Según la astrología y el signo zodiacal de las personas, se puede conocer qué tanta suerte tendrá en el amor, en el dinero, en lo laboral y en la salud. Esta ciencia ha intentado determinar, desde tiempos remotos, el poder e influencia que el movimiento de los astros tiene en cada una de las personas. Esta rama afirma que cada uno de los 12 signos zodiacales están regidos por rasgos positivos y negativos, así como similitudes y diferencias. A lo que se aspira con ella es a que el ser humano desarrolle sus mejores adaptaciones a los ciclos naturales del universo. Los amantes de la astrología consideran de gran importancia la relación entre los astros y la humanidad y, por ende, lo que estos le deparan a cada personalidad. Por ello, diversos estudiosos del tema, cada mes, semana o incluso a diario, lanzan predicciones para los signos en amor, salud, dinero, trabajo y economía. Actualmente, esta disciplina no pretende predecir lo que sucederá en una situación determinada, sino que centra al ser humano en la búsqueda de la transformación personal, tomando en consideración los fenómenos naturales. Estos son los signos zodiacales que se consideran más conflictivos, por lo que puede ser complicado convivir con ellos: 1. Aries: este es un signo dominante, celoso y un poco conflictivo. Son personas dictatoriales, es decir, que les gusta que sigan sus órdenes. El problema de esta característica es que pueden ser difíciles de manejar en ambientes laborales y familiares. 2. Leo: son imponentes y no les gusta que otra persona les quite el trono pues les gusta ser el centro de atención. Este ego es el que los vuelve conflictivos pues no les gusta ceder su liderazgo y sus reconocimientos. 3. Acuario: las personas regidas por este signo zodiacal no les gusta seguir órdenes, lo que puede ser un problema en ambientes como el laboral. Esto se deriva de su espíritu independiente y en que se ponen como prioridad en todo momento. 4. Tauro: aunque son personas muy pacientes, cuando sobrepasan sus límites se tornan conflictivos. Además, suelen ser tercos, por lo que imponen su punto de vista. Incluso, en ocasiones pueden ser manipuladores para alcanzar sus objetivos. 5. Capricornio: suelen ser el signo más problemático. Usan muchas las sátiras y su humor negro no siempre cae bien. Dichas burlas pueden no gustar en diversos ambientes y además, siempre quieren ser los mejores y sobresalir. Signos zodiacales más difíciles de amar, según el horóscopo Virgo: de acuerdo con datos compartidos por el portal de Nueva Mujer, los nacidos bajo este signo del zodiaco son personas serias, comprometidas y que prefieren la claridad. Son los más difíciles de amar porque les gusta que todo se haga a su manera y, por lo tanto, suelen no ceder ante los demás. Sagitario: las personas nacidas en Sagitario son impulsivas, según MSN, es por ello que se convierten en sujetos difíciles de querer o amar. No les gusta la rutina y siempre buscan nuevas alternativas para llevar a cabo, por lo que la estabilidad no les convence del todo. Géminis: a veces lo quieren todo, pero no están dispuestos a hacer el sacrificio y eso es una variable importante para mantener cualquier tipo de relación. De acuerdo con Terra, los geminianos quieren una vida mejor, pero no están de acuerdo en renunciar a las cosas que tienen. En consecuencia, amar a las personas con este signo zodiacal es complicado.
Cada vez más parejas dejan de lado la costumbre de la clásica cama matrimonial y priorizan su buen descanso y comodidad durmiendo en cuartos separados (es más: un estudio de la Fundación del Sueño de los EE. UU. reveló que el 25% de las parejas de ese país no comparten la cama). Algunos lo llaman divorcio de sueño, pero, en realidad, los expertos dicen que, en muchos casos, este arreglo contribuye a mantener un vínculo de pareja saludable. Recordemos esto: negociar es una de las habilidades de una pareja feliz. Y, aunque para algunos la decisión de dejar de lado el ritual del cuarto compartido puede golpear sus creencias nucleares respecto de lo que corresponde o no en una relación, otros se animan a romper los moldes y a adaptarlos a su medida. Hoy sabemos que somos nosotros los que ponemos las reglas. ¿Por qué elegirlo? Quienes eligen dormir separados lo hacen principalmente por alguna de estas dos razones: 1. Por incomodidades físicas: puede que alguno de los dos ronque, padezca del síndrome de las piernas inquietas, tenga insomnio o trabaje de noche y se acueste en la madrugada, por ejemplo. 2. En pos de tener un espacio individual: para poder tener un espacio íntimo de cada uno sin tener que compartirlo con nadie. Mi cuarto, mis reglas. Ganar o ganar Lo bueno: no se trata solo de ver Netflix hasta la hora que quieras o de estirarte en la cama cual estrella de mar. Para la relación, dormir separados puede ayudar a disminuir ciertas discusiones sobre temas que no suelen ser simples de solucionar y que tienen que ver con la vida, el cuerpo o el estilo de vida del otro. Otro plus: el mantener un espacio de total intimidad suele hacernos sentir que no resignamos todo en función de la pareja. Esto nos ayuda a que podamos sostener el vínculo a largo plazo. Ahora lo malo: la idea de dormir separados puede generar dudas o inseguridades acerca de las intenciones del otro, si es que ambos no están totalmente en la misma sintonía. Además, se puede perder algo de espontaneidad en el sexo, ya que es más difícil que se dé estando separados. Pero: sin embargo, ¿quién dijo que solo se puede tener sexo en la cama y a la noche? Dormir separados, para algunas parejas, puede ser un despertar creativo en su sexualidad: desde mandarse mensajes hot hasta que uno no aguanta más y se cambia de cuarto hasta aprovechar otros espacios y momentos para disfrutar: todo depende de las ganas y comunicación de la pareja. No hay una sola manera Si la idea de dormir separados te da curiosidad o creés que podría beneficiar a tu pareja de alguna forma, acuérdate de que no hay reglas. Puedés: Dormir en camas separadas, pero en el mismo cuarto. Dormir juntos el finde y separados entre semana. Empezar durmiendo cada uno en su cuarto alguna vez por semana, a ver cómo se sienten. Ajustar según vayan viendo. Eso sí: tengan en cuenta que el diálogo es fundamental para que este acuerdo sea efectivo. No dejen de charlar sobre cualquier incomodidad que pueda surgir ni tengan miedo de volver atrás si no resultó como esperaban. De cualquier manera, es una buena oportunidad de seguir conociéndose y aprendiendo sobre la mejor forma de estar juntos. La clave es, simplemente, escuchar lo que ustedes necesitan y animarse a probar, dejando de lado la vieja noción de que para tener un vínculo feliz hay que dormir juntos sí o sí. Cada pareja es un universo, y el tuyo tiene que ser como tu lo quieras construir... Y si descansas bien, mejor.
Cada ser humano es único e irrepetible, sin embargo, también existen características con las que una mayoría puede sentirse identificada. Muchas personas afirman que no dicen te quiero con frecuencia. De hecho, es una experiencia muy humana la de sentir que quedaron muchos te quiero por expresar tras una ruptura de pareja o después de la muerte de un ser querido. Miedo a decir te quiero ¿Cuáles son las causas que pueden producir una circunstancia de este tipo? Miedo al sufrimiento Así como a veces ocurre que una infidelidad es el punto de inflexión que marca el desenlace en una historia de amor, en la fase inicial también puede ocurrir que ese te quiero lo cambie todo entre dos personas que se encuentran en un momento de conocimiento. Por ejemplo, una persona dice te quiero adelantándose a los ritmos del otro y esto puede hacer que se sienta desbordado por unas expectativas tan altas. Por tanto, el miedo a que algo cambie entre los dos puede hacer que una persona prefiera guardarse ese te quiero para otro momento. Miedo a ser vulnerable La expresión emocional nunca es una fuente de debilidad sino de fortaleza emocional, sin embargo, algunas personas tienen la creencia equivocada de que cuando abren su corazón de forma incondicional conceden un poder absoluto al otro. El centro de tu libertad siempre se encuentra en tu propio eje vital y si te encuentras con una persona que juega con tus sentimientos o no valora tu confianza, entonces, tú puedes tomar decisiones para terminar con esa situación. Creencias sobre el amor Las creencias que tienes sobre el amor no están en la realidad misma, sin embargo, sí son el filtro desde el que observas los sentimientos y los vínculos de pareja. De este modo, si tienes creencias limitantes en torno a lo que puede significar decir te quiero en una relación de pareja, es posible que el temor sea la consecuencia natural que se deriva de una situación de este tipo. Por ejemplo, el miedo a la pérdida de libertad. Esta es una creencia que puede condicionar a una persona cuando siente que compartir su vida en pareja plantea un límite importante respecto de la toma de decisiones. ¿Cómo superar el miedo a decir te quiero? 4 consejos Decir te quiero a través de los hechos. Las palabras no solo pueden mostrarse a través de las palabras, sino también, por medio de las acciones. Existe una manifestación lógica del amor: el cuidado. Cuando quieres a una persona, deseas que se encuentre bien y disfrutas con su bienestar. Por esta razón, desde tu posición, puedes demostrar por medio de detalles sencillos esta implicación afectiva. Es decir, para decir te quiero sin decirlo, puedes hacerlo mediante demuestras que esa persona te importa. A través de la experiencia práctica. La escuela de la vida está marcada por vivencias que te aportan reflexiones y conclusiones. La base de la teoría es su aplicación en la práctica. Así como una persona supera el miedo a hablar en público al exponerse de manera gradual a situaciones en las que afronta este reto, del mismo modo, cuando se trata de decir te quiero, conviene crear en la práctica ocasiones reales en las que dices te quiero porque lo sientes realmente. Decir te quiero a través de la escritura. A veces, una persona se siente incómoda al decir te quiero de viva voz, sin embargo, se siente más cómoda cuando plasma estos sentimientos por escrito. Actualmente, el lenguaje tecnológico pone en valor la palabra escrita. La carta tradicional puede ayudarte a abrir tu corazón a través de la reflexión escrita. De hecho, también puedes utilizar recursos estilísticos que embellecen el mensaje para hablar del amor a través de las metáforas. Valora tu valentía. Platón afirma: No hay hombre tan cobarde a quien el amor no haga valiente y transforme en héroe. Personas a las que les cuesta decir te quiero: 5 consejos Evita la tendencia constante de la anticipación. Si cuando dices te quiero no conectas con tu voz interior sino que te anticipas a cómo crees que puede reaccionar la otra persona, rompes la esencia de ese momento. No digas te quiero si no lo sientes de verdad. Por ello, al inicio de una historia de amor, no hagas promesas que pueden pesarte emocionalmente si te desbordan. Toma conciencia de la finitud del tiempo y de la brevedad de la vida. Cuando pospones el acto de decir te quiero como si el tiempo fuese infinito, partes de un contexto poco realista. Visualízate a ti mismo diciendo te quiero a esa persona. Imagina el momento a nivel mental. Esta técnica de visualización puede darte confianza. Cuida tu autoestima. Cuando te quieres de verdad a ti mismo, este amor propio es la semilla del respeto a otro. Por tanto, decir te quiero es un acto de sabiduría vital que, precisamente, te hace sentir libre porque este sentimiento pide ser expresado.
Esta fecha, ha adoptado distintos nombres, Día de San Valentín, Día de los enamorados o Día del amor y la amistad, pero ¿cuál es el origen de esta celebración tan particular? Esta festividad, asimilada por la iglesia católica, se remonta al siglo III en Roma, donde un sacerdote llamado Valentín se opuso a la orden del emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, considerando que los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras y vínculos sentimentales. Valentín, opuesto al decreto del emperador, comenzó a celebrar en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de ahí se popularizó que San Valentín sea el patrón de los enamorados). Al enterarse, Claudio II sentenció a muerte a San Valentín, el 14 de febrero del año 270, alegando desobediencia y rebeldía. Por este motivo, se conmemora todos los años el Día de San Valentín. Además, como curiosidad, en cuanto a la comercialización de esta celebración, la primera reseña que existe es la que señala la norteamericana Esther A. Howland como la precursora de la venta de tarjetas regalo con motivos románticos y dibujos de enamorados que ideó y realizó a mediados de la década de 1840. Unos productos que se vendían por unos centavos en la librería que regentaba su padre en Worcester (Massachusetts) y las cuales se convirtieron en todo un éxito. ¿En qué países se celebra el 14 de febrero? Este 14 de febrero se celebra en muchos países europeos (España, Austria, Bélgica o Francia, entre otros) como el día internacional de los enamorados, sin embargo, no todo el mundo celebra San Valentín el mismo día. Incluso en algunos lugares cambia el significado. Sin salir del viejo continente, destacan Finlandia y Estonia. En estos lugares, el Día de San Valentín es todo un homenaje a la amistad y recibe el nombre de ' Sobrapäev ' y ' Ystävän Paiva ', respectivamente. Incluso suele ser una fecha preferida para pedir matrimonio y casarse. Otro caso curioso es el de Dinamarca y Noruega. Allí se mantiene una tradición que es regalar ' Gaekkebrev ': pequeños poemas con rimas divertidas que los hombres envían a las mujeres de forma anónima. De hecho, el remitente se pone con tantos puntos como letras tenga el nombre del enamorado. Un juego en el que si la mujer acierta quién le envía el poema consigue un huevo de Pascua y si pierde, ella debe dárselo a él. A destacar también, el regalo de 'cerdos' en Alemania o la colocación de cinco hojas de laurel en Inglaterra, una en cada esquina de la almohada y otra en el centro, para intentar atraer al futuro marido. En algunos países de América Latina como Chile, Cuba, Ecuador, Puerto Rico, República Dominicana o Uruguay este día se celebra también el 14 de febrero, un día en el que los regalos más recurrentes son flores, cartas o bombones, entre otros. Por ejemplo, en Puerto Rico este día 14 conmemora el amor y la amistad y se tiene por costumbre intercambiar regalos entre amigos. Por ejemplo postales, chocolates, rosas, peluches o perfumes, entre otros. Es tradición que algunos enamorados se vistan de rojo y, como en Cuba, se creen buzones para depositar las cartas de amor. En otros países como Perú también celebra la amistad y es una costumbre regalar bombones de chocolate confeccionados especialmente para la ocasión. Además, entre los regalos más preciados se encuentran las orquídeas, originales de la flora peruana o la poesía de algunos de sus grandes escritores. Pero la fecha cambia y se traslada a octubre, como en Uruguay. Mientras, en Bolivia se celebra el primer día de primavera, el 21 de septiembre, haciendo exaltación del afecto y del cariño con regalos, flores y tarjetas.
Son múltiples los motivos que pueden llevar al deterioro o eventual quiebre de una relación de pareja, pero hay uno en particular que resalta por sobre los otros. Así lo aseguró un estudio publicado en 2017 en la revista Plos One, el cual revisó los datos de más de 15.000 hombres y mujeres de entre 16 y 74 años, para así conocer cuáles son las razones que llevan al término de un vínculo de este tipo. Al analizar los datos, los investigadores vieron que el principal motivo era el distanciamiento entre ambas partes. Dicho fenómeno es usual en las rutinas de muchas personas. Y pese a que no es nuevo, sí se hace más evidente en tiempos en donde los teléfonos celulares suenan de manera casi permanente. Tanto los correos electrónicos relacionados al trabajo, como los mensajes en grupos y las notificaciones de tu juego favorito pueden hacer que el tiempo frente a la pantalla reste horas junto a tu pareja o tus seres queridos. Incluso, también puede contribuir a que tengas menos espacios para estar contigo mismo, pensando en cuáles son los aspectos que te preocupan o cómo te gustaría invertir tu tiempo. Es así cómo llegamos a la frase que puede pronosticar una crisis en los vínculos de pareja: “No tengo tiempo para mí”. La sexóloga y autora del libro Parejas imperfectas y felices (Arpa Editores, 2022), Núria Jorba, explicó recientemente a El País que se trata de “un tema del que no se habla demasiado”, a pesar de que es uno de los más recurrentes que ve en su consulta. “Normalmente nos fijamos en otras áreas. Se habla de un problema sexual, o de falta de intereses comunes, pero no nos planteamos que quizás uno de los primeros puntos a trabajar es la falta de tiempo ”, aseguró la también psicóloga. Según Jorba, la raíz de estas complicaciones está en qué produce esa falta de espacios. “Lo primero es que nos pone en un estado de estrés, de nerviosismo, de estar acelerados, de estar más irascibles, y eso provoca que puedan generarse más discusiones. No facilita precisamente la conexión (…) Por otro lado, esa falta de tiempo también provoca que la pareja no exista, es decir, que se acabe convirtiendo en un equipo gestor de obligaciones. ¿Por qué? Porque las obligaciones priman: los niños, hacer la cena, ir a comprar, etc. Entonces ¿qué pasa? Que la parte de conexión emocional pasa a segundo lugar y, en el fondo, desaparece, tiene muy poco espacio ”. Cuando ese distanciamiento ocurre, también se tiende a ver una disminución en las actividades que disfrutan juntos, incluida la sexual, precisó la experta. Y pese a que hay parejas con este sentimiento que pueden creer que pasan el tiempo suficiente en compañía del otro, Jorba explicó que esto suele ser a través de acciones que involucran productividad. Entre estas últimas se pueden encontrar desde ir a comprar al supermercado hasta salir a un evento social. Sin embargo, sugirió que “el tiempo que necesitan es ese en el que no se hace nada : estar echados en la cama, poderse duchar los dos juntos con tranquilidad, desayunar sin prisa y dejar fluir las sensaciones”. “ Dar espacio a la posibilidad de que surja una intimidad, una chispa, y eso es algo que no tenemos muy interiorizado y que el tipo de sociedad en la que vivimos, hiperexigente con que todo lo que hacemos tenga un objetivo medible, no facilita”, enfatizó. En caso de que no se preste atención o derechamente se evadan tales señales, se corre el riesgo de que “un día nos demos cuenta de que la pareja ya está desconectada”. Jorba manifestó al citado medio que “no nos tenemos que olvidar que la pareja se alimenta, aparte de por los momentos compartidos, de la individualidad”. “Es decir, si nos vamos con amigos y contamos cómo estamos, si vamos al gimnasio y luego llegamos contentos a casa, si vamos a hacer una actividad que nos guste y luego la explicamos al otro, alimentamos la relación y también tenemos la posibilidad de echarlo de menos”, agregó a El País. En otras palabras, no se trata abandonar tus responsabilidades ni dejar de hacer las actividades que te gustan, sino que más bien, tiene que ver con invertir tiempo para que ambos se sientan en confianza y disfruten juntos de su vínculo. Para lograr aquello, también es clave que cada parte sienta que tiene espacios para sí misma. De esa manera, además podrán conversar constructivamente sobre cuáles son los puntos que deben trabajar en conjunto. “Eso sí, cada pareja tiene que encontrar su forma de hacerlo, ya que no hay una forma correcta de ser pareja”, sentenció la autora del libro. Cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un especialista para evaluar posibles problemáticas y las mejores formas de abordarlas.
Según la astrología y el signo zodiacal de las personas, se puede conocer qué tanta suerte tendrá en el amor, en el dinero, en lo laboral y en la salud. Esta ciencia ha intentado determinar, desde tiempos remotos, el poder e influencia que el movimiento de los astros tiene en cada una de las personas. Esta rama afirma que cada uno de los 12 signos zodiacales están regidos por rasgos positivos y negativos, así como similitudes y diferencias. A lo que se aspira con ella es a que el ser humano desarrolle sus mejores adaptaciones a los ciclos naturales del universo. Los amantes de la astrología consideran de gran importancia la relación entre los astros y la humanidad y, por ende, lo que estos le deparan a cada personalidad. Por ello, diversos estudiosos del tema, cada mes, semana o incluso a diario, lanzan predicciones para los signos en amor, salud, dinero, trabajo y economía. Actualmente, esta disciplina no pretende predecir lo que sucederá en una situación determinada, sino que centra al ser humano en la búsqueda de la transformación personal, tomando en consideración los fenómenos naturales. Estos son los signos zodiacales que se consideran más conflictivos, por lo que puede ser complicado convivir con ellos: 1. Aries: este es un signo dominante, celoso y un poco conflictivo. Son personas dictatoriales, es decir, que les gusta que sigan sus órdenes. El problema de esta característica es que pueden ser difíciles de manejar en ambientes laborales y familiares. 2. Leo: son imponentes y no les gusta que otra persona les quite el trono pues les gusta ser el centro de atención. Este ego es el que los vuelve conflictivos pues no les gusta ceder su liderazgo y sus reconocimientos. 3. Acuario: las personas regidas por este signo zodiacal no les gusta seguir órdenes, lo que puede ser un problema en ambientes como el laboral. Esto se deriva de su espíritu independiente y en que se ponen como prioridad en todo momento. 4. Tauro: aunque son personas muy pacientes, cuando sobrepasan sus límites se tornan conflictivos. Además, suelen ser tercos, por lo que imponen su punto de vista. Incluso, en ocasiones pueden ser manipuladores para alcanzar sus objetivos. 5. Capricornio: suelen ser el signo más problemático. Usan muchas las sátiras y su humor negro no siempre cae bien. Dichas burlas pueden no gustar en diversos ambientes y además, siempre quieren ser los mejores y sobresalir. Signos zodiacales más difíciles de amar, según el horóscopo Virgo: de acuerdo con datos compartidos por el portal de Nueva Mujer, los nacidos bajo este signo del zodiaco son personas serias, comprometidas y que prefieren la claridad. Son los más difíciles de amar porque les gusta que todo se haga a su manera y, por lo tanto, suelen no ceder ante los demás. Sagitario: las personas nacidas en Sagitario son impulsivas, según MSN, es por ello que se convierten en sujetos difíciles de querer o amar. No les gusta la rutina y siempre buscan nuevas alternativas para llevar a cabo, por lo que la estabilidad no les convence del todo. Géminis: a veces lo quieren todo, pero no están dispuestos a hacer el sacrificio y eso es una variable importante para mantener cualquier tipo de relación. De acuerdo con Terra, los geminianos quieren una vida mejor, pero no están de acuerdo en renunciar a las cosas que tienen. En consecuencia, amar a las personas con este signo zodiacal es complicado.
Cada vez más parejas dejan de lado la costumbre de la clásica cama matrimonial y priorizan su buen descanso y comodidad durmiendo en cuartos separados (es más: un estudio de la Fundación del Sueño de los EE. UU. reveló que el 25% de las parejas de ese país no comparten la cama). Algunos lo llaman divorcio de sueño, pero, en realidad, los expertos dicen que, en muchos casos, este arreglo contribuye a mantener un vínculo de pareja saludable. Recordemos esto: negociar es una de las habilidades de una pareja feliz. Y, aunque para algunos la decisión de dejar de lado el ritual del cuarto compartido puede golpear sus creencias nucleares respecto de lo que corresponde o no en una relación, otros se animan a romper los moldes y a adaptarlos a su medida. Hoy sabemos que somos nosotros los que ponemos las reglas. ¿Por qué elegirlo? Quienes eligen dormir separados lo hacen principalmente por alguna de estas dos razones: 1. Por incomodidades físicas: puede que alguno de los dos ronque, padezca del síndrome de las piernas inquietas, tenga insomnio o trabaje de noche y se acueste en la madrugada, por ejemplo. 2. En pos de tener un espacio individual: para poder tener un espacio íntimo de cada uno sin tener que compartirlo con nadie. Mi cuarto, mis reglas. Ganar o ganar Lo bueno: no se trata solo de ver Netflix hasta la hora que quieras o de estirarte en la cama cual estrella de mar. Para la relación, dormir separados puede ayudar a disminuir ciertas discusiones sobre temas que no suelen ser simples de solucionar y que tienen que ver con la vida, el cuerpo o el estilo de vida del otro. Otro plus: el mantener un espacio de total intimidad suele hacernos sentir que no resignamos todo en función de la pareja. Esto nos ayuda a que podamos sostener el vínculo a largo plazo. Ahora lo malo: la idea de dormir separados puede generar dudas o inseguridades acerca de las intenciones del otro, si es que ambos no están totalmente en la misma sintonía. Además, se puede perder algo de espontaneidad en el sexo, ya que es más difícil que se dé estando separados. Pero: sin embargo, ¿quién dijo que solo se puede tener sexo en la cama y a la noche? Dormir separados, para algunas parejas, puede ser un despertar creativo en su sexualidad: desde mandarse mensajes hot hasta que uno no aguanta más y se cambia de cuarto hasta aprovechar otros espacios y momentos para disfrutar: todo depende de las ganas y comunicación de la pareja. No hay una sola manera Si la idea de dormir separados te da curiosidad o creés que podría beneficiar a tu pareja de alguna forma, acuérdate de que no hay reglas. Puedés: Dormir en camas separadas, pero en el mismo cuarto. Dormir juntos el finde y separados entre semana. Empezar durmiendo cada uno en su cuarto alguna vez por semana, a ver cómo se sienten. Ajustar según vayan viendo. Eso sí: tengan en cuenta que el diálogo es fundamental para que este acuerdo sea efectivo. No dejen de charlar sobre cualquier incomodidad que pueda surgir ni tengan miedo de volver atrás si no resultó como esperaban. De cualquier manera, es una buena oportunidad de seguir conociéndose y aprendiendo sobre la mejor forma de estar juntos. La clave es, simplemente, escuchar lo que ustedes necesitan y animarse a probar, dejando de lado la vieja noción de que para tener un vínculo feliz hay que dormir juntos sí o sí. Cada pareja es un universo, y el tuyo tiene que ser como tu lo quieras construir... Y si descansas bien, mejor.
Cada ser humano es único e irrepetible, sin embargo, también existen características con las que una mayoría puede sentirse identificada. Muchas personas afirman que no dicen te quiero con frecuencia. De hecho, es una experiencia muy humana la de sentir que quedaron muchos te quiero por expresar tras una ruptura de pareja o después de la muerte de un ser querido. Miedo a decir te quiero ¿Cuáles son las causas que pueden producir una circunstancia de este tipo? Miedo al sufrimiento Así como a veces ocurre que una infidelidad es el punto de inflexión que marca el desenlace en una historia de amor, en la fase inicial también puede ocurrir que ese te quiero lo cambie todo entre dos personas que se encuentran en un momento de conocimiento. Por ejemplo, una persona dice te quiero adelantándose a los ritmos del otro y esto puede hacer que se sienta desbordado por unas expectativas tan altas. Por tanto, el miedo a que algo cambie entre los dos puede hacer que una persona prefiera guardarse ese te quiero para otro momento. Miedo a ser vulnerable La expresión emocional nunca es una fuente de debilidad sino de fortaleza emocional, sin embargo, algunas personas tienen la creencia equivocada de que cuando abren su corazón de forma incondicional conceden un poder absoluto al otro. El centro de tu libertad siempre se encuentra en tu propio eje vital y si te encuentras con una persona que juega con tus sentimientos o no valora tu confianza, entonces, tú puedes tomar decisiones para terminar con esa situación. Creencias sobre el amor Las creencias que tienes sobre el amor no están en la realidad misma, sin embargo, sí son el filtro desde el que observas los sentimientos y los vínculos de pareja. De este modo, si tienes creencias limitantes en torno a lo que puede significar decir te quiero en una relación de pareja, es posible que el temor sea la consecuencia natural que se deriva de una situación de este tipo. Por ejemplo, el miedo a la pérdida de libertad. Esta es una creencia que puede condicionar a una persona cuando siente que compartir su vida en pareja plantea un límite importante respecto de la toma de decisiones. ¿Cómo superar el miedo a decir te quiero? 4 consejos Decir te quiero a través de los hechos. Las palabras no solo pueden mostrarse a través de las palabras, sino también, por medio de las acciones. Existe una manifestación lógica del amor: el cuidado. Cuando quieres a una persona, deseas que se encuentre bien y disfrutas con su bienestar. Por esta razón, desde tu posición, puedes demostrar por medio de detalles sencillos esta implicación afectiva. Es decir, para decir te quiero sin decirlo, puedes hacerlo mediante demuestras que esa persona te importa. A través de la experiencia práctica. La escuela de la vida está marcada por vivencias que te aportan reflexiones y conclusiones. La base de la teoría es su aplicación en la práctica. Así como una persona supera el miedo a hablar en público al exponerse de manera gradual a situaciones en las que afronta este reto, del mismo modo, cuando se trata de decir te quiero, conviene crear en la práctica ocasiones reales en las que dices te quiero porque lo sientes realmente. Decir te quiero a través de la escritura. A veces, una persona se siente incómoda al decir te quiero de viva voz, sin embargo, se siente más cómoda cuando plasma estos sentimientos por escrito. Actualmente, el lenguaje tecnológico pone en valor la palabra escrita. La carta tradicional puede ayudarte a abrir tu corazón a través de la reflexión escrita. De hecho, también puedes utilizar recursos estilísticos que embellecen el mensaje para hablar del amor a través de las metáforas. Valora tu valentía. Platón afirma: No hay hombre tan cobarde a quien el amor no haga valiente y transforme en héroe. Personas a las que les cuesta decir te quiero: 5 consejos Evita la tendencia constante de la anticipación. Si cuando dices te quiero no conectas con tu voz interior sino que te anticipas a cómo crees que puede reaccionar la otra persona, rompes la esencia de ese momento. No digas te quiero si no lo sientes de verdad. Por ello, al inicio de una historia de amor, no hagas promesas que pueden pesarte emocionalmente si te desbordan. Toma conciencia de la finitud del tiempo y de la brevedad de la vida. Cuando pospones el acto de decir te quiero como si el tiempo fuese infinito, partes de un contexto poco realista. Visualízate a ti mismo diciendo te quiero a esa persona. Imagina el momento a nivel mental. Esta técnica de visualización puede darte confianza. Cuida tu autoestima. Cuando te quieres de verdad a ti mismo, este amor propio es la semilla del respeto a otro. Por tanto, decir te quiero es un acto de sabiduría vital que, precisamente, te hace sentir libre porque este sentimiento pide ser expresado.
Esta fecha, ha adoptado distintos nombres, Día de San Valentín, Día de los enamorados o Día del amor y la amistad, pero ¿cuál es el origen de esta celebración tan particular? Esta festividad, asimilada por la iglesia católica, se remonta al siglo III en Roma, donde un sacerdote llamado Valentín se opuso a la orden del emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, considerando que los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras y vínculos sentimentales. Valentín, opuesto al decreto del emperador, comenzó a celebrar en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de ahí se popularizó que San Valentín sea el patrón de los enamorados). Al enterarse, Claudio II sentenció a muerte a San Valentín, el 14 de febrero del año 270, alegando desobediencia y rebeldía. Por este motivo, se conmemora todos los años el Día de San Valentín. Además, como curiosidad, en cuanto a la comercialización de esta celebración, la primera reseña que existe es la que señala la norteamericana Esther A. Howland como la precursora de la venta de tarjetas regalo con motivos románticos y dibujos de enamorados que ideó y realizó a mediados de la década de 1840. Unos productos que se vendían por unos centavos en la librería que regentaba su padre en Worcester (Massachusetts) y las cuales se convirtieron en todo un éxito. ¿En qué países se celebra el 14 de febrero? Este 14 de febrero se celebra en muchos países europeos (España, Austria, Bélgica o Francia, entre otros) como el día internacional de los enamorados, sin embargo, no todo el mundo celebra San Valentín el mismo día. Incluso en algunos lugares cambia el significado. Sin salir del viejo continente, destacan Finlandia y Estonia. En estos lugares, el Día de San Valentín es todo un homenaje a la amistad y recibe el nombre de ' Sobrapäev ' y ' Ystävän Paiva ', respectivamente. Incluso suele ser una fecha preferida para pedir matrimonio y casarse. Otro caso curioso es el de Dinamarca y Noruega. Allí se mantiene una tradición que es regalar ' Gaekkebrev ': pequeños poemas con rimas divertidas que los hombres envían a las mujeres de forma anónima. De hecho, el remitente se pone con tantos puntos como letras tenga el nombre del enamorado. Un juego en el que si la mujer acierta quién le envía el poema consigue un huevo de Pascua y si pierde, ella debe dárselo a él. A destacar también, el regalo de 'cerdos' en Alemania o la colocación de cinco hojas de laurel en Inglaterra, una en cada esquina de la almohada y otra en el centro, para intentar atraer al futuro marido. En algunos países de América Latina como Chile, Cuba, Ecuador, Puerto Rico, República Dominicana o Uruguay este día se celebra también el 14 de febrero, un día en el que los regalos más recurrentes son flores, cartas o bombones, entre otros. Por ejemplo, en Puerto Rico este día 14 conmemora el amor y la amistad y se tiene por costumbre intercambiar regalos entre amigos. Por ejemplo postales, chocolates, rosas, peluches o perfumes, entre otros. Es tradición que algunos enamorados se vistan de rojo y, como en Cuba, se creen buzones para depositar las cartas de amor. En otros países como Perú también celebra la amistad y es una costumbre regalar bombones de chocolate confeccionados especialmente para la ocasión. Además, entre los regalos más preciados se encuentran las orquídeas, originales de la flora peruana o la poesía de algunos de sus grandes escritores. Pero la fecha cambia y se traslada a octubre, como en Uruguay. Mientras, en Bolivia se celebra el primer día de primavera, el 21 de septiembre, haciendo exaltación del afecto y del cariño con regalos, flores y tarjetas.
Son múltiples los motivos que pueden llevar al deterioro o eventual quiebre de una relación de pareja, pero hay uno en particular que resalta por sobre los otros. Así lo aseguró un estudio publicado en 2017 en la revista Plos One, el cual revisó los datos de más de 15.000 hombres y mujeres de entre 16 y 74 años, para así conocer cuáles son las razones que llevan al término de un vínculo de este tipo. Al analizar los datos, los investigadores vieron que el principal motivo era el distanciamiento entre ambas partes. Dicho fenómeno es usual en las rutinas de muchas personas. Y pese a que no es nuevo, sí se hace más evidente en tiempos en donde los teléfonos celulares suenan de manera casi permanente. Tanto los correos electrónicos relacionados al trabajo, como los mensajes en grupos y las notificaciones de tu juego favorito pueden hacer que el tiempo frente a la pantalla reste horas junto a tu pareja o tus seres queridos. Incluso, también puede contribuir a que tengas menos espacios para estar contigo mismo, pensando en cuáles son los aspectos que te preocupan o cómo te gustaría invertir tu tiempo. Es así cómo llegamos a la frase que puede pronosticar una crisis en los vínculos de pareja: “No tengo tiempo para mí”. La sexóloga y autora del libro Parejas imperfectas y felices (Arpa Editores, 2022), Núria Jorba, explicó recientemente a El País que se trata de “un tema del que no se habla demasiado”, a pesar de que es uno de los más recurrentes que ve en su consulta. “Normalmente nos fijamos en otras áreas. Se habla de un problema sexual, o de falta de intereses comunes, pero no nos planteamos que quizás uno de los primeros puntos a trabajar es la falta de tiempo ”, aseguró la también psicóloga. Según Jorba, la raíz de estas complicaciones está en qué produce esa falta de espacios. “Lo primero es que nos pone en un estado de estrés, de nerviosismo, de estar acelerados, de estar más irascibles, y eso provoca que puedan generarse más discusiones. No facilita precisamente la conexión (…) Por otro lado, esa falta de tiempo también provoca que la pareja no exista, es decir, que se acabe convirtiendo en un equipo gestor de obligaciones. ¿Por qué? Porque las obligaciones priman: los niños, hacer la cena, ir a comprar, etc. Entonces ¿qué pasa? Que la parte de conexión emocional pasa a segundo lugar y, en el fondo, desaparece, tiene muy poco espacio ”. Cuando ese distanciamiento ocurre, también se tiende a ver una disminución en las actividades que disfrutan juntos, incluida la sexual, precisó la experta. Y pese a que hay parejas con este sentimiento que pueden creer que pasan el tiempo suficiente en compañía del otro, Jorba explicó que esto suele ser a través de acciones que involucran productividad. Entre estas últimas se pueden encontrar desde ir a comprar al supermercado hasta salir a un evento social. Sin embargo, sugirió que “el tiempo que necesitan es ese en el que no se hace nada : estar echados en la cama, poderse duchar los dos juntos con tranquilidad, desayunar sin prisa y dejar fluir las sensaciones”. “ Dar espacio a la posibilidad de que surja una intimidad, una chispa, y eso es algo que no tenemos muy interiorizado y que el tipo de sociedad en la que vivimos, hiperexigente con que todo lo que hacemos tenga un objetivo medible, no facilita”, enfatizó. En caso de que no se preste atención o derechamente se evadan tales señales, se corre el riesgo de que “un día nos demos cuenta de que la pareja ya está desconectada”. Jorba manifestó al citado medio que “no nos tenemos que olvidar que la pareja se alimenta, aparte de por los momentos compartidos, de la individualidad”. “Es decir, si nos vamos con amigos y contamos cómo estamos, si vamos al gimnasio y luego llegamos contentos a casa, si vamos a hacer una actividad que nos guste y luego la explicamos al otro, alimentamos la relación y también tenemos la posibilidad de echarlo de menos”, agregó a El País. En otras palabras, no se trata abandonar tus responsabilidades ni dejar de hacer las actividades que te gustan, sino que más bien, tiene que ver con invertir tiempo para que ambos se sientan en confianza y disfruten juntos de su vínculo. Para lograr aquello, también es clave que cada parte sienta que tiene espacios para sí misma. De esa manera, además podrán conversar constructivamente sobre cuáles son los puntos que deben trabajar en conjunto. “Eso sí, cada pareja tiene que encontrar su forma de hacerlo, ya que no hay una forma correcta de ser pareja”, sentenció la autora del libro. Cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un especialista para evaluar posibles problemáticas y las mejores formas de abordarlas.