Luego de la historia de la motosierra y el amor por sus perros clonados que –con el aval de los votantes- le impulsaron finalmente a la Casa Rosada, el presidente Javier Milei no termina de sorprender a los seguidores libertarios que aplauden sus medidas económicas restrictivas y los críticos que lo cuestionan por la forma y el fondo de sus acciones. Esta vez, un récord extravagante le instaló de nuevo en el foco de la controversia, luego de participar recientemente en la entrevista en directo más extensa realizada a algún mandatario argentino. Y es que el “León”, como le apodan sus incondicionales, participó durante ¡seis horas! en una conversación con los conductores del programa “Carajo”, que se emite por la popular plataforma de streaming de los partidarios del presidente. Sin embargo, ya había un antecedente al respecto, porque en abril pasado había tomado parte en el programa del experiodista deportivo Alejandro Fantino en el canal Neura, que se extendió durante cuatro horas y cuarenta minutos. Está claro que a Milei le gustan las conversaciones largas, ojalá sin contradictores e idealmente sin periodistas, de quienes reniega constantemente. Esta vez se puso a disposición del Gordo Dan -cuyo nombre es Daniel Parisini-, el conductor que participó en su campaña y es asiduo visitante de la casa de Gobierno. Los insultos de Milei contra el periodismo “Milei lo pasa bien, se distiende y se queda sin apuro hasta que las velas no ardan. Su visita a Carajo se extendió hasta las dos de la madrugada”, detalló la prensa trasandina, que de paso elaboró el podio de los tres líderes internacionales más “parlanchines” en base a sus discursos o entrevistas: Fidel Castro, Javier Milei, Hugo Chávez y Nicolás Maduro. En ese contexto de confianza, informalidad y sin críticos al frente, Milei abusa de un lenguaje relajado, incluso con alocuciones de grueso calibre e insultante para sus adversarios y donde el blanco predilecto son los periodistas de los medios no oficialistas, a quienes a menudo tilda de “mandriles”, “corruptos”, “ensobrados” y “sicarios”. Y respecto a quienes insiste en reiterar su muletilla de que “no odiamos lo suficiente a los periodistas”. “Tenemos la inmensa alegría de contar con la persona más importante de la Argentina. Él es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, caballero granadero, embajador de la luz y nuestro queridísimo presidente de la Nación”, fue la presentación que le hizo el conductor, con pequeño busto de Milei sobre la mesa. Respecto al nuevo récord del líder derechista argentino, el cronista Pablo Sirvan sostuvo en La Nación que “A Milei le viene resultando más funcional el streaming por dos razones: es una manera de quitarle el cuerpo al periodismo tradicional, al que no se cansa de denostar y repetir que “ya fue”; y porque ya no le basta que los periodistas en los que confía no le hagan repreguntas complicadas y prefiere brindarse a quienes no se avergüenzan de demostrarle su incondicionalidad”. Fuente: Publimetro
Visiblemente incómodo, Javier Milei presentó una versión autoindulgente sobre el episodio que derivó en un escándalo internacional a partir de la difusión en su cuenta de X de la criptomoneda $LIBRA, que el viernes pasado se lanzó, aumentó exponencialmente su valor a raíz del apoyo presidencial y se desmoronó en cuestión de minutos cuando un grupo de traders anónimos retiró ganancias multimillonarias. El Presidente argentino hizo su defensa en una conversación con el periodista Jonatan Viale que no se difundió en vivo y fue interrumpida por los asesores de Milei, según se pudo ver en el video publicado por el propio canal emisor de la entrevista (TN), que luego fue borrado. En el diálogo, el Mandatario buscó negar que él hubiera obtenido beneficios económicos por el proyecto, desligó a sus funcionarios de cualquier error -en especial a su hermana Karina- y fue muy cuidadoso en el trato con los traders detrás del negocio que terminó mal, con denuncias presentadas en Argentina y en Estados Unidos. En ningún momento definió el caso como una estafa, a diferencia de lo que sostienen políticos opositores y especialistas en finanzas. La primera gran respuesta que tuvo que dar Milei es por qué decidió promover en sus redes un negocio de esas características, algo de lo que previenen a los presidentes varios artículos del Código Penal y de la Ley de Ética Pública. Fuente: Emol
Luego de la historia de la motosierra y el amor por sus perros clonados que –con el aval de los votantes- le impulsaron finalmente a la Casa Rosada, el presidente Javier Milei no termina de sorprender a los seguidores libertarios que aplauden sus medidas económicas restrictivas y los críticos que lo cuestionan por la forma y el fondo de sus acciones. Esta vez, un récord extravagante le instaló de nuevo en el foco de la controversia, luego de participar recientemente en la entrevista en directo más extensa realizada a algún mandatario argentino. Y es que el “León”, como le apodan sus incondicionales, participó durante ¡seis horas! en una conversación con los conductores del programa “Carajo”, que se emite por la popular plataforma de streaming de los partidarios del presidente. Sin embargo, ya había un antecedente al respecto, porque en abril pasado había tomado parte en el programa del experiodista deportivo Alejandro Fantino en el canal Neura, que se extendió durante cuatro horas y cuarenta minutos. Está claro que a Milei le gustan las conversaciones largas, ojalá sin contradictores e idealmente sin periodistas, de quienes reniega constantemente. Esta vez se puso a disposición del Gordo Dan -cuyo nombre es Daniel Parisini-, el conductor que participó en su campaña y es asiduo visitante de la casa de Gobierno. Los insultos de Milei contra el periodismo “Milei lo pasa bien, se distiende y se queda sin apuro hasta que las velas no ardan. Su visita a Carajo se extendió hasta las dos de la madrugada”, detalló la prensa trasandina, que de paso elaboró el podio de los tres líderes internacionales más “parlanchines” en base a sus discursos o entrevistas: Fidel Castro, Javier Milei, Hugo Chávez y Nicolás Maduro. En ese contexto de confianza, informalidad y sin críticos al frente, Milei abusa de un lenguaje relajado, incluso con alocuciones de grueso calibre e insultante para sus adversarios y donde el blanco predilecto son los periodistas de los medios no oficialistas, a quienes a menudo tilda de “mandriles”, “corruptos”, “ensobrados” y “sicarios”. Y respecto a quienes insiste en reiterar su muletilla de que “no odiamos lo suficiente a los periodistas”. “Tenemos la inmensa alegría de contar con la persona más importante de la Argentina. Él es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, caballero granadero, embajador de la luz y nuestro queridísimo presidente de la Nación”, fue la presentación que le hizo el conductor, con pequeño busto de Milei sobre la mesa. Respecto al nuevo récord del líder derechista argentino, el cronista Pablo Sirvan sostuvo en La Nación que “A Milei le viene resultando más funcional el streaming por dos razones: es una manera de quitarle el cuerpo al periodismo tradicional, al que no se cansa de denostar y repetir que “ya fue”; y porque ya no le basta que los periodistas en los que confía no le hagan repreguntas complicadas y prefiere brindarse a quienes no se avergüenzan de demostrarle su incondicionalidad”. Fuente: Publimetro
Visiblemente incómodo, Javier Milei presentó una versión autoindulgente sobre el episodio que derivó en un escándalo internacional a partir de la difusión en su cuenta de X de la criptomoneda $LIBRA, que el viernes pasado se lanzó, aumentó exponencialmente su valor a raíz del apoyo presidencial y se desmoronó en cuestión de minutos cuando un grupo de traders anónimos retiró ganancias multimillonarias. El Presidente argentino hizo su defensa en una conversación con el periodista Jonatan Viale que no se difundió en vivo y fue interrumpida por los asesores de Milei, según se pudo ver en el video publicado por el propio canal emisor de la entrevista (TN), que luego fue borrado. En el diálogo, el Mandatario buscó negar que él hubiera obtenido beneficios económicos por el proyecto, desligó a sus funcionarios de cualquier error -en especial a su hermana Karina- y fue muy cuidadoso en el trato con los traders detrás del negocio que terminó mal, con denuncias presentadas en Argentina y en Estados Unidos. En ningún momento definió el caso como una estafa, a diferencia de lo que sostienen políticos opositores y especialistas en finanzas. La primera gran respuesta que tuvo que dar Milei es por qué decidió promover en sus redes un negocio de esas características, algo de lo que previenen a los presidentes varios artículos del Código Penal y de la Ley de Ética Pública. Fuente: Emol