Alba, Chimu, Igor, Mora, Morrón, Pepe, Pipa, Milo, Canela, Uva y Miel, estas dos últimas jubiladas, son los integrantes del equipo canino de la Fundación Tregua. Se trata de perros de terapia, también llamados “Dogtores”, que buscan apoyar a pacientes pediátricos o adolescentes en distintos tipos de tratamientos, los que van desde los odontológicos hasta casos aparentemente más fáciles como la extracción de sangre. La fundación se encarga de desarrollar servicios asistidos con perros en ámbitos hospitalarios “para lograr de forma colaborativa los distintos objetivos de los equipos médicos y sus pacientes. Nuestro trabajo se enfoca en humanizar el entorno hospitalario, reduciendo el estrés, la ansiedad y el dolor percibido en pacientes”. El médico veterinario y fundador de Fundación Tregua, Felipe Brieba, explicó a The Clinic que actualmente tienen un grupo aproximado de 20 “Dogtores”. Son “de distintas razas como son los Labradores, Golden retriever. Pero también tenemos otras razas un poco más exóticas, por decirlo de alguna manera, como un Terranova, Beagle. También hay mestizos y hay otros que son los denominados multiraza que son de origen desconocido. Pero que han llegado a trabajar con nosotros desde refugios que han sido adoptados y luego de un proceso de entrenamiento y de evaluación, se han convertido en perros de terapia”. El trabajo de los “Dogtores” Según explica su fundador, la función de los perritos de Fundación Tregua es “facilitar distintos procesos de terapia, ya sea incorporándolos en una sesión individual. Por ejemplo, en una entrevista con un psicólogo o en una sesión grupal donde haya que hacer una actividad con personas mayores. Incorporar un perro ayuda a la dinámica de la sesión, a facilitar que las personas se movilicen físicamente con mayor motivación, enganchar y participar en la actividad”. “Por ejemplo, visitar una sala de toma de muestras de un hospital, de extracción de sangre, en niños, puede ser una circunstancia bastante estresante. Entonces, la presencia de un perro que acompaña a este niño o a un adolescente… esa interacción puede facilitar la labor del enfermero o enfermera para que le pueda sacar sangre sin tener que luchar con el paciente “, ejemplifica Brieba. “En todos estos años de funcionamiento, incluso en hospitales, no hemos tenido ningún accidente registrado que sea atribuible a que los perros infieran. Cuando los perros participan en muchas interacciones en hospitales y en distintos recintos, hay más facilidades y ventajas que desventajas y accidentes “, recalca. Algunos de los “Dogtores” de Fundación Tregua Desde la fundación señalan que a nivel hospitalario están con ocho programas. En el Hospital Calvo Mackenna, el Hospital Exequiel González Cortés, la Red UC Christus, el Hospital Félix Bulnes, el Hospital Roberto del Río y el Hospital Padre Hurtado. También están presentes en la Fundación Pequeño Cottolengo y trabajan con universidades. Brieba indica que “estos últimos años nos hemos casi especializado en trabajar en recintos hospitalarios. Desde el 2019 al día de hoy trabajamos con el Hospital Exequiel González Cortés. También trabajamos con el Hospital Clínico de la Universidad de Chile donde los estudiantes de Odontología ya están teniendo prácticas clínicas acompañados de perros en sus atenciones. También se trabaja en atenciones odontopediatras a nivel profesional”. Junto con eso, el médico veterinario detalla que “trabajamos con otras instituciones como el Pequeño Cottolengo, donde abarcamos todas las residencias con personas con discapacidad intelectual de alta complejidad, que no son autónomas, que no logran ser independientes y que son residentes permanentes. Nosotros vamos para facilitar el manejo y distintas instancias. También trabajamos con Mejor Niñez. Trabajamos con Casa de Luz que es una residencia donde tienen especialidad en cuidados paliativos para niños y adolescentes con enfermedades catastróficas y ahí vamos a hacer actividades”. La jubilación de los terapeutas perrunos Hace un par de meses se vivió la jubilación de dos perritas emblemáticas del programa. Se trata de Uva y Miel, quienes fueron destacadas en una ceremonia. Desde Tregua contaron que “Uva es matriarca. Está desde el inicio de la fundación desde el 2013 y Miel llegó entre el 2015 ó 2016”. Con respecto a la jubilación de los “Dogtores” afirman que no hay una edad establecida de retiro y que éstos son evaluados constantemente. “Por ejemplo Elvis, que es un perro mestizo de tamaño pequeño se jubiló a los cinco años de edad. Tenía una displasia de cadera severa. Se acogió a retiro y ahora es un perro de compañía, regalón”. “ Mientras más mayores sean los perros, más gradual tiene que ser el retiro. No puede ser un día para otro. Tiene que ir haciéndose una disminución progresiva de su participación en programas. Cada vez menos visitas o las visitas son menos largas, los trayectos son más cortos o las mismas sesiones son menos intensas. Para que vayan disminuyendo su carga laboral de forma gradual porque si se les corta su participación de un momento a otro, son perros, son animales que están habituados a esto. Se les puede generar un gran estrés si es que no se les hace esta pausa gradual porque viven en esto y les gusta”, recalca Brieba.
Más de cuatro mil remolinos azules amanecieron instalados frente al Palacio de La Moneda este viernes 25 de abril, con el objetivo de concientizar durante el Día ¡nternacional contra el maltrato infantil, intervención liderada por Fundación Viento Sur junto a la plataforma Cuidemos la Infancia, como un gesto simbólico por el derecho de todos los niños, niñas y adolescentes a crecer protegidos, amados y libres de violencia. La actividad se enmarca en la campaña nacional “Un golpe o un abrazo”, que durante abril ha recorrido el país planteando la pregunta: ¿cómo reaccionamos los adultos cuando un niño se equivoca? De esta manera, se invita a repensar la crianza y a elegir el camino del respeto, el afecto y la contención. “ Como adultos, tenemos el deber y la responsabilidad de ser un buen ejemplo, poner límites claros, generar espacios para conversar y jugar, y acompañar con amor cada tropiezo de nuestros niños. Recordemos siempre que las caídas y errores son oportunidades valiosas para aprender”, indicó Lucy Ana Avilés, presidenta de Fundación Viento Sur, enfatizando que “ la decisión que tomamos en esos segundos puede definir profundamente el futuro emocional y social de nuestros hijos. Nuestra labor es acompañar a nuestros niños con amor, paciencia y respeto”. En la oportunidad, las organizaciones hicieron un llamado transversal a asumir este desafío como sociedad. “ Las cifras duelen el alma y nos llenan de desafíos como sociedad, 7 de cada 10 niños en Chile dice haber sufrido maltrato o violencia. No podemos seguir justificando gritos, golpes ni indiferencia como formas de crianza. Necesitamos un cambio cultural profundo, uno que parta en casa, pero se sostenga en comunidad”, afirmó Paula Santolaya, directora de programas de Fundación Viento Sur. Asimismo, Santolaya destacó que “ a lo largo de la campaña hemos sentido un enorme respaldo de la ciudadanía, de instituciones, así como del mundo político. Hoy lo que pedimos es coherencia: que ese apoyo se transforme en acción, y que el buen trato sea la regla, no la excepción”. ¿Por qué remolinos azules? El remolino azul es el símbolo internacional de la prevención del maltrato infantil, motivo por el que fue protagonista de la intervención, como un recordatorio de que cada niño y niña merece crecer en un entorno seguro, amoroso y respetuoso. Al cierre de la actividad, se entregó una carta dirigida al Presidente Gabriel Boric, en la que las organizaciones firmantes invitaron al gobierno a sumarse institucionalmente a esta causa y a seguir impulsando políticas públicas que fortalezcan el buen trato hacia la infancia. Fuente: Publimetro
Alba, Chimu, Igor, Mora, Morrón, Pepe, Pipa, Milo, Canela, Uva y Miel, estas dos últimas jubiladas, son los integrantes del equipo canino de la Fundación Tregua. Se trata de perros de terapia, también llamados “Dogtores”, que buscan apoyar a pacientes pediátricos o adolescentes en distintos tipos de tratamientos, los que van desde los odontológicos hasta casos aparentemente más fáciles como la extracción de sangre. La fundación se encarga de desarrollar servicios asistidos con perros en ámbitos hospitalarios “para lograr de forma colaborativa los distintos objetivos de los equipos médicos y sus pacientes. Nuestro trabajo se enfoca en humanizar el entorno hospitalario, reduciendo el estrés, la ansiedad y el dolor percibido en pacientes”. El médico veterinario y fundador de Fundación Tregua, Felipe Brieba, explicó a The Clinic que actualmente tienen un grupo aproximado de 20 “Dogtores”. Son “de distintas razas como son los Labradores, Golden retriever. Pero también tenemos otras razas un poco más exóticas, por decirlo de alguna manera, como un Terranova, Beagle. También hay mestizos y hay otros que son los denominados multiraza que son de origen desconocido. Pero que han llegado a trabajar con nosotros desde refugios que han sido adoptados y luego de un proceso de entrenamiento y de evaluación, se han convertido en perros de terapia”. El trabajo de los “Dogtores” Según explica su fundador, la función de los perritos de Fundación Tregua es “facilitar distintos procesos de terapia, ya sea incorporándolos en una sesión individual. Por ejemplo, en una entrevista con un psicólogo o en una sesión grupal donde haya que hacer una actividad con personas mayores. Incorporar un perro ayuda a la dinámica de la sesión, a facilitar que las personas se movilicen físicamente con mayor motivación, enganchar y participar en la actividad”. “Por ejemplo, visitar una sala de toma de muestras de un hospital, de extracción de sangre, en niños, puede ser una circunstancia bastante estresante. Entonces, la presencia de un perro que acompaña a este niño o a un adolescente… esa interacción puede facilitar la labor del enfermero o enfermera para que le pueda sacar sangre sin tener que luchar con el paciente “, ejemplifica Brieba. “En todos estos años de funcionamiento, incluso en hospitales, no hemos tenido ningún accidente registrado que sea atribuible a que los perros infieran. Cuando los perros participan en muchas interacciones en hospitales y en distintos recintos, hay más facilidades y ventajas que desventajas y accidentes “, recalca. Algunos de los “Dogtores” de Fundación Tregua Desde la fundación señalan que a nivel hospitalario están con ocho programas. En el Hospital Calvo Mackenna, el Hospital Exequiel González Cortés, la Red UC Christus, el Hospital Félix Bulnes, el Hospital Roberto del Río y el Hospital Padre Hurtado. También están presentes en la Fundación Pequeño Cottolengo y trabajan con universidades. Brieba indica que “estos últimos años nos hemos casi especializado en trabajar en recintos hospitalarios. Desde el 2019 al día de hoy trabajamos con el Hospital Exequiel González Cortés. También trabajamos con el Hospital Clínico de la Universidad de Chile donde los estudiantes de Odontología ya están teniendo prácticas clínicas acompañados de perros en sus atenciones. También se trabaja en atenciones odontopediatras a nivel profesional”. Junto con eso, el médico veterinario detalla que “trabajamos con otras instituciones como el Pequeño Cottolengo, donde abarcamos todas las residencias con personas con discapacidad intelectual de alta complejidad, que no son autónomas, que no logran ser independientes y que son residentes permanentes. Nosotros vamos para facilitar el manejo y distintas instancias. También trabajamos con Mejor Niñez. Trabajamos con Casa de Luz que es una residencia donde tienen especialidad en cuidados paliativos para niños y adolescentes con enfermedades catastróficas y ahí vamos a hacer actividades”. La jubilación de los terapeutas perrunos Hace un par de meses se vivió la jubilación de dos perritas emblemáticas del programa. Se trata de Uva y Miel, quienes fueron destacadas en una ceremonia. Desde Tregua contaron que “Uva es matriarca. Está desde el inicio de la fundación desde el 2013 y Miel llegó entre el 2015 ó 2016”. Con respecto a la jubilación de los “Dogtores” afirman que no hay una edad establecida de retiro y que éstos son evaluados constantemente. “Por ejemplo Elvis, que es un perro mestizo de tamaño pequeño se jubiló a los cinco años de edad. Tenía una displasia de cadera severa. Se acogió a retiro y ahora es un perro de compañía, regalón”. “ Mientras más mayores sean los perros, más gradual tiene que ser el retiro. No puede ser un día para otro. Tiene que ir haciéndose una disminución progresiva de su participación en programas. Cada vez menos visitas o las visitas son menos largas, los trayectos son más cortos o las mismas sesiones son menos intensas. Para que vayan disminuyendo su carga laboral de forma gradual porque si se les corta su participación de un momento a otro, son perros, son animales que están habituados a esto. Se les puede generar un gran estrés si es que no se les hace esta pausa gradual porque viven en esto y les gusta”, recalca Brieba.
Más de cuatro mil remolinos azules amanecieron instalados frente al Palacio de La Moneda este viernes 25 de abril, con el objetivo de concientizar durante el Día ¡nternacional contra el maltrato infantil, intervención liderada por Fundación Viento Sur junto a la plataforma Cuidemos la Infancia, como un gesto simbólico por el derecho de todos los niños, niñas y adolescentes a crecer protegidos, amados y libres de violencia. La actividad se enmarca en la campaña nacional “Un golpe o un abrazo”, que durante abril ha recorrido el país planteando la pregunta: ¿cómo reaccionamos los adultos cuando un niño se equivoca? De esta manera, se invita a repensar la crianza y a elegir el camino del respeto, el afecto y la contención. “ Como adultos, tenemos el deber y la responsabilidad de ser un buen ejemplo, poner límites claros, generar espacios para conversar y jugar, y acompañar con amor cada tropiezo de nuestros niños. Recordemos siempre que las caídas y errores son oportunidades valiosas para aprender”, indicó Lucy Ana Avilés, presidenta de Fundación Viento Sur, enfatizando que “ la decisión que tomamos en esos segundos puede definir profundamente el futuro emocional y social de nuestros hijos. Nuestra labor es acompañar a nuestros niños con amor, paciencia y respeto”. En la oportunidad, las organizaciones hicieron un llamado transversal a asumir este desafío como sociedad. “ Las cifras duelen el alma y nos llenan de desafíos como sociedad, 7 de cada 10 niños en Chile dice haber sufrido maltrato o violencia. No podemos seguir justificando gritos, golpes ni indiferencia como formas de crianza. Necesitamos un cambio cultural profundo, uno que parta en casa, pero se sostenga en comunidad”, afirmó Paula Santolaya, directora de programas de Fundación Viento Sur. Asimismo, Santolaya destacó que “ a lo largo de la campaña hemos sentido un enorme respaldo de la ciudadanía, de instituciones, así como del mundo político. Hoy lo que pedimos es coherencia: que ese apoyo se transforme en acción, y que el buen trato sea la regla, no la excepción”. ¿Por qué remolinos azules? El remolino azul es el símbolo internacional de la prevención del maltrato infantil, motivo por el que fue protagonista de la intervención, como un recordatorio de que cada niño y niña merece crecer en un entorno seguro, amoroso y respetuoso. Al cierre de la actividad, se entregó una carta dirigida al Presidente Gabriel Boric, en la que las organizaciones firmantes invitaron al gobierno a sumarse institucionalmente a esta causa y a seguir impulsando políticas públicas que fortalezcan el buen trato hacia la infancia. Fuente: Publimetro