En la agitada vida moderna, es común sentirse abrumado y estresado debido a las múltiples responsabilidades y demandas diarias. El estrés puede tener un impacto negativo en nuestra salud física y mental si no se maneja adecuadamente. Afortunadamente, existen soluciones eficaces para reducir el estrés y recuperar el equilibrio en nuestras vidas. Tomar vitaminas Para vencer el estrés hay que entender que nuestro sistema nervioso está sometido a una actividad permanente, lo que puede provocar una sensación de agotamiento y ansiedad. Aquí es donde las vitaminas juegan un papel crucial en el manejo del estrés. En particular, las vitaminas del complejo B son conocidas por su capacidad para apoyar y calmar el sistema nervioso. Para obtener suficientes vitaminas del complejo B, asegúrate de tener una dieta equilibrada que incluya alimentos como carnes magras, pescado, huevos, nueces y granos enteros. Si sientes que necesitas un impulso adicional, los suplementos de vitamina B Complex pueden ser una opción, pero es esencial consultar a un profesional de la salud previamente. También es muy conveniente que prestes atención a todos los ingredientes, ya que podría haber alérgenos. Incorporar ejercicio regular en tu rutina El ejercicio físico es una herramienta poderosa para reducir el estrés y mejorar la salud en general. Cuando nos movemos, nuestro cuerpo libera endorfinas, sustancias químicas que actúan como analgésicos naturales y que también mejoran nuestro estado de ánimo. No es necesario realizar ejercicios intensos para obtener los beneficios. Actividades como caminar, nadar o practicar yoga pueden ayudar a reducir las tensiones acumuladas en el cuerpo y la mente. Establecer límites y priorizar el autocuidado La falta de límites y la sobrecarga de responsabilidades pueden contribuir significativamente al estrés. Aprender a establecer límites adecuados y aprender a decir no cuando sea necesario es fundamental para proteger nuestra salud mental y emocional. Esto puede resultar difícil en el trabajo o en las actividades diarias, pero es necesario aprender a decir que no en el momento que sea necesario. Existen guías y trucos que pueden ayudar a organizarnos o a comunicarnos correctamente. Evadirse y entretenerse Además, es crucial priorizar el autocuidado y reservar tiempo para actividades que nos relajen y nos hagan sentir bien. Practicar pasatiempos creativos, leer un libro, tomar un baño relajante o compartir tiempo con amigos y familiares puede ayudarnos a reducir el estrés y mejorar nuestro bienestar en general. El estrés es una parte inevitable de la vida, pero podemos manejarlo eficazmente adoptando las diversas estrategias que hemos visto. Hay que recordar la importancia de consultar a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplementación o cambio significativo en las rutinas. ¡Prioriza tu bienestar y comienza a reducir el estrés hoy mismo!
La música tiene un gran impacto en el cerebro, ya que afecta a varias áreas del mismo, como las responsables de la memoria, el movimiento y el estado de ánimo. La música es, incluso, capaz de estimular la actividad de varias áreas cerebrales al mismo tiempo. Siempre que sea a una intensidad normal y adecuada, ya que la música a gran intensidad puede ser perjudicial para nuestros oídos. Pero no sólo ocurre con la música que escuchamos sino, al cantar o tocar algún instrumento. Estas actividades favorecen la salud de nuestro cerebro, lo estimulan y favorecen la memoria. Áreas del cerebro sobre las que actúa La música actúa sobre diferentes áreas de nuestro cerebro por distintos motivos: A nivel general Hipotálamo Núcleo accumbens Área tegmental vertebral. La tonalidad de la música En el córtex prefrontal Cerebelo Lóbulo temporal Las letras actúan en Área de Wernicke Área de Broca (según el tipo de canción) Córtex visual (imaginando partes de la canción) Córtex motor Respuestas emocionales El ritmo Córtex frontal izquierdo Córtex parietal izquierdo Cerebelo derecho Además activa los centros de recompensa y placer de nuestro cerebro La música estimula Escuchar o tocar música nos ayuda a concentrarnos, favorece la memoria, pero además estimula varias áreas del cerebro y la producción de: Óxido nítrico, una sustancia vasodilatadora. Libera serotonina. Ayuda a reducir los niveles de cortisol, hormona responsable del estrés y la ansiedad. Segregas Prolactina, hormona de la tristeza o que sirve como calmante de la pena. Efectos positivos de la música en el cerebro La música ayuda a mantener tu salud cerebral y presenta efectos muy positivos, siempre que se escuche a una intensidad adecuada: Mejora del rendimiento cognitivo Reducción del estrés Mejora del estado de ánimo Mejora la memoria Además, se utiliza en rehabilitación, debido a que puede ayudar en la recuperación de personas con problemas neurológicos o algunas enfermedades mentales. La música mejora el estado de ánimo e invita a moverse Cuando la música llega a nuestro oídos, las ondas sonoras se convierten en impulsos nerviosos que viajan a varias áreas del cerebro, incluidas las que liberan dopamina. Escuchar música te hace sentir mejor y promueve las interacciones sociales. Las personas que interpretan canciones o cantan sienten menos la soledad y tienen una mejor calidad de vida. Además, la música favorece el movimiento, otro componente clave en la salud cerebral. La música puede ser una manera placentera de hacer ejercicio, ya que hace que parezca más fácil y entretenido. La música como terapia Muchos expertos utilizan la música para ayudar a sus pacientes a recuperarse de enfermedades y lesiones cerebrales, relajarse o aliviar sus síntomas. Por ejemplo, en adultos que sufren Parkinson, la música y el baile les ayuda a fortalecer el movimiento. En personas con demencia, la música la utilizan para evocar recuerdos mediante canciones de la infancia que pueden ayudarles a recordar personas y lugares. También se puede utilizar para tratar la agitación como agresividad, ansiedad, desasosiego, etc. Mejora la salud del cerebro La música aporta grandes beneficios para la salud de nuestro cerebro. Actividades como cantar, escuchar canciones nuevas y conocidas o hacer música con los demás, favorecen la memoria y la actividad cerebral. Tocar un instrumento también es muy beneficioso para el cerebro, ya que requiere del uso de muchas aptitudes cognitivas como la atención y la memoria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente para contribuir a la mejora de su comunidad. Además, es un derecho humano fundamental y un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico. La exposición a circunstancias sociales, económicas, geopolíticas y ambientales desfavorables, como la pobreza, la violencia, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, también aumenta el riesgo de sufrir afecciones de salud mental. Estos riesgos pueden manifestarse en todas las etapas de la vida, pero los que ocurren durante los períodos sensibles del desarrollo, especialmente en la primera infancia, son particularmente perjudiciales. Por ejemplo, indica la OMS, se sabe que la crianza severa y los castigos físicos perjudican la salud infantil y que el acoso escolar es un importante factor de riesgo de las afecciones de salud mental. Importancia de ir al psicólogo “El mundo ha cambiado y la salud mental se constituye en el don más precioso del ser humano. Porque al psicólogo no va la gente que tiene problemas, puesto que todos en mayor o menor medida tenemos problemas. Al psicólogo va la gente que quiere resolver, aliviar y superar sus problemas”. 5 consejos de la Unicef. Descansa lo suficiente. El descanso es necesario para el cuerpo, la mente y las emociones. Recuperar la energía es una tarea diaria y esto solo se logrará durmiendo como mínimo 8 horas seguidas durante la noche y tomando momentos de desconexión y descanso, especialmente de las redes sociales. Mantente en movimiento, realiza actividad física. La actividad física tiene relación con la estabilidad de nuestras emociones. No solo genera sustancias en nuestro cuerpo que nos hacen sentir mejor, estar más concentrados y descansar mejor, sino que también puede hacernos mantener una mejor autopercepción de nuestro cuerpo. Habla sobre salud mental y sobre tu salud mental. Vence los mitos, vence los prejuicios. La salud mental está llena de mitos y prejuicios, como por ejemplo: “la depresión es flojera” o “los psiquiatras y psicólogos son solo para locos”. Todo ello impide abrirnos a compartir nuestras dificultades y estar dispuestos a la búsqueda de ayuda de manera oportuna. Mantén buenas relaciones con tu familia, amigos y comunidad. Sabemos que la convivencia no es fácil, pero las buenas relaciones que mantenemos con nuestros seres queridos y amigos alimentan nuestra autoestima, confianza y estado de bienestar. Acude a los profesionales de la salud mental. Ya sea a través de una línea telefónica o en centros de salud, para recibir orientación para mejorar tu salud mental o identificar algún problema que tengas. Estos profesionales de la salud mental contribuirán a la recuperación de cualquier problema que se presente.
En la actualidad, el ritmo acelerado de la vida cotidiana nos desafía a encontrar formas efectivas de organizarnos y optimizar nuestro tiempo. Con el constante flujo de tareas pendientes y los imprevistos diarios, lograr este objetivo puede parecer una tarea titánica. En un mundo donde las jornadas laborales extensas consumen gran parte de nuestro tiempo vital, es crucial buscar estrategias que nos permitan manejar eficientemente nuestras responsabilidades. Existen distintos hábitos que pueden resultar realmente efectivos para mejorar la productividad. - Levantarse temprano Comenzar el día temprano ayuda a que las ideas y el cuerpo se despierten unas horas antes de arrancar con las tareas laborales. Dedicar esas horas a conectar con uno mismo y con los objetivos o responsabilidades que se tienen durante el día es importante para una buena gestión del tiempo. - Meditar o hacer ejercicio Cuando meditamos se reduce el estrés, baja la presión arterial y el dolor muscular. A su vez, el ejercicio mejora el estado de ánimo al liberar endorfinas, aumenta la energía, mejora el rendimiento cognitivo (como la concentración y la memoria) y reduce el estrés. Ambas actividades pueden intercalarse durante la semana para comenzar el día con energías y concentración. - Aprender a decir NO Sobrecargarse de tareas no es productivo, ya que quita la concentración y los espacios de tiempo libre para que el cerebro pueda pensar eficazmente. Por eso, las personas que dicen “sí” a todo suelen estar distraídas y dispersas. Aprender a decir que “no” y priorizar las tareas y responsabilidades realmente esenciales para el progreso laboral o personal es la fórmula mágica para ser más productivo y mejorar el bienestar. - Escribir listas de pendientes Hacer un punteo en el celular o un anotador la noche anterior ayuda a comenzar el día con los objetivos claros y priorizar cuáles son las tareas más importantes a realizar. - Establecer metas cortas No es lo mismo pensar a dónde uno quiere llegar o qué quiere lograr que bajar esas ideas por escrito en un papel o en documento digital. Establecer metas a corto plazo es una de las estrategias que usan las personas para concretar sus objetivos con pequeños pasos diarios y no desviarse del camino con eventualidades. - Llegar temprano La puntualidad es un hábito que demuestra el compromiso personal, evita situaciones de estrés y permite anticiparse a imprevistos y tareas laborales, académicas o recreativas. - Aceptar las críticas constructivas Si los comentarios o sugerencias de otros afectan nuestra autoestima, esto interferirá en el crecimiento y rendimiento laboral o académico. Por eso, tomar las criticas constructivas o los errores como una oportunidad para mejorar el trabajo realizado es indispensable. - Mantener una actitud positiva Rodearse solo de personas pesimistas o negativas no sumará mucho al rendimiento. Es importante conectar con personas optimistas que nutran nuestros conocimientos y energías para ser más productivos y mejorar la calidad de vida. - Aprender nuevas habilidades Existen muy pocos trabajos que no sean a través de tecnología digital. Por eso, aprender a manejar nuevas habilidades o incluso tomar cursos que ayuden a mejorar el rendimiento personal o del equipo laboral puede volvernos más productivos y propiciar nuevas ideas. - Formular preguntas inteligentes Para evitar errores de comunicación o interferencias en las conversaciones es importante generar preguntas inteligentes. Esto no solo ayuda a organizarnos mejor, sino a descifrar si estamos yendo por el camino correcto hacia las metas deseadas.
En la agitada vida moderna, es común sentirse abrumado y estresado debido a las múltiples responsabilidades y demandas diarias. El estrés puede tener un impacto negativo en nuestra salud física y mental si no se maneja adecuadamente. Afortunadamente, existen soluciones eficaces para reducir el estrés y recuperar el equilibrio en nuestras vidas. Tomar vitaminas Para vencer el estrés hay que entender que nuestro sistema nervioso está sometido a una actividad permanente, lo que puede provocar una sensación de agotamiento y ansiedad. Aquí es donde las vitaminas juegan un papel crucial en el manejo del estrés. En particular, las vitaminas del complejo B son conocidas por su capacidad para apoyar y calmar el sistema nervioso. Para obtener suficientes vitaminas del complejo B, asegúrate de tener una dieta equilibrada que incluya alimentos como carnes magras, pescado, huevos, nueces y granos enteros. Si sientes que necesitas un impulso adicional, los suplementos de vitamina B Complex pueden ser una opción, pero es esencial consultar a un profesional de la salud previamente. También es muy conveniente que prestes atención a todos los ingredientes, ya que podría haber alérgenos. Incorporar ejercicio regular en tu rutina El ejercicio físico es una herramienta poderosa para reducir el estrés y mejorar la salud en general. Cuando nos movemos, nuestro cuerpo libera endorfinas, sustancias químicas que actúan como analgésicos naturales y que también mejoran nuestro estado de ánimo. No es necesario realizar ejercicios intensos para obtener los beneficios. Actividades como caminar, nadar o practicar yoga pueden ayudar a reducir las tensiones acumuladas en el cuerpo y la mente. Establecer límites y priorizar el autocuidado La falta de límites y la sobrecarga de responsabilidades pueden contribuir significativamente al estrés. Aprender a establecer límites adecuados y aprender a decir no cuando sea necesario es fundamental para proteger nuestra salud mental y emocional. Esto puede resultar difícil en el trabajo o en las actividades diarias, pero es necesario aprender a decir que no en el momento que sea necesario. Existen guías y trucos que pueden ayudar a organizarnos o a comunicarnos correctamente. Evadirse y entretenerse Además, es crucial priorizar el autocuidado y reservar tiempo para actividades que nos relajen y nos hagan sentir bien. Practicar pasatiempos creativos, leer un libro, tomar un baño relajante o compartir tiempo con amigos y familiares puede ayudarnos a reducir el estrés y mejorar nuestro bienestar en general. El estrés es una parte inevitable de la vida, pero podemos manejarlo eficazmente adoptando las diversas estrategias que hemos visto. Hay que recordar la importancia de consultar a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplementación o cambio significativo en las rutinas. ¡Prioriza tu bienestar y comienza a reducir el estrés hoy mismo!
La música tiene un gran impacto en el cerebro, ya que afecta a varias áreas del mismo, como las responsables de la memoria, el movimiento y el estado de ánimo. La música es, incluso, capaz de estimular la actividad de varias áreas cerebrales al mismo tiempo. Siempre que sea a una intensidad normal y adecuada, ya que la música a gran intensidad puede ser perjudicial para nuestros oídos. Pero no sólo ocurre con la música que escuchamos sino, al cantar o tocar algún instrumento. Estas actividades favorecen la salud de nuestro cerebro, lo estimulan y favorecen la memoria. Áreas del cerebro sobre las que actúa La música actúa sobre diferentes áreas de nuestro cerebro por distintos motivos: A nivel general Hipotálamo Núcleo accumbens Área tegmental vertebral. La tonalidad de la música En el córtex prefrontal Cerebelo Lóbulo temporal Las letras actúan en Área de Wernicke Área de Broca (según el tipo de canción) Córtex visual (imaginando partes de la canción) Córtex motor Respuestas emocionales El ritmo Córtex frontal izquierdo Córtex parietal izquierdo Cerebelo derecho Además activa los centros de recompensa y placer de nuestro cerebro La música estimula Escuchar o tocar música nos ayuda a concentrarnos, favorece la memoria, pero además estimula varias áreas del cerebro y la producción de: Óxido nítrico, una sustancia vasodilatadora. Libera serotonina. Ayuda a reducir los niveles de cortisol, hormona responsable del estrés y la ansiedad. Segregas Prolactina, hormona de la tristeza o que sirve como calmante de la pena. Efectos positivos de la música en el cerebro La música ayuda a mantener tu salud cerebral y presenta efectos muy positivos, siempre que se escuche a una intensidad adecuada: Mejora del rendimiento cognitivo Reducción del estrés Mejora del estado de ánimo Mejora la memoria Además, se utiliza en rehabilitación, debido a que puede ayudar en la recuperación de personas con problemas neurológicos o algunas enfermedades mentales. La música mejora el estado de ánimo e invita a moverse Cuando la música llega a nuestro oídos, las ondas sonoras se convierten en impulsos nerviosos que viajan a varias áreas del cerebro, incluidas las que liberan dopamina. Escuchar música te hace sentir mejor y promueve las interacciones sociales. Las personas que interpretan canciones o cantan sienten menos la soledad y tienen una mejor calidad de vida. Además, la música favorece el movimiento, otro componente clave en la salud cerebral. La música puede ser una manera placentera de hacer ejercicio, ya que hace que parezca más fácil y entretenido. La música como terapia Muchos expertos utilizan la música para ayudar a sus pacientes a recuperarse de enfermedades y lesiones cerebrales, relajarse o aliviar sus síntomas. Por ejemplo, en adultos que sufren Parkinson, la música y el baile les ayuda a fortalecer el movimiento. En personas con demencia, la música la utilizan para evocar recuerdos mediante canciones de la infancia que pueden ayudarles a recordar personas y lugares. También se puede utilizar para tratar la agitación como agresividad, ansiedad, desasosiego, etc. Mejora la salud del cerebro La música aporta grandes beneficios para la salud de nuestro cerebro. Actividades como cantar, escuchar canciones nuevas y conocidas o hacer música con los demás, favorecen la memoria y la actividad cerebral. Tocar un instrumento también es muy beneficioso para el cerebro, ya que requiere del uso de muchas aptitudes cognitivas como la atención y la memoria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente para contribuir a la mejora de su comunidad. Además, es un derecho humano fundamental y un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico. La exposición a circunstancias sociales, económicas, geopolíticas y ambientales desfavorables, como la pobreza, la violencia, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, también aumenta el riesgo de sufrir afecciones de salud mental. Estos riesgos pueden manifestarse en todas las etapas de la vida, pero los que ocurren durante los períodos sensibles del desarrollo, especialmente en la primera infancia, son particularmente perjudiciales. Por ejemplo, indica la OMS, se sabe que la crianza severa y los castigos físicos perjudican la salud infantil y que el acoso escolar es un importante factor de riesgo de las afecciones de salud mental. Importancia de ir al psicólogo “El mundo ha cambiado y la salud mental se constituye en el don más precioso del ser humano. Porque al psicólogo no va la gente que tiene problemas, puesto que todos en mayor o menor medida tenemos problemas. Al psicólogo va la gente que quiere resolver, aliviar y superar sus problemas”. 5 consejos de la Unicef. Descansa lo suficiente. El descanso es necesario para el cuerpo, la mente y las emociones. Recuperar la energía es una tarea diaria y esto solo se logrará durmiendo como mínimo 8 horas seguidas durante la noche y tomando momentos de desconexión y descanso, especialmente de las redes sociales. Mantente en movimiento, realiza actividad física. La actividad física tiene relación con la estabilidad de nuestras emociones. No solo genera sustancias en nuestro cuerpo que nos hacen sentir mejor, estar más concentrados y descansar mejor, sino que también puede hacernos mantener una mejor autopercepción de nuestro cuerpo. Habla sobre salud mental y sobre tu salud mental. Vence los mitos, vence los prejuicios. La salud mental está llena de mitos y prejuicios, como por ejemplo: “la depresión es flojera” o “los psiquiatras y psicólogos son solo para locos”. Todo ello impide abrirnos a compartir nuestras dificultades y estar dispuestos a la búsqueda de ayuda de manera oportuna. Mantén buenas relaciones con tu familia, amigos y comunidad. Sabemos que la convivencia no es fácil, pero las buenas relaciones que mantenemos con nuestros seres queridos y amigos alimentan nuestra autoestima, confianza y estado de bienestar. Acude a los profesionales de la salud mental. Ya sea a través de una línea telefónica o en centros de salud, para recibir orientación para mejorar tu salud mental o identificar algún problema que tengas. Estos profesionales de la salud mental contribuirán a la recuperación de cualquier problema que se presente.
En la actualidad, el ritmo acelerado de la vida cotidiana nos desafía a encontrar formas efectivas de organizarnos y optimizar nuestro tiempo. Con el constante flujo de tareas pendientes y los imprevistos diarios, lograr este objetivo puede parecer una tarea titánica. En un mundo donde las jornadas laborales extensas consumen gran parte de nuestro tiempo vital, es crucial buscar estrategias que nos permitan manejar eficientemente nuestras responsabilidades. Existen distintos hábitos que pueden resultar realmente efectivos para mejorar la productividad. - Levantarse temprano Comenzar el día temprano ayuda a que las ideas y el cuerpo se despierten unas horas antes de arrancar con las tareas laborales. Dedicar esas horas a conectar con uno mismo y con los objetivos o responsabilidades que se tienen durante el día es importante para una buena gestión del tiempo. - Meditar o hacer ejercicio Cuando meditamos se reduce el estrés, baja la presión arterial y el dolor muscular. A su vez, el ejercicio mejora el estado de ánimo al liberar endorfinas, aumenta la energía, mejora el rendimiento cognitivo (como la concentración y la memoria) y reduce el estrés. Ambas actividades pueden intercalarse durante la semana para comenzar el día con energías y concentración. - Aprender a decir NO Sobrecargarse de tareas no es productivo, ya que quita la concentración y los espacios de tiempo libre para que el cerebro pueda pensar eficazmente. Por eso, las personas que dicen “sí” a todo suelen estar distraídas y dispersas. Aprender a decir que “no” y priorizar las tareas y responsabilidades realmente esenciales para el progreso laboral o personal es la fórmula mágica para ser más productivo y mejorar el bienestar. - Escribir listas de pendientes Hacer un punteo en el celular o un anotador la noche anterior ayuda a comenzar el día con los objetivos claros y priorizar cuáles son las tareas más importantes a realizar. - Establecer metas cortas No es lo mismo pensar a dónde uno quiere llegar o qué quiere lograr que bajar esas ideas por escrito en un papel o en documento digital. Establecer metas a corto plazo es una de las estrategias que usan las personas para concretar sus objetivos con pequeños pasos diarios y no desviarse del camino con eventualidades. - Llegar temprano La puntualidad es un hábito que demuestra el compromiso personal, evita situaciones de estrés y permite anticiparse a imprevistos y tareas laborales, académicas o recreativas. - Aceptar las críticas constructivas Si los comentarios o sugerencias de otros afectan nuestra autoestima, esto interferirá en el crecimiento y rendimiento laboral o académico. Por eso, tomar las criticas constructivas o los errores como una oportunidad para mejorar el trabajo realizado es indispensable. - Mantener una actitud positiva Rodearse solo de personas pesimistas o negativas no sumará mucho al rendimiento. Es importante conectar con personas optimistas que nutran nuestros conocimientos y energías para ser más productivos y mejorar la calidad de vida. - Aprender nuevas habilidades Existen muy pocos trabajos que no sean a través de tecnología digital. Por eso, aprender a manejar nuevas habilidades o incluso tomar cursos que ayuden a mejorar el rendimiento personal o del equipo laboral puede volvernos más productivos y propiciar nuevas ideas. - Formular preguntas inteligentes Para evitar errores de comunicación o interferencias en las conversaciones es importante generar preguntas inteligentes. Esto no solo ayuda a organizarnos mejor, sino a descifrar si estamos yendo por el camino correcto hacia las metas deseadas.