por lo que la corta para llevarla por donde quiere o para hacerla más rápida. Por otro lado, en el medio citado se recoge que el interrumpir puede venir por un patrón aprendido en su infancia o educación, siendo este comportamiento algo natural e inherente a él o ella, sin apenas darse cuenta y sin creer incluso que sea algo malo. Un posible signo de TDAH (trastorno de déficit de atención con hiperactividad) Citando a la doctora Sharon Saline psicóloga clínica especializada en en trabajar con niños, adolescentes, adultos jóvenes y familias que viven con TDAH, discapacidades de aprendizaje, autismo de alto funcionamiento y problemas de salud mental: «Las personas con TDAH suelen tener un control de los impulsos verbales más débil y problemas con la memoria de trabajo y la metacognición. Puede interrumpir y no recordar esperar su turno porque no confía en sí mismo para recordar lo que quiere decir más tarde» En la misma línea, desde 'Trendencias' apuntan a las afirmaciones de Rusel Barkley, especialista en TDAH, que en sus libros menciona que este tipo de síntomas, como las interrupciones, vienen de déficits en la función ejecutiva del cerebro, que es la parte que se encarga de regular conductas, controlar impulsos y planificar acciones. Así, las personas con TDAH encuentran difícil filtrar ciertos estímulos, por lo que pueden interrumpir porque piensan en otra cosa diferente al tema de la conversación. La escucha activa es otra de las claves para no interrumpir, por lo que, de no desarrollarla resultará difícil no cortar a los otros cuando hablan. El impulsor de la psicología humanista, Carl Rogers, considera necesario que «el oyente suspenda sus propios juicios y se implique genuinamente en la experiencia del otro». Esto implica inteligencia emocional, empatía y paciencia. Otras explicaciones que justifican ciertas interrupciones en un conversación es que alguien se sienta muy excitado o emocionado, tanto que no pueda reprimir sus ganas de hablar y expresar entusiasmo, según la psicóloga Barbara Fredrickson. En este caso se trataría de un exceso de ímpetu o emoción que no se sabe gestionar correctamente, tal como apuntan expertos de VeryWellMind.
Enviar memes a tu pareja puede parecer un gesto trivial, pero varios estudios recientes demuestran que este simple acto digital tiene un impacto significativo en el fortalecimiento del vínculo emocional y la conexión diaria. En un mundo donde gran parte de la comunicación ocurre a través de una pantalla, los memes se han convertido en herramientas afectivas más poderosas de lo que muchos creen. El poder del humor compartido en las relaciones El profesor Jeffrey A. Hall, de la Universidad de Kansas, ha dedicado años a estudiar el papel del humor en las relaciones románticas. En un estudio publicado en Communication Monographs, concluyó que el humor compartido, especialmente cuando se trata de bromas internas o contenido exclusivo entre dos personas, como los memes, refuerza la sensación de conexión emocional. No se trata simplemente de reírse juntos, sino de desarrollar un lenguaje común. Ese lenguaje incluye imágenes con subtítulos absurdos, clips virales y capturas de pantalla con referencias que solo la pareja entiende. Este tipo de interacción, aparentemente superficial, puede convertirse en uno de los pilares que ayudan a fortalecer la relación con el paso del tiempo. Memes como lenguaje interno entre parejas Compartir memes crea un lenguaje interno único entre los miembros de una relación. Esta forma de comunicación permite construir una identidad compartida, un elemento fundamental para la intimidad duradera. Según el estudio publicado en The Journal of Social and Personal Relationships, las parejas que mantienen rituales digitales cotidianos, como enviarse memes, muestran mayores niveles de satisfacción y cercanía emocional. El humor funciona como un amortiguador durante momentos de tensión. Un meme gracioso enviado en medio de un malentendido puede suavizar el ambiente, relajar los ánimos y abrir la puerta a una conversación más empática. Además, cada meme compartido lleva un mensaje implícito: “esto me hizo pensar en ti”, lo cual fortalece el vínculo y da sensación de reciprocidad. Las parejas jóvenes lideran esta tendencia Entre los jóvenes de 18 a 35 años, enviar memes a tu pareja es una forma predominante de mostrar cariño y atención diaria. Ya no se trata solo de llamadas o mensajes largos, sino de microinteracciones constantes que mantienen viva la chispa. Esta generación ha incorporado los memes como parte de su expresión emocional, una evolución natural del lenguaje digital contemporáneo. En plataformas como TikTok, Instagram o WhatsApp, es habitual ver parejas que se etiquetan, se envían clips absurdos o se ríen de publicaciones que representan sus dinámicas. En muchos casos, estas piezas de contenido se convierten en referencias internas, en bromas privadas que solo ellos entienden, lo cual crea una complicidad silenciosa que refuerza el lazo. Una herramienta para fortalecer la relación en la era digital Estudios como el de Psychology Today y artículos publicados en The Conversation coinciden en que los memes son más que entretenimiento. Funcionan como herramientas psicológicas que ayudan a mantener la relación alineada emocionalmente, con un toque de ligereza y espontaneidad. Este tipo de interacción no reemplaza las conversaciones profundas ni el contacto físico, pero sí suma puntos en la acumulación de gestos positivos cotidianos. En la práctica, cada meme compartido se convierte en una pequeña dosis de validación emocional que dice: “te entiendo”, “te conozco” o “sé que esto te va a hacer reír”.
Para la mayoría de las personas moverse y comunicarse son acciones cotidianas. Sin embargo, existen trastornos neurológicos poco comunes en los que pacientes presentan dificultades para realizar movimientos y expresar sus pensamientos. El proyecto Fondecyt de Iniciación que se encuentra desarrollando la Dra. Carolina Saavedra, académica de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), se asocia con estos casos, ya que estudia nuevos componentes para aplicar en señales de interfase cerebro – computador (BCI). La idea, comentó la profesora del Departamento de Informática, es «desarrollar componentes de tiempo-frecuencia para redes neuronales profundas y así mejorar específicamente la identificación de patrones en electroencefalografía (EEG), que miden la actividad eléctrica generada en el cerebro «. Según indicó la Dra. Saavedra, lo que buscan es la integración de métodos tiempo-frecuencia en redes neuronales profundas, ya que así esperan mejorar el rendimiento en la identificación de patrones EEG. Redes neuronales para decodificar el pensamiento Para entender el proceso, la académica de la USM explicó que un ejemplo de este tipo de interfaz consiste en presentar al usuario una matriz de letras en una pantalla. Estas se iluminan de forma aleatoria y, «cuando la persona fija su atención en una letra específica, se produce un patrón cerebral distintivo conocido como potencial evocado, el cual aparece aproximadamente 300 milisegundos después del estímulo. Estos patrones pueden ser detectados por algoritmos para interpretar lo que el paciente desea comunicar». Sobre estas señales la Dra. Carolina Saavedra trabaja en el Fondecyt «Incorporación de transformaciones tiempo-frecuencia en redes neuronales profundas para mejorar la identificación de patrones en EEG.», que tiene una duración de tres años, y cuyos desafíos son « mejorar los sistemas actuales para que reconozcan con mayor precisión cuándo una persona quiere seleccionar una letra o realizar una acción, todo solo con su pensamiento». El proyecto también considera la creación de una librería de software libre que permitirá compartir los algoritmos desarrollados con la comunidad científica. «Queremos que los avances estén disponibles para todos. La idea es que otros investigadores y desarrolladores puedan aprovechar nuestras herramientas para seguir avanzando en el área», concluyó la Dra. Saavedra. Cabe señalar que el equipo del proyecto no trabaja directamente con pacientes, utiliza bases de datos públicas disponibles en internet y colabora la Dra. Inga Griškova-Bulanova de la Universidad de Vilnius, quien graba señales EEG para validar sus métodos. «Además del ámbito médico, otras áreas como los videojuegos están muy interesadas en esta tecnología. Imagínate poder jugar solo con la mente «, puntualiza la académica.