En el marco del Día del Trabajo, el precandidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast, presentó el “Plan M&M: Más y mejores empleos para Chile”, una agenda centrada en la libertad, la flexibilidad y la dignidad laboral. “Hoy en Chile hay más de 860 mil personas sin trabajo. Las más afectadas son las mujeres, los jóvenes y los adultos mayores. Estamos trabajando menos de lo que podemos y en peores condiciones”, apuntó Kast. En esa línea, señaló que “eso no es responsabilidad de los trabajadores, es responsabilidad de un Estado que ha fracasado como colaborador en la generación de las condiciones para que la economía crezca y genere empleo”. El exdiputado aseguró que el intervencionismo estatal y las políticas asistencialistas han destruido el mercado laboral y las oportunidades para millones de chilenos. Por ello, propuso una transformación al sistema bajo cinco principios: más oportunidades, más flexibilidad, más formalidad, más tecnología y más libertad. “Chile necesita más trabajo y mejor trabajo. Necesita volver a crecer, volver a confiar, y volver a premiar el esfuerzo. Esa es la misión de los primeros trazos del Plan Más y Mejor Trabajo”, afirmó. Revisa las propuestas iniciales del Plan M&M a continuación: 1. Indemnización a todo evento con cuenta individual : sistema moderno y voluntario, como alternativa al existente, que permite pactar entre trabajadores y empleadores, con fondos que se acumulan en cuentas personales. Esta medida busca reducir la judicialización y dar más certezas para la contratación. 2. Flexibilización laboral real : Impulso a modalidades modernas como trabajo remoto, contratos por hora, y adaptaciones que beneficien a estudiantes, cuidadores, madres y adultos mayores. Todo con base en acuerdos individuales. 3. Reforma profunda de la Dirección del Trabajo : Kast propone eliminar el -supuesto- sesgo ideológico en la fiscalización laboral, digitalizar completamente los procesos y enfocar la acción en seguridad, higiene y previsión, no en formalismos. 4. Defensa de los ahorros previsionales : El Plan plantea eliminar el préstamo estatal obligatorio de la reforma previsional acordada por la izquierda y Chile Vamos, y asegurar que el 100% de las cotizaciones lleguen a la cuenta individual del trabajador. Así, finalmente, Kast planteó que “el Estado no crea empleo ni riqueza. El Estado destruye. Quienes levantan Chile todos los días son los emprendedores, los trabajadores y las pequeñas empresas. Nosotros vamos a estar con ellos”.
Con el inicio de la universidad, los estudiantes se enfrentan a un proceso de ajuste significativo. Desde nuevos contextos, ideas, lugares, hasta nuevas relaciones humanas. Todo ello genera una serie de desafíos emocionales que pueden afectar su bienestar, especialmente aquellos que ingresan al primer año. Felipe Rodríguez, académico de la Escuela de Psicología PUCV, destacó la importancia de cuidar la salud mental durante este período de adaptación y explicó cómo aplicar herramientas que ayudan a sobrellevar esta etapa de transición. Uno de los mayores desafíos emocionales que enfrentan los estudiantes de primer año es la organización de su tiempo. Lo primero es ajustarse a lo que significa una nueva dinámica. Ellos asumen desafíos como la organización del tiempo y el establecimiento de nuevas relaciones humanas, lo que puede ser abrumador al principio, señaló el académico. Además, muchos alumnos deben cambiar de residencia, mudándose a una nueva ciudad o región, lo cual implica un proceso de independencia y adaptación a un entorno desconocido. “Este cambio a menudo es una experiencia importante en la vida de los jóvenes, ya que, además de los estudios, deben enfrentarse a aspectos de autonomía personal y manejo de nuevas responsabilidades ”, agregó Rodríguez. Para gestionar este proceso de ajuste, el psicólogo recomienda a los estudiantes que establezcan nuevas rutinas claras pero flexibles, dividiendo adecuadamente el tiempo entre estudio, ocio, descanso y autocuidado. Es esencial tener espacios destinados al estudio y otros para el descanso, y sobre todo, cuidar la salud mental. El autocuidado debe ser una prioridad, es por ello que no deben dejar de lado sus actividades favoritas, sino que integrarlas a la rutina, enfatizó el psicólogo. Asimismo, el académico señaló que el establecimiento de redes de apoyo es clave. Es crucial desarrollar redes sociales con compañeros, profesores y el personal administrativo. Conocer a las personas, hacer actividades juntos y construir una comunidad de apoyo puede facilitar enormemente este proceso de adaptación. En ese sentido, Rodríguez puntualizó que “el descanso, el autocuidado y las relaciones sociales son claves para vivir de manera saludable esta nueva etapa universitaria”
Aunque no lo parezca, la Generación Z (que actualmente rondan el margen entre los 18 y los 25 años de edad) son el único grupo etario que están usando redes sociales significativamente menos que antes. Sus mayores, en cambio, se están volviendo cada vez más dependientes de las distintas plataformas. Por supuesto, tienen sus favoritas como TikTok y YouTube y siguen siendo quienes más utilizan estas plataformas, pero la tendencia general va a la baja mientras la de sus mayores van al alza. A este resultado llegó un estudio del Pew Research Center, tras analizar las tendencias de los usuarios desde 2005 al 2021, mientras que otras encuestas independientes, como la de Piper Sandler -una firma cuyo foco es servir de guía para inversores-, la Generación Z se está alejando cada vez más de casi todas las redes sociales, salvo de TikTok. Sí, tal vez por eso te hayas encontrado con más de algún joven diciendo que Facebook es una red para “viejos”. Así, en vez de prestar su atención -que es, básicamente, lo que se disputan estas plataformas- a Facebook, Instagram, X (ex-Twitter) o incluso WhatsApp, prefieren acudir a Discord para mensajería, a Twitch para transmisiones en vivo de distintos tipos de contenido, a BeReal para publicar breves actualizaciones personales cuando la plataforma lo requiere, y a Poparazzi para fotos con amigos. Una plataforma que se está salvando es YouTube, según el mismo centro Pew, el cual registró que la plataforma de videos es la más usada por los Gen-Z más jóvenes, de entre 13 y 17 años. Según Axios, mucho tiene que ver con la percepción de “toxicidad” que históricamente ha rondado en las redes sociales. De acuerdo con dicho sitio, ello habría llevado a que, por ejemplo, TikTok evite describirse como una y en vez de eso afirme ser una “plataforma de entretenimiento”, BeReal directamente que “no somos otra red social”, e incluso que Meta prefiera llamarse una compañía del “Metaverso”. Y Google no escapa de la tendencia tampoco, constata NBC. Según el vicepresidente senior Prabhakar Raghavan, dicha plataforma ha detectado que los jóvenes están acudiendo más a Instagram y TikTok que al buscador de Google para consultas de información, o incluso que a Maps para ubicaciones.
La octava versión del estudio “Radiografía Digital de Niños, Niñas y Adolescentes 2025” , reveló que los menores reciben su primer celular a los 10 años. Por otro lado, más de la mitad de los encuestados contó que pasa cerca de cuatro horas en Internet. Si bien se ha comprobado que la adicción a las pantallas y a las redes sociales en la niñez y adolescencia puede afectar su desarrollo, poco se ha pensado en los efectos a futuro. El profesor del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Mauricio López, señala que “hay cierto acuerdo en que el uso –sobre todo de redes sociales– puede ser problemático y, por lo tanto, en general la recomendación sería r etrasar al máximo la utilización de este tipo de plataformas, en particular en niños, niñas y adolescentes “. La actual generación El psiquiatra jefe de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, Carlos Ibáñez, plantea que la actual generación de adultos mayores no presenta un problema de adicción a redes sociales o a Internet. “El gran problema de los adultos mayores es la soledad y el aislamiento. Entonces, en ese sentido, el uso de redes sociales no es necesariamente negativo. De hecho, hay varios esfuerzos por ocupar estas herramientas online para facilitar el contacto y el mantenerse vinculados”, aclara. Ibáñez, afirma que “ no es tan claro como en la población menor, en los niños y adolescentes, que sea un problema el uso de redes sociales en los adultos mayores. Diría que hay un margen de incluso beneficios para algunos. No ocuparía la misma aproximación que se ocupa al analizar este tema en los menores”. “Los grandes problemas de los adultos mayores tienen que ver con el aislamiento y la soledad. Entonces, si es que son bien ocupadas las redes sociales y el Internet van a tener mayor conexión. Puede ser con familiares, con otros adultos mayores”, destaca. Adultos mayores usando celulares ¿Y los adultos del futuro? Si bien las redes sociales y el uso de pantallas no parece ser un problema para la actual generación de adultos mayores, el panorama cambia cuando comenzamos a pensar en el futuro. En ese sentido, Ibáñez es enfático en señalar que “hay un montón de problemas. Está súper claro que las redes sociales están más asociadas a síntomas depresivos, a problemas de sociabilización. En el fondo, está muy claro que se debe evitar el acceso a estos smartphones a los adolescentes, ahí no hay ninguna discusión, es muy claro que es dañino. Evidentemente, todos esos daños son de consecuencias largas ”. “ Si ahora tiene un uso adictivo, con alta probabilidad va a tener un uso adictivo por harto tiempo más. No sería ninguna sorpresa que en generaciones posteriores, que se criaron con estas tecnologías, sí se generen conductas adictivas y sí sea un problema, que es distinto a lo que ocurre ahora ”, finaliza.
El fentanilo, un opioide sintético con una potencia hasta 50 veces mayor que la heroína, se ha convertido en un grave problema de salud pública en América del Norte y ahora plantea una amenaza emergente en Chile. Aunque su uso legítimo en tratamientos médicos lo posiciona como un recurso valioso para el manejo del dolor severo, su irrupción en el mercado clandestino podría desencadenar una emergencia sanitaria sin precedentes, con graves implicancias para la población y el sistema. Según el profesor Ramón Sotomayor-Zárate, doctor en Farmacología, director del Centro de Neurobiología y Fisiopatología Integrativa de la Universidad de Valparaíso (CENFI UV), especialista en drogas de abuso, el fentanilo actúa directamente en los receptores opioides del cerebro, especialmente en el circuito de la recompensa, una estructura clave en la regulación del placer y la motivación: “El fentanilo hackea este sistema, estimulándolo de manera exagerada, lo que genera una dependencia extremadamente alta. Es una droga muy eficaz para tratar el dolor en pacientes oncológicos, pero su potencia también la convierte en altamente peligrosa fuera de este contexto”, explica Sotomayor. Ante la inquietud por la posible expansión ilegal del fentanilo en Chile, el doctor Ramón Sotomayor aclara que esta droga ya está presente en el país como un medicamento aprobado por el Instituto de Salud Pública de Chile (ISPCH) para tratar dolores severos, especialmente en pacientes con cáncer. “El fentanilo es un recurso invaluable en el contexto médico, particularmente para pacientes oncológicos. Si bien puede generar dependencia, su uso está plenamente justificado porque alivia dolores que de otro modo serán intolerables”, afirma el investigador, quien además dirige el Programa de Magíster en Ciencias mención Neurociencias de la Universidad de Valparaíso. Sin embargo, el académico advierte que la situación cambia cuando esta droga sale del control clínico y se introduce al tráfico ilícito. Según el doctor Sotomayor, existen dos fuentes principales de fentanilo: la primera corresponde a productos farmacéuticos, como ocurrió en un caso reciente en que se detectó la venta de ampollas sustraídas de hospitales o clínicas. Este tipo de fentanilo es de grado farmacéutico, que se caracteriza por su alta pureza. La segunda fuente, mucho más peligrosa, es el fentanilo producido en laboratorios clandestinos. “El fentanilo artesanal utiliza precursores químicos y se fabrica sin los estándares de calidad necesarios, lo que resulta en productos altamente contaminados”, enfatiza Sotomayor. Estas sustancias suelen mezclarse con otras drogas, como cocaína o éxtasis, aumentando significativamente los riesgos de intoxicación. “Los contaminantes y la falta de control en su producción generan cuadros de intoxicación graves que no solo afectan al consumidor por el fentanilo, sino también por las sustancias adulterantes”, agrega. El doctor Sotomayor sostiene que la proliferación de estas versiones sintéticas en las calles representaría una amenaza mucho más grave para la salud pública, especialmente entre adolescentes y jóvenes, quienes son los más vulnerables a estas sustancias: “El acceso fácil al fentanilo clandestino podría incrementar significativamente los cuadros de adicción en este grupo. Es lo que ya vemos en el hemisferio norte, donde esta droga ha llegado a las calles de manera alarmante”. Ante esta amenaza, el investigador subraya la importancia de estar alerta a las señales de consumo y sobredosis. Los síntomas incluyen dificultad para respirar, pérdida de conciencia y pupilas contraídas. En caso de emergencia, el doctor en Farmacología recomienda actuar rápidamente acudiendo a un centro de urgencias: “El uso de naloxona puede ser clave para revertir los efectos de una sobredosis, pero lo esencial es la prevención, sobre todo entre los más jóvenes”. El fentanilo ya está en Chile como medicamento inyectable y parches transdérmicos, pero su posible irrupción en el mercado clandestino plantea un desafío para las autoridades y la sociedad. “Evitar que esta droga se propague requiere un esfuerzo coordinado entre salud, educación y seguridad pública. La prevención y la educación son nuestras principales herramientas para frenar lo que podría convertirse en un grave problema de salud pública”, concluye Sotomayor.
En el marco del Día del Trabajo, el precandidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast, presentó el “Plan M&M: Más y mejores empleos para Chile”, una agenda centrada en la libertad, la flexibilidad y la dignidad laboral. “Hoy en Chile hay más de 860 mil personas sin trabajo. Las más afectadas son las mujeres, los jóvenes y los adultos mayores. Estamos trabajando menos de lo que podemos y en peores condiciones”, apuntó Kast. En esa línea, señaló que “eso no es responsabilidad de los trabajadores, es responsabilidad de un Estado que ha fracasado como colaborador en la generación de las condiciones para que la economía crezca y genere empleo”. El exdiputado aseguró que el intervencionismo estatal y las políticas asistencialistas han destruido el mercado laboral y las oportunidades para millones de chilenos. Por ello, propuso una transformación al sistema bajo cinco principios: más oportunidades, más flexibilidad, más formalidad, más tecnología y más libertad. “Chile necesita más trabajo y mejor trabajo. Necesita volver a crecer, volver a confiar, y volver a premiar el esfuerzo. Esa es la misión de los primeros trazos del Plan Más y Mejor Trabajo”, afirmó. Revisa las propuestas iniciales del Plan M&M a continuación: 1. Indemnización a todo evento con cuenta individual : sistema moderno y voluntario, como alternativa al existente, que permite pactar entre trabajadores y empleadores, con fondos que se acumulan en cuentas personales. Esta medida busca reducir la judicialización y dar más certezas para la contratación. 2. Flexibilización laboral real : Impulso a modalidades modernas como trabajo remoto, contratos por hora, y adaptaciones que beneficien a estudiantes, cuidadores, madres y adultos mayores. Todo con base en acuerdos individuales. 3. Reforma profunda de la Dirección del Trabajo : Kast propone eliminar el -supuesto- sesgo ideológico en la fiscalización laboral, digitalizar completamente los procesos y enfocar la acción en seguridad, higiene y previsión, no en formalismos. 4. Defensa de los ahorros previsionales : El Plan plantea eliminar el préstamo estatal obligatorio de la reforma previsional acordada por la izquierda y Chile Vamos, y asegurar que el 100% de las cotizaciones lleguen a la cuenta individual del trabajador. Así, finalmente, Kast planteó que “el Estado no crea empleo ni riqueza. El Estado destruye. Quienes levantan Chile todos los días son los emprendedores, los trabajadores y las pequeñas empresas. Nosotros vamos a estar con ellos”.
Con el inicio de la universidad, los estudiantes se enfrentan a un proceso de ajuste significativo. Desde nuevos contextos, ideas, lugares, hasta nuevas relaciones humanas. Todo ello genera una serie de desafíos emocionales que pueden afectar su bienestar, especialmente aquellos que ingresan al primer año. Felipe Rodríguez, académico de la Escuela de Psicología PUCV, destacó la importancia de cuidar la salud mental durante este período de adaptación y explicó cómo aplicar herramientas que ayudan a sobrellevar esta etapa de transición. Uno de los mayores desafíos emocionales que enfrentan los estudiantes de primer año es la organización de su tiempo. Lo primero es ajustarse a lo que significa una nueva dinámica. Ellos asumen desafíos como la organización del tiempo y el establecimiento de nuevas relaciones humanas, lo que puede ser abrumador al principio, señaló el académico. Además, muchos alumnos deben cambiar de residencia, mudándose a una nueva ciudad o región, lo cual implica un proceso de independencia y adaptación a un entorno desconocido. “Este cambio a menudo es una experiencia importante en la vida de los jóvenes, ya que, además de los estudios, deben enfrentarse a aspectos de autonomía personal y manejo de nuevas responsabilidades ”, agregó Rodríguez. Para gestionar este proceso de ajuste, el psicólogo recomienda a los estudiantes que establezcan nuevas rutinas claras pero flexibles, dividiendo adecuadamente el tiempo entre estudio, ocio, descanso y autocuidado. Es esencial tener espacios destinados al estudio y otros para el descanso, y sobre todo, cuidar la salud mental. El autocuidado debe ser una prioridad, es por ello que no deben dejar de lado sus actividades favoritas, sino que integrarlas a la rutina, enfatizó el psicólogo. Asimismo, el académico señaló que el establecimiento de redes de apoyo es clave. Es crucial desarrollar redes sociales con compañeros, profesores y el personal administrativo. Conocer a las personas, hacer actividades juntos y construir una comunidad de apoyo puede facilitar enormemente este proceso de adaptación. En ese sentido, Rodríguez puntualizó que “el descanso, el autocuidado y las relaciones sociales son claves para vivir de manera saludable esta nueva etapa universitaria”
Aunque no lo parezca, la Generación Z (que actualmente rondan el margen entre los 18 y los 25 años de edad) son el único grupo etario que están usando redes sociales significativamente menos que antes. Sus mayores, en cambio, se están volviendo cada vez más dependientes de las distintas plataformas. Por supuesto, tienen sus favoritas como TikTok y YouTube y siguen siendo quienes más utilizan estas plataformas, pero la tendencia general va a la baja mientras la de sus mayores van al alza. A este resultado llegó un estudio del Pew Research Center, tras analizar las tendencias de los usuarios desde 2005 al 2021, mientras que otras encuestas independientes, como la de Piper Sandler -una firma cuyo foco es servir de guía para inversores-, la Generación Z se está alejando cada vez más de casi todas las redes sociales, salvo de TikTok. Sí, tal vez por eso te hayas encontrado con más de algún joven diciendo que Facebook es una red para “viejos”. Así, en vez de prestar su atención -que es, básicamente, lo que se disputan estas plataformas- a Facebook, Instagram, X (ex-Twitter) o incluso WhatsApp, prefieren acudir a Discord para mensajería, a Twitch para transmisiones en vivo de distintos tipos de contenido, a BeReal para publicar breves actualizaciones personales cuando la plataforma lo requiere, y a Poparazzi para fotos con amigos. Una plataforma que se está salvando es YouTube, según el mismo centro Pew, el cual registró que la plataforma de videos es la más usada por los Gen-Z más jóvenes, de entre 13 y 17 años. Según Axios, mucho tiene que ver con la percepción de “toxicidad” que históricamente ha rondado en las redes sociales. De acuerdo con dicho sitio, ello habría llevado a que, por ejemplo, TikTok evite describirse como una y en vez de eso afirme ser una “plataforma de entretenimiento”, BeReal directamente que “no somos otra red social”, e incluso que Meta prefiera llamarse una compañía del “Metaverso”. Y Google no escapa de la tendencia tampoco, constata NBC. Según el vicepresidente senior Prabhakar Raghavan, dicha plataforma ha detectado que los jóvenes están acudiendo más a Instagram y TikTok que al buscador de Google para consultas de información, o incluso que a Maps para ubicaciones.
La octava versión del estudio “Radiografía Digital de Niños, Niñas y Adolescentes 2025” , reveló que los menores reciben su primer celular a los 10 años. Por otro lado, más de la mitad de los encuestados contó que pasa cerca de cuatro horas en Internet. Si bien se ha comprobado que la adicción a las pantallas y a las redes sociales en la niñez y adolescencia puede afectar su desarrollo, poco se ha pensado en los efectos a futuro. El profesor del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Mauricio López, señala que “hay cierto acuerdo en que el uso –sobre todo de redes sociales– puede ser problemático y, por lo tanto, en general la recomendación sería r etrasar al máximo la utilización de este tipo de plataformas, en particular en niños, niñas y adolescentes “. La actual generación El psiquiatra jefe de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, Carlos Ibáñez, plantea que la actual generación de adultos mayores no presenta un problema de adicción a redes sociales o a Internet. “El gran problema de los adultos mayores es la soledad y el aislamiento. Entonces, en ese sentido, el uso de redes sociales no es necesariamente negativo. De hecho, hay varios esfuerzos por ocupar estas herramientas online para facilitar el contacto y el mantenerse vinculados”, aclara. Ibáñez, afirma que “ no es tan claro como en la población menor, en los niños y adolescentes, que sea un problema el uso de redes sociales en los adultos mayores. Diría que hay un margen de incluso beneficios para algunos. No ocuparía la misma aproximación que se ocupa al analizar este tema en los menores”. “Los grandes problemas de los adultos mayores tienen que ver con el aislamiento y la soledad. Entonces, si es que son bien ocupadas las redes sociales y el Internet van a tener mayor conexión. Puede ser con familiares, con otros adultos mayores”, destaca. Adultos mayores usando celulares ¿Y los adultos del futuro? Si bien las redes sociales y el uso de pantallas no parece ser un problema para la actual generación de adultos mayores, el panorama cambia cuando comenzamos a pensar en el futuro. En ese sentido, Ibáñez es enfático en señalar que “hay un montón de problemas. Está súper claro que las redes sociales están más asociadas a síntomas depresivos, a problemas de sociabilización. En el fondo, está muy claro que se debe evitar el acceso a estos smartphones a los adolescentes, ahí no hay ninguna discusión, es muy claro que es dañino. Evidentemente, todos esos daños son de consecuencias largas ”. “ Si ahora tiene un uso adictivo, con alta probabilidad va a tener un uso adictivo por harto tiempo más. No sería ninguna sorpresa que en generaciones posteriores, que se criaron con estas tecnologías, sí se generen conductas adictivas y sí sea un problema, que es distinto a lo que ocurre ahora ”, finaliza.
El fentanilo, un opioide sintético con una potencia hasta 50 veces mayor que la heroína, se ha convertido en un grave problema de salud pública en América del Norte y ahora plantea una amenaza emergente en Chile. Aunque su uso legítimo en tratamientos médicos lo posiciona como un recurso valioso para el manejo del dolor severo, su irrupción en el mercado clandestino podría desencadenar una emergencia sanitaria sin precedentes, con graves implicancias para la población y el sistema. Según el profesor Ramón Sotomayor-Zárate, doctor en Farmacología, director del Centro de Neurobiología y Fisiopatología Integrativa de la Universidad de Valparaíso (CENFI UV), especialista en drogas de abuso, el fentanilo actúa directamente en los receptores opioides del cerebro, especialmente en el circuito de la recompensa, una estructura clave en la regulación del placer y la motivación: “El fentanilo hackea este sistema, estimulándolo de manera exagerada, lo que genera una dependencia extremadamente alta. Es una droga muy eficaz para tratar el dolor en pacientes oncológicos, pero su potencia también la convierte en altamente peligrosa fuera de este contexto”, explica Sotomayor. Ante la inquietud por la posible expansión ilegal del fentanilo en Chile, el doctor Ramón Sotomayor aclara que esta droga ya está presente en el país como un medicamento aprobado por el Instituto de Salud Pública de Chile (ISPCH) para tratar dolores severos, especialmente en pacientes con cáncer. “El fentanilo es un recurso invaluable en el contexto médico, particularmente para pacientes oncológicos. Si bien puede generar dependencia, su uso está plenamente justificado porque alivia dolores que de otro modo serán intolerables”, afirma el investigador, quien además dirige el Programa de Magíster en Ciencias mención Neurociencias de la Universidad de Valparaíso. Sin embargo, el académico advierte que la situación cambia cuando esta droga sale del control clínico y se introduce al tráfico ilícito. Según el doctor Sotomayor, existen dos fuentes principales de fentanilo: la primera corresponde a productos farmacéuticos, como ocurrió en un caso reciente en que se detectó la venta de ampollas sustraídas de hospitales o clínicas. Este tipo de fentanilo es de grado farmacéutico, que se caracteriza por su alta pureza. La segunda fuente, mucho más peligrosa, es el fentanilo producido en laboratorios clandestinos. “El fentanilo artesanal utiliza precursores químicos y se fabrica sin los estándares de calidad necesarios, lo que resulta en productos altamente contaminados”, enfatiza Sotomayor. Estas sustancias suelen mezclarse con otras drogas, como cocaína o éxtasis, aumentando significativamente los riesgos de intoxicación. “Los contaminantes y la falta de control en su producción generan cuadros de intoxicación graves que no solo afectan al consumidor por el fentanilo, sino también por las sustancias adulterantes”, agrega. El doctor Sotomayor sostiene que la proliferación de estas versiones sintéticas en las calles representaría una amenaza mucho más grave para la salud pública, especialmente entre adolescentes y jóvenes, quienes son los más vulnerables a estas sustancias: “El acceso fácil al fentanilo clandestino podría incrementar significativamente los cuadros de adicción en este grupo. Es lo que ya vemos en el hemisferio norte, donde esta droga ha llegado a las calles de manera alarmante”. Ante esta amenaza, el investigador subraya la importancia de estar alerta a las señales de consumo y sobredosis. Los síntomas incluyen dificultad para respirar, pérdida de conciencia y pupilas contraídas. En caso de emergencia, el doctor en Farmacología recomienda actuar rápidamente acudiendo a un centro de urgencias: “El uso de naloxona puede ser clave para revertir los efectos de una sobredosis, pero lo esencial es la prevención, sobre todo entre los más jóvenes”. El fentanilo ya está en Chile como medicamento inyectable y parches transdérmicos, pero su posible irrupción en el mercado clandestino plantea un desafío para las autoridades y la sociedad. “Evitar que esta droga se propague requiere un esfuerzo coordinado entre salud, educación y seguridad pública. La prevención y la educación son nuestras principales herramientas para frenar lo que podría convertirse en un grave problema de salud pública”, concluye Sotomayor.