La creatividad y el folclor se dieron cita en un singular concurso que se ha vuelto tradición en este pintoresco municipio cerca de Tegucigalpa, Honduras: la elección de la Gallina Mejor Vestida. El evento, parte de las festividades locales, no solo es una curiosidad viral, sino también un homenaje al significado ancestral del nombre Tatumbla, que en lengua lenca se traduce como “ abundancia de gallos y gallinas ”. Joselina Andino, directora de Justicia Municipal, explicó con orgullo el origen de esta celebración: “La gente se pregunta por qué celebramos una gallina, y es simple: Tatumbla lleva ese nombre. Así que festejamos nuestra identidad”. El concurso exige que las aves participantes sean gallinas criollas, conocidas como gallinas indias, para preservar la tradición. “Deben tener ciertas características: cresta vieja, pico particular, patas delgadas… Y claro, la creatividad del dueño en el atuendo”, detalló Alex Benavides, juez del evento. Este año, la ganadora fue una gallina vestida con un llamativo traje tradicional, diseñada por Daisy Casco, quien se llevó el trofeo y el título para su emplumada reina. “La que gana es la reina de la feria… pero no se la comen, por supuesto”, bromeó Casco, entre risas. “Si hubiera ley de que hay que comérsela, no participo”. La peculiar competencia ha captado la atención nacional e internacional, no solo por la ternura del desfile de aves, sino por su fuerte mensaje de identidad y orgullo local. En Tatumbla, las gallinas no solo ponen huevos: ¡también se visten de gala!
La creatividad y el folclor se dieron cita en un singular concurso que se ha vuelto tradición en este pintoresco municipio cerca de Tegucigalpa, Honduras: la elección de la Gallina Mejor Vestida. El evento, parte de las festividades locales, no solo es una curiosidad viral, sino también un homenaje al significado ancestral del nombre Tatumbla, que en lengua lenca se traduce como “ abundancia de gallos y gallinas ”. Joselina Andino, directora de Justicia Municipal, explicó con orgullo el origen de esta celebración: “La gente se pregunta por qué celebramos una gallina, y es simple: Tatumbla lleva ese nombre. Así que festejamos nuestra identidad”. El concurso exige que las aves participantes sean gallinas criollas, conocidas como gallinas indias, para preservar la tradición. “Deben tener ciertas características: cresta vieja, pico particular, patas delgadas… Y claro, la creatividad del dueño en el atuendo”, detalló Alex Benavides, juez del evento. Este año, la ganadora fue una gallina vestida con un llamativo traje tradicional, diseñada por Daisy Casco, quien se llevó el trofeo y el título para su emplumada reina. “La que gana es la reina de la feria… pero no se la comen, por supuesto”, bromeó Casco, entre risas. “Si hubiera ley de que hay que comérsela, no participo”. La peculiar competencia ha captado la atención nacional e internacional, no solo por la ternura del desfile de aves, sino por su fuerte mensaje de identidad y orgullo local. En Tatumbla, las gallinas no solo ponen huevos: ¡también se visten de gala!