Desde agosto de 2025, en Chile se han implementado nuevos códigos de identificación para las llamadas telefónicas, con el prefijo 600 designado para llamadas solicitadas y el prefijo 809 para llamadas no solicitadas o de tipo comercial. Esta medida, destinada a combatir el spam y proteger a los usuarios, ha tenido un efecto inesperado: el aumento del endeudamiento de los consumidores. De acuerdo con un informe de 24horas, las empresas de cobranza han experimentado una disminución del 30 % en su capacidad para recuperar dinero desde la implementación de esta normativa. La razón radica en que las llamadas de seguimiento realizadas por estas compañías no son correctamente identificadas o son rechazadas por los usuarios al ser etiquetadas como posibles spam. Como consecuencia, muchas deudas vencidas no están siendo contactadas, lo que resulta en un aumento del saldo impago, mayores intereses o moras, y una prolongación de los procesos de cobranza, incrementando así el riesgo para los deudores. Para algunos individuos, la falta de contacto implica perder la oportunidad de recibir ofertas de refinanciamiento o reprogramación. Expertos en la materia advierten que si bien la regulación es vista como una victoria para los derechos de los usuarios, es crucial implementar mecanismos que aseguren que la cobranza legítima, como la correspondiente a créditos vencidos, pueda continuar sin obstáculos indebidos. De lo contrario, la supuesta ventaja de frenar el spam podría traducirse en una carga financiera mayor para los consumidores más vulnerables. En este contexto, se insta a los organismos de protección al consumidor a supervisar la interacción entre la normativa anti-spam y la efectividad de la cobranza responsable. Para los usuarios, el mensaje es claro: aunque pueda parecer prudente no contestar todas las llamadas con prefijo 809, en ciertos casos esto puede resultar en menos oportunidades para renegociar deudas y en la acumulación de más obligaciones financieras. Fuente: Publimetro
En Chile, la preocupación por el aumento de estafas telefónicas ha llevado a la implementación de una norma que obliga a las empresas masivas o automatizadas a identificarse con los prefijos 600 y 809. Sin embargo, esta medida ha tenido un efecto inesperado: numerosos pacientes han dejado de contestar llamadas de hospitales y centros de salud por temor a fraudes, lo que resulta en la pérdida de horas médicas y agrava las listas de espera. Ante esta problemática, el diputado Alejandro Bernales (PL) propuso la creación de un prefijo telefónico específico para hospitales y servicios de salud, con el objetivo de que los usuarios puedan identificar fácilmente el origen de la llamada y evitar confusiones. “He recibido testimonios de vecinos de mi distrito (el 26) respecto a esta situación, personas que no contestan el teléfono por las llamadas spam, y que resulta ser muchas veces hospitales agendando operaciones, atenciones u otro tipo. Y no una ni dos, sino que varias. Por eso nosotros ya hace un par de meses le habíamos alertado a esta situación al ministro (Juan Carlos) Muñoz solicitando que en esta idea que lanzó el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones respecto a los prefijos, al 600, al 809 se pudiera incluir una línea exclusiva para temas de salud”, explicó Bernales según recogió The Clinic. El parlamentario ya presentó esta idea al Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones y ahora busca impulsarla con el Ministerio de Salud, considerando su potencial impacto en la reducción de listas de espera. “Él nos planteó la idea, en un comienzo, que podrían estar relacionados al número 600 (...). Pero nosotros insistimos que es un tema que debería estar fuera, deberíamos tener en Chile un prefijo exclusivo para temas de salud, a propósito de la gran cantidad de listas de espera que tenemos”, agregó el diputado liberal. Esta propuesta busca abordar la falta de comunicación efectiva entre hospitales y pacientes, que a menudo resulta en la pérdida de citas médicas y en mayores retrasos en las listas de espera del sistema público. Por otro lado, el subsecretario de Telecomunicaciones, Claudio Araya, destacó la importancia de identificar claramente las llamadas para reducir los riesgos de estafa. “Las personas cuando reciben una llamada, sepan claramente si vienen marcadas con estos prefijos acá se hace una institución responsable. Y cuando venga con un número cualquiera, sea nacional o extranjero, entonces no hay una institución a quien responsabilizar, por lo tanto, hay riesgo mayor de que sea una estafa”, señaló a T13. La discusión sobre esta iniciativa queda ahora abierta en el ámbito legislativo y sanitario, mientras aumenta la urgencia por encontrar soluciones que garanticen que los pacientes no continúen perdiendo atención médica esencial. Fuente: Publimetro
Desde agosto de 2025, en Chile se han implementado nuevos códigos de identificación para las llamadas telefónicas, con el prefijo 600 designado para llamadas solicitadas y el prefijo 809 para llamadas no solicitadas o de tipo comercial. Esta medida, destinada a combatir el spam y proteger a los usuarios, ha tenido un efecto inesperado: el aumento del endeudamiento de los consumidores. De acuerdo con un informe de 24horas, las empresas de cobranza han experimentado una disminución del 30 % en su capacidad para recuperar dinero desde la implementación de esta normativa. La razón radica en que las llamadas de seguimiento realizadas por estas compañías no son correctamente identificadas o son rechazadas por los usuarios al ser etiquetadas como posibles spam. Como consecuencia, muchas deudas vencidas no están siendo contactadas, lo que resulta en un aumento del saldo impago, mayores intereses o moras, y una prolongación de los procesos de cobranza, incrementando así el riesgo para los deudores. Para algunos individuos, la falta de contacto implica perder la oportunidad de recibir ofertas de refinanciamiento o reprogramación. Expertos en la materia advierten que si bien la regulación es vista como una victoria para los derechos de los usuarios, es crucial implementar mecanismos que aseguren que la cobranza legítima, como la correspondiente a créditos vencidos, pueda continuar sin obstáculos indebidos. De lo contrario, la supuesta ventaja de frenar el spam podría traducirse en una carga financiera mayor para los consumidores más vulnerables. En este contexto, se insta a los organismos de protección al consumidor a supervisar la interacción entre la normativa anti-spam y la efectividad de la cobranza responsable. Para los usuarios, el mensaje es claro: aunque pueda parecer prudente no contestar todas las llamadas con prefijo 809, en ciertos casos esto puede resultar en menos oportunidades para renegociar deudas y en la acumulación de más obligaciones financieras. Fuente: Publimetro
En Chile, la preocupación por el aumento de estafas telefónicas ha llevado a la implementación de una norma que obliga a las empresas masivas o automatizadas a identificarse con los prefijos 600 y 809. Sin embargo, esta medida ha tenido un efecto inesperado: numerosos pacientes han dejado de contestar llamadas de hospitales y centros de salud por temor a fraudes, lo que resulta en la pérdida de horas médicas y agrava las listas de espera. Ante esta problemática, el diputado Alejandro Bernales (PL) propuso la creación de un prefijo telefónico específico para hospitales y servicios de salud, con el objetivo de que los usuarios puedan identificar fácilmente el origen de la llamada y evitar confusiones. “He recibido testimonios de vecinos de mi distrito (el 26) respecto a esta situación, personas que no contestan el teléfono por las llamadas spam, y que resulta ser muchas veces hospitales agendando operaciones, atenciones u otro tipo. Y no una ni dos, sino que varias. Por eso nosotros ya hace un par de meses le habíamos alertado a esta situación al ministro (Juan Carlos) Muñoz solicitando que en esta idea que lanzó el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones respecto a los prefijos, al 600, al 809 se pudiera incluir una línea exclusiva para temas de salud”, explicó Bernales según recogió The Clinic. El parlamentario ya presentó esta idea al Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones y ahora busca impulsarla con el Ministerio de Salud, considerando su potencial impacto en la reducción de listas de espera. “Él nos planteó la idea, en un comienzo, que podrían estar relacionados al número 600 (...). Pero nosotros insistimos que es un tema que debería estar fuera, deberíamos tener en Chile un prefijo exclusivo para temas de salud, a propósito de la gran cantidad de listas de espera que tenemos”, agregó el diputado liberal. Esta propuesta busca abordar la falta de comunicación efectiva entre hospitales y pacientes, que a menudo resulta en la pérdida de citas médicas y en mayores retrasos en las listas de espera del sistema público. Por otro lado, el subsecretario de Telecomunicaciones, Claudio Araya, destacó la importancia de identificar claramente las llamadas para reducir los riesgos de estafa. “Las personas cuando reciben una llamada, sepan claramente si vienen marcadas con estos prefijos acá se hace una institución responsable. Y cuando venga con un número cualquiera, sea nacional o extranjero, entonces no hay una institución a quien responsabilizar, por lo tanto, hay riesgo mayor de que sea una estafa”, señaló a T13. La discusión sobre esta iniciativa queda ahora abierta en el ámbito legislativo y sanitario, mientras aumenta la urgencia por encontrar soluciones que garanticen que los pacientes no continúen perdiendo atención médica esencial. Fuente: Publimetro