En medio de una reciente publicación en redes sociales donde Rebeca Naranjo —actual pareja de Hernán “Nano” Calderón — volvió a referirse a los presuntos episodios de acoso y abuso que habría sufrido por parte de su suegro, Hernán Calderón Salinas, reflotaron sus declaraciones en televisión realizadas hace cuatro años. Fue en el exmatinal Bienvenidos, de Canal 13, donde Naranjo compartió por primera vez su testimonio en público, en una entrevista que vuelve a cobrar relevancia por su crudeza y por los hechos que se desencadenaron. En la conversación con el periodista Polo Ramírez, la joven relató entre lágrimas cómo fue el deterioro del vínculo con Calderón Salinas, un reconocido abogado y figura pública, y cómo esas experiencias desembocaron en uno de los episodios judiciales más mediáticos de 2020: la agresión con un arma blanca que cometió Nano Calderón contra su padre, y por lo que terminó siendo condenado por lesiones y amenazas. “A él (Hernán Calderón) siempre lo vi como una autoridad, un adulto preocupado”, comenzó recordando Rebeca Naranjo en dicha entrevista. “Al principio siempre fue preocupado, estaba pendiente. Me sentí acogida con él, pero casi nunca teníamos contacto, porque él se iba a trabajar muy temprano y volvía en la noche”, explicó, describiendo los primeros meses de convivencia en el hogar familiar. La confianza inicial, sin embargo, se fue resquebrajando por comportamientos que ella comenzó a sentir como inapropiados. Uno de los primeros momentos que la hicieron sospechar ocurrió en la cocina de la casa. “Me saluda, me pregunta cómo estaba todo. Me toma por detrás, me da un beso en cada mejilla y me dice ‘descanse’. Aquí sentí una insinuación, me sentí extraña con ese hecho en particular. No sabía las intenciones”, relató entonces. El episodio más traumático, según su relato, ocurrió mientras se encontraba sola en la habitación de invitados. “Me agaché para tomar productos de mi tienda y en eso siento una persona por detrás... Me empezó a tocar la piel, me dice que tengo la piel rica y suavecita y ahí tomo en cuenta que no era Nano, sino él” , afirmó, conteniendo el llanto. “Tenía mucho miedo, me daba miedo que me fueran a cuestionar. Me paralicé, empecé a transpirar” , agregó. Según Naranjo, Calderón Salinas se acercó aún más y le comentó sobre una mancha en su short. “Se me acerca al cuello y me dice ‘cosita bien hecha tú‘. Yo no sabía qué hacer. Me di cuenta de que lo que sospechaba era cierto” , señaló. Esa noche, según reveló, se refugió en casa de su hermana y optó por no contarle la verdad a Nano por miedo a su reacción. “Tuve que mentirle. Le dije que mi hermana había peleado con su pareja y por eso me iba donde ella”, confesó. “Tenía miedo de que quizá me cuestionen” Un tercer episodio de acoso, según su testimonio, ocurrió tras una discusión menor con su pareja. Rebeca se había ido a la pieza de invitados cuando, inesperadamente, su suegro entró. “Se sentó al lado mío y me pregunta cómo estaban las cosas con Nano. Me hizo cariño por el cuello y su mano tocó mi pecho. Ahí reaccioné y le saqué la mano. Me sentí mal, cochina”, dijo con evidente angustia. Consultada entonces sobre por qué no denunció en ese momento, Rebeca fue clara: “Sé que él es una persona ‘poderosa’ y tenía miedo de que quizá me cuestionen, que crean que es mentira, aunque creo que una mujer no mentiría con algo de ese tipo”. El testimonio televisivo cerró con un estremecedor momento en que rompió en llanto : “Cuando estaba sola, me daba miedo de que (Hernán Calderón) fuera a entrar y me siguiera tocando… que me fuera a violar o cualquier…”. No pudo terminar la frase. Hoy, sus palabras vuelven a circular con fuerza en redes, donde también recibió el respaldo de su pareja, Nano Calderón, y donde en los últimos días expusieron una serie de pruebas que comprobarían los presuntos abusos cometidos por Calderón Salinas. Fuente: Publimetro
En medio de un nuevo escándalo familiar, Hernán “Nano” Calderón Argandoña emitió un comunicado público donde respaldó las acusaciones de abuso sexual realizadas por su pareja, Rebeca Naranjo, en contra de su padre, Hernán Calderón Salinas. La denuncia, que fue revelada tras la reciente participación televisiva de su hermana Kel Calderón, data de antiguos episodios que habrían ocurrido el año 2020, y que explicarían también el violento incidente que terminó con Nano condenado por amenazas y lesiones contra su progenitor. En las últimas horas, Rebeca Naranjo, a través de su cuenta de Instagram, relató los acosos, insinuaciones y tocaciones que habría recibido por parte de su suegro mientras vivieron juntos en el departamento de Hernán Calderón Salinas. Su testimonio buscaba aclarar las razones detrás de la agresión de Nano a su padre, que en su momento causó gran conmoción mediática. Siguiendo esta línea, Nano decidió también compartir su versión de los hechos mediante un comunicado en redes sociales. “Si cuento esto ahora es única y exclusivamente porque Rebe tomó la decisión de hacerlo, ella fue, es y siempre será mi prioridad”, declaró el joven empresario. Según relató, en 2020, tras pasar por un difícil momento económico debido a malas inversiones, su padre les ofreció a él y a su pareja irse a vivir a su departamento. Durante los primeros meses, la convivencia transcurrió sin mayores problemas. Sin embargo, con el paso del tiempo, Nano notó cambios en el comportamiento de Rebeca. “Si quería servirse un vaso de bebida en la noche me pedía que por favor la acompañara a la cocina. Si yo tenía que salir a hacer un trámite, me pedía por favor ir conmigo”, relató. La situación se volvió insostenible cuando, seis meses después, Rebeca decidió abandonar el departamento, prometiéndole a Nano contarle los motivos al día siguiente, al momento de retirar todas sus cosas. Fue entonces cuando ella le narró los episodios de acoso y abuso sexual que habría vivido. Incluso, le contó que apenas minutos antes de irse, Hernán Calderón Salinas la siguió, la tomó del brazo y le dijo: “Yo quería que fueras mía, ¿no te atreves?”. Ella logró zafarse y salir del lugar. Nano, profundamente afectado, subió a encarar a su padre. “Ahí es donde pasa la primera discusión”, recordó. Hernán Calderón Salinas negó los hechos, asegurando que había habido un malentendido y sugiriendo llamar a Rebeca en ese instante. La respuesta de ella fue categórica: “Usted sabe lo que hizo, no tengo necesidad de inventar nada”. Con el tiempo, y ante la insistencia de Nano, Rebeca reveló más detalles de los abusos. “Me comentó que en uno de esos últimos días ella estaba en la pieza de invitados viendo unas cosas de su trabajo y llega Salinas por la espalda y le toca el cuello y los brazos diciéndole ‘Tienes una piel muy rica y suavecita’. Ella se para y antes de poder irse, él le dice ‘¿Qué tienes ahí?’ A lo que ella se voltea a ver qué era, y en ese instante Salinas le levanta el short y le pone la mano en su glúteo”, relató Nano. Además, la joven mostró pantallazos de conversaciones en las que Hernán Calderón Salinas le hacía insinuaciones de carácter sexual, incluso cuestionando su relación con Nano. Con estas pruebas en mano, Nano enfrentó nuevamente a su padre. Según su relato, llegó hasta el domicilio para enfrentarlo. Allí le mostró los mensajes enviados a Rebeca, lo que desencadenó una pelea física. “Mientras peleábamos, su pareja intenta separarnos y él es quien intenta correrme a mí, pero se equivoca y termina empujando a su pareja”, aclaró, desmintiendo versiones que lo responsabilizaban del golpe a la mujer. La pelea culminó cuando Nano, intentando liberarse del agarre de su padre, usó un cuchillo con el que le causó un corte en la mano antes de abandonar el departamento. Posteriormente, su padre lo denunció por parricidio frustrado, dando inicio a un proceso judicial que terminó con Nano condenado por amenazas y lesiones. Sobre las secuelas emocionales de este episodio, Nano reveló que debió ser internado en una clínica psiquiátrica. Fue durante su hospitalización cuando se enteró de la denuncia en su contra. “Quizás mi error fue no haber desconfiado antes de quien se suponía era mi ‘padre’, alguien que yo ingenuamente admiraba antes de conocer la persona que realmente era”, reflexionó. “Nunca imaginé que quien era el culpable iba a llamar a carabineros para quedar de víctima. Jamás apoyaré ni encubriré a un abusador sexual, ni aún cuando sea mi propio padre”, agregó contundente. Finalmente, Nano abordó su distanciamiento con su hermana Kel, atribuyéndolo, entre otras razones, a su falta de apoyo frente a lo ocurrido. “Yo tenía esperanzas de que ante esta situación ella me defendiera, le creyera a Rebe sobre el abuso y volviéramos a ser los hermanos que éramos, principalmente porque siempre se ha jactado de ser feminista y apoyar a las mujeres. Lamentablemente, al parecer, para ella cuando el abusador es su padre no aplica. Yo hoy en día no tengo padre ni hermana”, sentenció. Fuente: Publimetro
En medio de una reciente publicación en redes sociales donde Rebeca Naranjo —actual pareja de Hernán “Nano” Calderón — volvió a referirse a los presuntos episodios de acoso y abuso que habría sufrido por parte de su suegro, Hernán Calderón Salinas, reflotaron sus declaraciones en televisión realizadas hace cuatro años. Fue en el exmatinal Bienvenidos, de Canal 13, donde Naranjo compartió por primera vez su testimonio en público, en una entrevista que vuelve a cobrar relevancia por su crudeza y por los hechos que se desencadenaron. En la conversación con el periodista Polo Ramírez, la joven relató entre lágrimas cómo fue el deterioro del vínculo con Calderón Salinas, un reconocido abogado y figura pública, y cómo esas experiencias desembocaron en uno de los episodios judiciales más mediáticos de 2020: la agresión con un arma blanca que cometió Nano Calderón contra su padre, y por lo que terminó siendo condenado por lesiones y amenazas. “A él (Hernán Calderón) siempre lo vi como una autoridad, un adulto preocupado”, comenzó recordando Rebeca Naranjo en dicha entrevista. “Al principio siempre fue preocupado, estaba pendiente. Me sentí acogida con él, pero casi nunca teníamos contacto, porque él se iba a trabajar muy temprano y volvía en la noche”, explicó, describiendo los primeros meses de convivencia en el hogar familiar. La confianza inicial, sin embargo, se fue resquebrajando por comportamientos que ella comenzó a sentir como inapropiados. Uno de los primeros momentos que la hicieron sospechar ocurrió en la cocina de la casa. “Me saluda, me pregunta cómo estaba todo. Me toma por detrás, me da un beso en cada mejilla y me dice ‘descanse’. Aquí sentí una insinuación, me sentí extraña con ese hecho en particular. No sabía las intenciones”, relató entonces. El episodio más traumático, según su relato, ocurrió mientras se encontraba sola en la habitación de invitados. “Me agaché para tomar productos de mi tienda y en eso siento una persona por detrás... Me empezó a tocar la piel, me dice que tengo la piel rica y suavecita y ahí tomo en cuenta que no era Nano, sino él” , afirmó, conteniendo el llanto. “Tenía mucho miedo, me daba miedo que me fueran a cuestionar. Me paralicé, empecé a transpirar” , agregó. Según Naranjo, Calderón Salinas se acercó aún más y le comentó sobre una mancha en su short. “Se me acerca al cuello y me dice ‘cosita bien hecha tú‘. Yo no sabía qué hacer. Me di cuenta de que lo que sospechaba era cierto” , señaló. Esa noche, según reveló, se refugió en casa de su hermana y optó por no contarle la verdad a Nano por miedo a su reacción. “Tuve que mentirle. Le dije que mi hermana había peleado con su pareja y por eso me iba donde ella”, confesó. “Tenía miedo de que quizá me cuestionen” Un tercer episodio de acoso, según su testimonio, ocurrió tras una discusión menor con su pareja. Rebeca se había ido a la pieza de invitados cuando, inesperadamente, su suegro entró. “Se sentó al lado mío y me pregunta cómo estaban las cosas con Nano. Me hizo cariño por el cuello y su mano tocó mi pecho. Ahí reaccioné y le saqué la mano. Me sentí mal, cochina”, dijo con evidente angustia. Consultada entonces sobre por qué no denunció en ese momento, Rebeca fue clara: “Sé que él es una persona ‘poderosa’ y tenía miedo de que quizá me cuestionen, que crean que es mentira, aunque creo que una mujer no mentiría con algo de ese tipo”. El testimonio televisivo cerró con un estremecedor momento en que rompió en llanto : “Cuando estaba sola, me daba miedo de que (Hernán Calderón) fuera a entrar y me siguiera tocando… que me fuera a violar o cualquier…”. No pudo terminar la frase. Hoy, sus palabras vuelven a circular con fuerza en redes, donde también recibió el respaldo de su pareja, Nano Calderón, y donde en los últimos días expusieron una serie de pruebas que comprobarían los presuntos abusos cometidos por Calderón Salinas. Fuente: Publimetro
En medio de un nuevo escándalo familiar, Hernán “Nano” Calderón Argandoña emitió un comunicado público donde respaldó las acusaciones de abuso sexual realizadas por su pareja, Rebeca Naranjo, en contra de su padre, Hernán Calderón Salinas. La denuncia, que fue revelada tras la reciente participación televisiva de su hermana Kel Calderón, data de antiguos episodios que habrían ocurrido el año 2020, y que explicarían también el violento incidente que terminó con Nano condenado por amenazas y lesiones contra su progenitor. En las últimas horas, Rebeca Naranjo, a través de su cuenta de Instagram, relató los acosos, insinuaciones y tocaciones que habría recibido por parte de su suegro mientras vivieron juntos en el departamento de Hernán Calderón Salinas. Su testimonio buscaba aclarar las razones detrás de la agresión de Nano a su padre, que en su momento causó gran conmoción mediática. Siguiendo esta línea, Nano decidió también compartir su versión de los hechos mediante un comunicado en redes sociales. “Si cuento esto ahora es única y exclusivamente porque Rebe tomó la decisión de hacerlo, ella fue, es y siempre será mi prioridad”, declaró el joven empresario. Según relató, en 2020, tras pasar por un difícil momento económico debido a malas inversiones, su padre les ofreció a él y a su pareja irse a vivir a su departamento. Durante los primeros meses, la convivencia transcurrió sin mayores problemas. Sin embargo, con el paso del tiempo, Nano notó cambios en el comportamiento de Rebeca. “Si quería servirse un vaso de bebida en la noche me pedía que por favor la acompañara a la cocina. Si yo tenía que salir a hacer un trámite, me pedía por favor ir conmigo”, relató. La situación se volvió insostenible cuando, seis meses después, Rebeca decidió abandonar el departamento, prometiéndole a Nano contarle los motivos al día siguiente, al momento de retirar todas sus cosas. Fue entonces cuando ella le narró los episodios de acoso y abuso sexual que habría vivido. Incluso, le contó que apenas minutos antes de irse, Hernán Calderón Salinas la siguió, la tomó del brazo y le dijo: “Yo quería que fueras mía, ¿no te atreves?”. Ella logró zafarse y salir del lugar. Nano, profundamente afectado, subió a encarar a su padre. “Ahí es donde pasa la primera discusión”, recordó. Hernán Calderón Salinas negó los hechos, asegurando que había habido un malentendido y sugiriendo llamar a Rebeca en ese instante. La respuesta de ella fue categórica: “Usted sabe lo que hizo, no tengo necesidad de inventar nada”. Con el tiempo, y ante la insistencia de Nano, Rebeca reveló más detalles de los abusos. “Me comentó que en uno de esos últimos días ella estaba en la pieza de invitados viendo unas cosas de su trabajo y llega Salinas por la espalda y le toca el cuello y los brazos diciéndole ‘Tienes una piel muy rica y suavecita’. Ella se para y antes de poder irse, él le dice ‘¿Qué tienes ahí?’ A lo que ella se voltea a ver qué era, y en ese instante Salinas le levanta el short y le pone la mano en su glúteo”, relató Nano. Además, la joven mostró pantallazos de conversaciones en las que Hernán Calderón Salinas le hacía insinuaciones de carácter sexual, incluso cuestionando su relación con Nano. Con estas pruebas en mano, Nano enfrentó nuevamente a su padre. Según su relato, llegó hasta el domicilio para enfrentarlo. Allí le mostró los mensajes enviados a Rebeca, lo que desencadenó una pelea física. “Mientras peleábamos, su pareja intenta separarnos y él es quien intenta correrme a mí, pero se equivoca y termina empujando a su pareja”, aclaró, desmintiendo versiones que lo responsabilizaban del golpe a la mujer. La pelea culminó cuando Nano, intentando liberarse del agarre de su padre, usó un cuchillo con el que le causó un corte en la mano antes de abandonar el departamento. Posteriormente, su padre lo denunció por parricidio frustrado, dando inicio a un proceso judicial que terminó con Nano condenado por amenazas y lesiones. Sobre las secuelas emocionales de este episodio, Nano reveló que debió ser internado en una clínica psiquiátrica. Fue durante su hospitalización cuando se enteró de la denuncia en su contra. “Quizás mi error fue no haber desconfiado antes de quien se suponía era mi ‘padre’, alguien que yo ingenuamente admiraba antes de conocer la persona que realmente era”, reflexionó. “Nunca imaginé que quien era el culpable iba a llamar a carabineros para quedar de víctima. Jamás apoyaré ni encubriré a un abusador sexual, ni aún cuando sea mi propio padre”, agregó contundente. Finalmente, Nano abordó su distanciamiento con su hermana Kel, atribuyéndolo, entre otras razones, a su falta de apoyo frente a lo ocurrido. “Yo tenía esperanzas de que ante esta situación ella me defendiera, le creyera a Rebe sobre el abuso y volviéramos a ser los hermanos que éramos, principalmente porque siempre se ha jactado de ser feminista y apoyar a las mujeres. Lamentablemente, al parecer, para ella cuando el abusador es su padre no aplica. Yo hoy en día no tengo padre ni hermana”, sentenció. Fuente: Publimetro