Las cotorras argentinas son llamativas, tienen colores muy vistosos y hace años comenzaron a migrar a distintos países de Sudamérica, siendo considerada una especie invasora en 19 países, incluyendo Chile, donde si bien se ubicaron inicialmente en comunas del sector oriente de la Región Metropolitana, actualmente ya se pueden ver en casi todas partes. PUBLICIDAD En ese sentido, investigadores de la Universidad de Chile detectaron que las cotorras argentinas son portadoras de la bacteria Chlamydophila psittaci, que es capaz de transmitirse a otras especies, incluyendo a los seres humanos y provocar la enfermedad conocida como “fiebre del loro”. El estudio fue realizado por un equipo liderado por Matilde Larraechea Bascuñan, Cristóbal Briceño, Galia Ramírez y Alejandra Sandoval-Rodríguez y fue publicado recientemente en la Revista Chilena de Infectología. Cómo se contagia la “fiebre del loro” De acuerdo a lo indicado en el documento, la bacteria está presente en grandes cantidades en las heces y secreciones respiratorias de aves infectadas, pudiendo producir una enfermedad aguda o crónica, dependiendo de la cepa, la especie hospedera, la edad y la condición del ave infectada. Dado que esta enfermedad es de naturaleza zoonótica, lo que significa que puede ser transmitida de las aves a los humanos, puede causar “psitacosis humana”, una enfermedad infecciosa con diferentes escenarios clínicos: desde una enfermedad leve similar a la influenza, hasta un cuadro letal con falla multiorgánica. Al respecto, Matilde Larraechea, veterinaria e investigadora de Facultad Veterinaria de la Universidad de Chile que lideró el estudio, explicó que durante el periodo reproductivo de las cotorras, que es en primavera, muchas veces los pichones caen de sus nidos y la gente que circula por el lugar los llevan para sus casas como mascotas, lo que puede aumentar el riesgo de contagio. “ Sabemos que esta es una situación de riesgo habiendo encontrado una bacteria sabemos que se puede transmitir a las personas. Hasta ahora, conocemos un caso en Brasil, ya que una familia había comprado cotorras argentinas en el comercio ilegal como mascotas y esta situación derivó en la transmisión de esta misma bacteria. Provocó siete casos de neumonía severa y seis hospitalizaciones”, señaló. PUBLICIDAD Cotorras argentinas En tanto, los expertos añadieron que también hay otros patógenos que pueden enfermar a las persona, como un ácaro que se encuentra en abundancia en los nidos de las cotorras. “Encontramos por primera vez en Chile la presencia de un ácaro que no se había descrito antes aquí y que abunda en nidos y pichones de cotorras. Este ácaro, también puede picar a personas, pudiendo ser un potencial vector de otros patógenos como virus y bacterias ”, explicó Cristóbal Briceño. “Como las cotorras se han mantenido en ciudades y buscan árboles en altura que abundan en plazas, estas áreas verdes podrían ser focos de riesgo para las personas. Además, al ser muy abundantes y volar sobre las ciudades, a través de sus deposiciones, las cotorras podrían estar contaminando la ciudad con éstos y otros patógenos, poniendo en riesgo la salud humana y animal”, puntualizó el experto.
Las cotorras argentinas son llamativas, tienen colores muy vistosos y hace años comenzaron a migrar a distintos países de Sudamérica, siendo considerada una especie invasora en 19 países, incluyendo Chile, donde si bien se ubicaron inicialmente en comunas del sector oriente de la Región Metropolitana, actualmente ya se pueden ver en casi todas partes. PUBLICIDAD En ese sentido, investigadores de la Universidad de Chile detectaron que las cotorras argentinas son portadoras de la bacteria Chlamydophila psittaci, que es capaz de transmitirse a otras especies, incluyendo a los seres humanos y provocar la enfermedad conocida como “fiebre del loro”. El estudio fue realizado por un equipo liderado por Matilde Larraechea Bascuñan, Cristóbal Briceño, Galia Ramírez y Alejandra Sandoval-Rodríguez y fue publicado recientemente en la Revista Chilena de Infectología. Cómo se contagia la “fiebre del loro” De acuerdo a lo indicado en el documento, la bacteria está presente en grandes cantidades en las heces y secreciones respiratorias de aves infectadas, pudiendo producir una enfermedad aguda o crónica, dependiendo de la cepa, la especie hospedera, la edad y la condición del ave infectada. Dado que esta enfermedad es de naturaleza zoonótica, lo que significa que puede ser transmitida de las aves a los humanos, puede causar “psitacosis humana”, una enfermedad infecciosa con diferentes escenarios clínicos: desde una enfermedad leve similar a la influenza, hasta un cuadro letal con falla multiorgánica. Al respecto, Matilde Larraechea, veterinaria e investigadora de Facultad Veterinaria de la Universidad de Chile que lideró el estudio, explicó que durante el periodo reproductivo de las cotorras, que es en primavera, muchas veces los pichones caen de sus nidos y la gente que circula por el lugar los llevan para sus casas como mascotas, lo que puede aumentar el riesgo de contagio. “ Sabemos que esta es una situación de riesgo habiendo encontrado una bacteria sabemos que se puede transmitir a las personas. Hasta ahora, conocemos un caso en Brasil, ya que una familia había comprado cotorras argentinas en el comercio ilegal como mascotas y esta situación derivó en la transmisión de esta misma bacteria. Provocó siete casos de neumonía severa y seis hospitalizaciones”, señaló. PUBLICIDAD Cotorras argentinas En tanto, los expertos añadieron que también hay otros patógenos que pueden enfermar a las persona, como un ácaro que se encuentra en abundancia en los nidos de las cotorras. “Encontramos por primera vez en Chile la presencia de un ácaro que no se había descrito antes aquí y que abunda en nidos y pichones de cotorras. Este ácaro, también puede picar a personas, pudiendo ser un potencial vector de otros patógenos como virus y bacterias ”, explicó Cristóbal Briceño. “Como las cotorras se han mantenido en ciudades y buscan árboles en altura que abundan en plazas, estas áreas verdes podrían ser focos de riesgo para las personas. Además, al ser muy abundantes y volar sobre las ciudades, a través de sus deposiciones, las cotorras podrían estar contaminando la ciudad con éstos y otros patógenos, poniendo en riesgo la salud humana y animal”, puntualizó el experto.