La Real Academia Española de la Lengua ha tomado la decisión de incorporar formalmente el término pelotudo a su diccionario oficial, validando así su uso común en Argentina, Chile y Uruguay. Esta palabra, que antes se consideraba peyorativa e insultante, ahora se integra sin restricciones al lenguaje, siguiendo el camino de otros términos como el chilenismo huevón. Esta decisión ha generado cierta controversia entre los estudiosos del idioma y en las redes sociales. Sin embargo, la Real Academia Española defiende esta actualización como una forma de adaptarse a los tiempos y legitimar términos de uso masivo que reflejan las particularidades lingüísticas de ciertos países. Según la Real Academia Española, el término pelotudo se utiliza frecuentemente en conversaciones informales en Argentina y Chile para describir a una persona que tiene pocas luces o que obra como si las tuviera, es decir, alguien tonto o que actúa sin pensar. En Uruguay, por otro lado, se emplea para referirse a una persona joven o irresponsable. A lo largo del tiempo, la palabra pelotudo ha pasado de ser un insulto ofensivo a formar parte del lenguaje coloquial con un tono más relajado y menos denigrante. A pesar de esto, los puristas del lenguaje muestran su descontento ante la inclusión de términos callejeros en la Real Academia Española. Por ejemplo, Alicia Zorrila, integrante de la Academia de la Lengua de Argentina, expresa su opinión al respecto: El uso de la lengua debe tender a la convivencia y armonía social. Son términos malsonantes, vulgares, algunas de las cuales provienen del lunfardo argentino. Hay palabras tan lindas que no es necesario emplear otras para decir lo mismo. En medio de este debate, el profesor Charlie López de la Universidad de Buenos Aires explica el origen del término pelotudo en Argentina durante la guerra de la Independencia. Por otro lado, el director de la Real Academia Española visitó Chile recientemente y participó en conmemoraciones relacionadas con Andrés Bello. Sin duda, esta decisión lingüística moderna habría causado sorpresa al ilustre filólogo venezolano. Fuente: Publimetro
La Real Academia Española de la Lengua ha tomado la decisión de incorporar formalmente el término pelotudo a su diccionario oficial, validando así su uso común en Argentina, Chile y Uruguay. Esta palabra, que antes se consideraba peyorativa e insultante, ahora se integra sin restricciones al lenguaje, siguiendo el camino de otros términos como el chilenismo huevón. Esta decisión ha generado cierta controversia entre los estudiosos del idioma y en las redes sociales. Sin embargo, la Real Academia Española defiende esta actualización como una forma de adaptarse a los tiempos y legitimar términos de uso masivo que reflejan las particularidades lingüísticas de ciertos países. Según la Real Academia Española, el término pelotudo se utiliza frecuentemente en conversaciones informales en Argentina y Chile para describir a una persona que tiene pocas luces o que obra como si las tuviera, es decir, alguien tonto o que actúa sin pensar. En Uruguay, por otro lado, se emplea para referirse a una persona joven o irresponsable. A lo largo del tiempo, la palabra pelotudo ha pasado de ser un insulto ofensivo a formar parte del lenguaje coloquial con un tono más relajado y menos denigrante. A pesar de esto, los puristas del lenguaje muestran su descontento ante la inclusión de términos callejeros en la Real Academia Española. Por ejemplo, Alicia Zorrila, integrante de la Academia de la Lengua de Argentina, expresa su opinión al respecto: El uso de la lengua debe tender a la convivencia y armonía social. Son términos malsonantes, vulgares, algunas de las cuales provienen del lunfardo argentino. Hay palabras tan lindas que no es necesario emplear otras para decir lo mismo. En medio de este debate, el profesor Charlie López de la Universidad de Buenos Aires explica el origen del término pelotudo en Argentina durante la guerra de la Independencia. Por otro lado, el director de la Real Academia Española visitó Chile recientemente y participó en conmemoraciones relacionadas con Andrés Bello. Sin duda, esta decisión lingüística moderna habría causado sorpresa al ilustre filólogo venezolano. Fuente: Publimetro