Vivimos una crisis global de salud mental: la vida agitada, el bombardeo de redes sociales, la lucha constante por metas materiales, el distanciamiento emocional y unas relaciones cada vez más superficiales han disparado la ansiedad y los problemas de sueño. En ese contexto, en China ha surgido una moda tan inusual como viral: los adultos compran y utilizan chupetes gigantes para ellos mismos, pagando entre 10 y 500 yuanes (1,40 a 70 dólares), según medios como South China Morning Post,y New York Post. La “regresión” como válvula de escape infantil Difundidos por plataformas como Taobao o JD.com, estos chupetes se presentan como a livio para el estrés, ayuda para dormir e incluso como herramienta para dejar de fumar. Psicólogos chinos explican su auge mediante el “fenómeno de regresión” : ante presiones extremas, los adultos vuelven inconscientemente a símbolos infantiles que generan seguridad. Usuarios describen sentir una “sensación de protección de la infancia” al usarlos, de acuerdo con New York Post. Viralidad, cifras y popularidad inesperada La tendencia explotó en redes como Weibo, registrando decenas de millones de vistas. Un chupete popular superó las 10 000 ventas en Taobao, a apenas unos 15 yuanes (2 USD) cada uno, según China Daily. Se estima que algunos vendedores comercializan más de 2000 unidades mensuales. Entre consuelo y advertencias sanitarias Muchos usuarios aseguran sentirse relajados al morderlos durante el trabajo, dormir mejor o incluso reducir impulsos al dejar de fumar. Sin embargo, médicos advierten sobre los riesgos: el dentista Tang Caomin señala que la estructura bucal adulta difiere mucho y que el uso prolongado puede causar trastornos en la articulación temporomandibular, dolor articular, apertura limitada de la boca e incluso daño en la mucosa oral, según el portal Oddity Central. También existe peligro de asfixia si se duerme con el chupete en la boca. Desde Estados Unidos, destacan que esta tendencia ya traspasa fronteras, y el ortodoncista Ben Winters advierte que “arruina la mordida” (open bite), obliga a usar aparatos dentales y genera patrones de deglución no adecuados (“tongue thrust”), con riesgos de habla y salud bucal, según New York Post. Psicológicamente, hay voces que cuestionan si este autoconsuelo salva realmente o solo enmascara el problema real. ¿Moda pasajera o reflejo de una sociedad al límite? Algunos internautas se burlan: “Este mundo está tan loco que los adultos usan chupetes”. Otros, más críticos, como conservadores de Estados Unidos, lo ridiculizan como falta de madurez emocional. Pero detrás de este fenómeno puede haber señales de vidas saturadas: burnout, soledad y falta de recursos emocionales. Mientras unos buscan alivio en un objeto infantil, expertos sugieren métodos alternativos más saludables como chicles, juguetes antiestrés, técnicas de respiración o terapia profesional. La tendencia del chupete para adultos en China desafía nuestra percepción sobre la adultez y el alivio emocional. En una era dominada por el estrés, la presión laboral, el aislamiento y las relaciones cada vez más superficiales, muchas personas recurren a mecanismos abruptos para sentir calma inmediata, como morder un chupete gigante. Pero como advierten especialistas, este alivio superficial puede tener consecuencias: dañar la salud bucal, afectar la articulación mandibular o simplemente ignorar el verdadero origen del malestar no es solución. Siempre se estará buscando nuevas formas para combatir el estrés, y quizá esta tendencia sea un reflejo de la necesidad de explorar alternativas. Tal vez sea momento de replantearnos cómo vivimos, cómo manejamos nuestro autocuidado y cómo enfrentamos la ansiedad: en lugar de retroceder a hábitos infantiles, podríamos aprender a entender nuestras emociones, priorizar la salud mental y adoptar estrategias más efectivas, como la meditación, la actividad física, el apoyo profesional o técnicas de respiración. Este fenómeno, más allá de lo curioso, invita a reflexionar sobre nuestra relación con el bienestar y a cuestionar si buscamos alivio rápido o soluciones duraderas para cuidar nuestra mente y nuestro cuerpo.
La diputada representante de la región de O’Higgins, Carla Morales presentó una solicitud de oficio al Ministerio de Desarrollo Social y Familia, a la Subsecretaría de la Niñez y al Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, exigiendo información sobre las acciones implementadas para prevenir delitos de trata y esclavitud infantil, particularmente en contextos de migración. PUBLICIDAD En ese contexto, Morales destacó la gravedad del caso de una niña boliviana de ocho años, que fue vendida e ingresada irregularmente al país y sometida a condiciones de esclavitud en un campamento en Rengo, región de O’Higgins. “Es inconcebible que en pleno siglo XXI sigamos enfrentando situaciones tan brutales como esta, donde una niña es vendida por su propia abuela y expuesta a violencia, explotación y abandono total. Esto evidencia un preocupante vacío en la protección de los derechos de la infancia migrante”, afirmó. La parlamentaria subrayó que este caso no debe considerarse aislado, sino un reflejo de fallas estructurales en el sistema de protección infantil y la gestión fronteriza. “La desprotección institucional y la falta de un sistema de alerta temprana dejan a miles de niños en situación de vulnerabilidad extrema, invisibles para el Estado y expuestos a redes de trata y explotación”, agregó Morales. Entre las solicitudes planteadas en el oficio, la congresista exige información sobre medidas específicas para proteger a niños migrantes en campamentos, la existencia de catastros actualizados sobre menores en condiciones precarias, y protocolos de asistencia jurídica y psicológica. También solicitó detalles sobre la coordinación con sistemas judiciales de países vecinos, especialmente Bolivia, para prevenir y sancionar estos delitos. Finalmente, la legisladora instó a las autoridades a fortalecer la fiscalización en pasos fronterizos no habilitados y en campamentos con alta población migrante, sin caer en la criminalización, como una estrategia para garantizar derechos fundamentales. “Es urgente actuar con determinación para proteger a los niños y niñas más vulnerables, especialmente aquellos que enfrentan condiciones de extrema pobreza y migración”, concluyó la diputada. Fuente: Publimetro
Vivimos una crisis global de salud mental: la vida agitada, el bombardeo de redes sociales, la lucha constante por metas materiales, el distanciamiento emocional y unas relaciones cada vez más superficiales han disparado la ansiedad y los problemas de sueño. En ese contexto, en China ha surgido una moda tan inusual como viral: los adultos compran y utilizan chupetes gigantes para ellos mismos, pagando entre 10 y 500 yuanes (1,40 a 70 dólares), según medios como South China Morning Post,y New York Post. La “regresión” como válvula de escape infantil Difundidos por plataformas como Taobao o JD.com, estos chupetes se presentan como a livio para el estrés, ayuda para dormir e incluso como herramienta para dejar de fumar. Psicólogos chinos explican su auge mediante el “fenómeno de regresión” : ante presiones extremas, los adultos vuelven inconscientemente a símbolos infantiles que generan seguridad. Usuarios describen sentir una “sensación de protección de la infancia” al usarlos, de acuerdo con New York Post. Viralidad, cifras y popularidad inesperada La tendencia explotó en redes como Weibo, registrando decenas de millones de vistas. Un chupete popular superó las 10 000 ventas en Taobao, a apenas unos 15 yuanes (2 USD) cada uno, según China Daily. Se estima que algunos vendedores comercializan más de 2000 unidades mensuales. Entre consuelo y advertencias sanitarias Muchos usuarios aseguran sentirse relajados al morderlos durante el trabajo, dormir mejor o incluso reducir impulsos al dejar de fumar. Sin embargo, médicos advierten sobre los riesgos: el dentista Tang Caomin señala que la estructura bucal adulta difiere mucho y que el uso prolongado puede causar trastornos en la articulación temporomandibular, dolor articular, apertura limitada de la boca e incluso daño en la mucosa oral, según el portal Oddity Central. También existe peligro de asfixia si se duerme con el chupete en la boca. Desde Estados Unidos, destacan que esta tendencia ya traspasa fronteras, y el ortodoncista Ben Winters advierte que “arruina la mordida” (open bite), obliga a usar aparatos dentales y genera patrones de deglución no adecuados (“tongue thrust”), con riesgos de habla y salud bucal, según New York Post. Psicológicamente, hay voces que cuestionan si este autoconsuelo salva realmente o solo enmascara el problema real. ¿Moda pasajera o reflejo de una sociedad al límite? Algunos internautas se burlan: “Este mundo está tan loco que los adultos usan chupetes”. Otros, más críticos, como conservadores de Estados Unidos, lo ridiculizan como falta de madurez emocional. Pero detrás de este fenómeno puede haber señales de vidas saturadas: burnout, soledad y falta de recursos emocionales. Mientras unos buscan alivio en un objeto infantil, expertos sugieren métodos alternativos más saludables como chicles, juguetes antiestrés, técnicas de respiración o terapia profesional. La tendencia del chupete para adultos en China desafía nuestra percepción sobre la adultez y el alivio emocional. En una era dominada por el estrés, la presión laboral, el aislamiento y las relaciones cada vez más superficiales, muchas personas recurren a mecanismos abruptos para sentir calma inmediata, como morder un chupete gigante. Pero como advierten especialistas, este alivio superficial puede tener consecuencias: dañar la salud bucal, afectar la articulación mandibular o simplemente ignorar el verdadero origen del malestar no es solución. Siempre se estará buscando nuevas formas para combatir el estrés, y quizá esta tendencia sea un reflejo de la necesidad de explorar alternativas. Tal vez sea momento de replantearnos cómo vivimos, cómo manejamos nuestro autocuidado y cómo enfrentamos la ansiedad: en lugar de retroceder a hábitos infantiles, podríamos aprender a entender nuestras emociones, priorizar la salud mental y adoptar estrategias más efectivas, como la meditación, la actividad física, el apoyo profesional o técnicas de respiración. Este fenómeno, más allá de lo curioso, invita a reflexionar sobre nuestra relación con el bienestar y a cuestionar si buscamos alivio rápido o soluciones duraderas para cuidar nuestra mente y nuestro cuerpo.
La diputada representante de la región de O’Higgins, Carla Morales presentó una solicitud de oficio al Ministerio de Desarrollo Social y Familia, a la Subsecretaría de la Niñez y al Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, exigiendo información sobre las acciones implementadas para prevenir delitos de trata y esclavitud infantil, particularmente en contextos de migración. PUBLICIDAD En ese contexto, Morales destacó la gravedad del caso de una niña boliviana de ocho años, que fue vendida e ingresada irregularmente al país y sometida a condiciones de esclavitud en un campamento en Rengo, región de O’Higgins. “Es inconcebible que en pleno siglo XXI sigamos enfrentando situaciones tan brutales como esta, donde una niña es vendida por su propia abuela y expuesta a violencia, explotación y abandono total. Esto evidencia un preocupante vacío en la protección de los derechos de la infancia migrante”, afirmó. La parlamentaria subrayó que este caso no debe considerarse aislado, sino un reflejo de fallas estructurales en el sistema de protección infantil y la gestión fronteriza. “La desprotección institucional y la falta de un sistema de alerta temprana dejan a miles de niños en situación de vulnerabilidad extrema, invisibles para el Estado y expuestos a redes de trata y explotación”, agregó Morales. Entre las solicitudes planteadas en el oficio, la congresista exige información sobre medidas específicas para proteger a niños migrantes en campamentos, la existencia de catastros actualizados sobre menores en condiciones precarias, y protocolos de asistencia jurídica y psicológica. También solicitó detalles sobre la coordinación con sistemas judiciales de países vecinos, especialmente Bolivia, para prevenir y sancionar estos delitos. Finalmente, la legisladora instó a las autoridades a fortalecer la fiscalización en pasos fronterizos no habilitados y en campamentos con alta población migrante, sin caer en la criminalización, como una estrategia para garantizar derechos fundamentales. “Es urgente actuar con determinación para proteger a los niños y niñas más vulnerables, especialmente aquellos que enfrentan condiciones de extrema pobreza y migración”, concluyó la diputada. Fuente: Publimetro