Usar protector solar a diario es y seguirá siendo la medida más eficaz para cuidar nuestra piel del envejecimiento prematuro, las manchas y las enfermedades asociadas a la sobreexposición de radiación UV. Sin embargo, en los últimos años la dermatología ha comenzado a mirar más allá de la aplicación tópica y ha incorporado un nuevo aliado,que no reemplaza la fotoprotección pero si la potencia: la fotoprotección oral, un concepto que busca reforzar las defensas de la piel desde el interior. Se trata de suplementos antioxidantes que actúan desde el interior del organismo, reforzando la capacidad natural de la piel para defenderse frente a los factores externos, como la radiación UV, que aumentan drásticamente la producción de radicales libres, moléculas inestables producidas naturalmente en nuestro cuerpo que pueden causar daño oxidativo a nuestras células, acelerando el envejecimiento y aumentando el riesgo de enfermedades. Los radicales libres y el estrés oxidativo: un enemigo silencioso Cuando factores externos, como la sobreexposición al sol, la contaminación, el cigarro y el alcohol, generan un exceso de radicales libres en nuestro cuerpo y los antioxidantes naturales no pueden contrarrestarlos aparece el llamado estrés oxidativo, desequilibrio que daña células y tejidos. Este daño se asocia con el deterioro de la piel, inflamación crónica, cáncer y diversas enfermedades. Para combatir este daño, nuestro organismo produce superóxido dismutasa (SOD), una enzima antioxidante vital que protege a las células. El problema surge cuando el estrés oxidativo supera la capacidad de defensa del cuerpo y no producimos suficiente de esta enzima, dejando la piel más expuesta. En este escenario, GliSODin se ha posicionado como un referente: un suplemento que contiene SOD y ayuda a neutralizar los radicales libres, principales responsables del daño celular ocasionado por la exposición a los rayos UV. “ Una molécula de SOD puede neutralizar hasta un millón de radicales libres, mientras que una molécula de vitamina C solo actúa frente a uno. Esa diferencia explica su potencia y por qué hoy se considera un complemento tan interesante en dermatología”, explica la dermatóloga [vocera]. GliSODin: un refuerzo desde el interior Mientras el fotoprotector protege de forma externa, GliSODin complementa esa defensa desde dentro, ayudando a que la piel se mantenga más fuerte y saludable frente a la radiación. “Al tratar la piel desde adentro hacia afuera, apoyamos su estructura y función natural, lo que se traduce en mejores resultados y más duraderos en los tratamientos dermatológicos”, destaca la Dra. Doris Day dermatóloga certificada por La Junta Dermatológica de Nueva York. Así como la Dra. Day, muchos especialistas internacionales que han utilizado GliSODin en sus pacientes coinciden en que este suplemento representa un apoyo eficaz para quienes buscan una protección integral frente a los efectos de la radiación solar. Más allá de prevenir el envejecimiento prematuro, también contribuye a mantener la piel en mejores condiciones para enfrentar tratamientos dermatológicos y procedimientos estéticos, potenciando sus resultados. Una innovación que no reemplaza el uso de protector solar, pero que sí lo complementa, ofreciendo una capa extra de cuidado. Un estudio realizado en Japón comprobó que tomar diariamente GliSODin® ayuda a que la piel se vuelva más resistente frente a los rayos UV. Después de 8 semanas, quienes consumieron este suplemento presentaron menos enrojecimiento y mayor tolerancia al sol, gracias a su acción antioxidante. GliSODin® apoya la fotoprotección interna y complementa el uso de fotoprotectores tópicos.. En países como Chile, donde los índices de radiación ultravioleta están entre los más altos del mundo, esta estrategia se perfila como un aliado clave para proteger la piel de manera integral: con fotoprotector hábitos saludables y suplementos antioxidantes que refuercen nuestras defensas naturales.
Aunque la relación entre la radiación ultravioleta (UV) y el cáncer de piel está ampliamente documentada, en Chile un 70% de las personas reconoce no utilizar protector solar en su rutina diaria. El motivo principal no es la falta de información, sino la incomodidad que generan muchos productos: texturas pegajosas, sensación grasosa y residuos visibles sobre la piel son parte de las razones más citadas para evitar su uso. Tanto en Chile como en el resto del mundo, el cáncer de piel es el tipo de cáncer con diagnóstico más frecuente dentro de la población. En nuestro país, cada año se registran cerca de 5.000 nuevos casos y alrededor de 400 fallecimientos a causa de esta enfermedad, siendo la radiación ultravioleta (UV) la responsable de la gran mayoría de los diagnósticos: nueve de cada diez casos se originan por la exposición a este tipo de radiación, lo que evidencia la urgencia de mejorar las texturas a las fórmulas de fotoprotección, ya que la baja utilización de estas, impulsada principalmente por molestias en su uso, sigue siendo una barrera importante para la prevención efectiva de esta enfermedad. Aunque la radiación ultravioleta está presente durante todo el año y puede ser igual o más intensa en invierno debido a factores como la altitud o la reflexión de la luz, el hábito de aplicarse protector solar sigue siendo bajo dentro de la población. Esto, a pesar de campañas informativas, advertencias médicas y un mayor acceso a productos de fotoprotección. Especialistas en dermatología señalan que el principal obstáculo no es la falta de información, sino la experiencia de uso, un reciente estudio reveló que cerca del 70% de las personas no utiliza protector solar de manera regular, la razón principal: la sensación que genera en su textura y aplicación. Esta percepción ha llevado a la industria a desarrollar fórmulas más ligeras, rápidas de absorber y adecuadas para todo tipo de piel. Los especialistas recomiendan elegir siempre protectores solares de marcas reconocidas y recomendadas por dermatólogos, con alta tolerancia incluso en pieles sensibles, y que cuenten con estudios científicos que respalden su eficacia y seguridad. Tal es el caso de Anthelios UV Air FPS 50+ de La Roche-Posay, marca número uno recomendada por dermatólogos en todo el mundo y en Chile¹, que combina protección avanzada contra los rayos UV con una textura ultraligera que derriba una de las excusas más frecuentes para no aplicarse protector solar: la incomodidad. A pesar de los avances en formulaciones, los especialistas insisten en que la adopción de un hábito diario de fotoprotección requiere también un cambio cultural profundo, es necesario que la población comprenda que la protección solar debe ser una rutina constante, no solo durante el verano o en actividades al aire libre. El daño producido por la radiación UV es acumulativo y puede manifestarse años después, aumentando el riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer de piel, entre ellos el carcinoma basocelular, espinocelular y el melanoma, que es el más agresivo. Además, de que la simple exposición también acelera el envejecimiento prematuro de la piel, provocando arrugas, manchas y pérdida de elasticidad. La prevención comienza con hábitos diarios, como el uso de protector solar. Si eres del 70% de las personas que no utiliza protector solar por su textura, innovadoras fórmulas como el nuevo fotoprotector UV Air de La Roche-Posay, ofrecen una alternativa ligera y efectiva para mantener la piel protegida. Además, es fundamental mantenernos atentos a nuestra piel y observar cualquier cambio que pueda ser una señal de alerta. Cuidar nuestra salud va más allá de la protección diaria; es construir una cultura de prevención que involucre a toda la sociedad.
Usar protector solar a diario es y seguirá siendo la medida más eficaz para cuidar nuestra piel del envejecimiento prematuro, las manchas y las enfermedades asociadas a la sobreexposición de radiación UV. Sin embargo, en los últimos años la dermatología ha comenzado a mirar más allá de la aplicación tópica y ha incorporado un nuevo aliado,que no reemplaza la fotoprotección pero si la potencia: la fotoprotección oral, un concepto que busca reforzar las defensas de la piel desde el interior. Se trata de suplementos antioxidantes que actúan desde el interior del organismo, reforzando la capacidad natural de la piel para defenderse frente a los factores externos, como la radiación UV, que aumentan drásticamente la producción de radicales libres, moléculas inestables producidas naturalmente en nuestro cuerpo que pueden causar daño oxidativo a nuestras células, acelerando el envejecimiento y aumentando el riesgo de enfermedades. Los radicales libres y el estrés oxidativo: un enemigo silencioso Cuando factores externos, como la sobreexposición al sol, la contaminación, el cigarro y el alcohol, generan un exceso de radicales libres en nuestro cuerpo y los antioxidantes naturales no pueden contrarrestarlos aparece el llamado estrés oxidativo, desequilibrio que daña células y tejidos. Este daño se asocia con el deterioro de la piel, inflamación crónica, cáncer y diversas enfermedades. Para combatir este daño, nuestro organismo produce superóxido dismutasa (SOD), una enzima antioxidante vital que protege a las células. El problema surge cuando el estrés oxidativo supera la capacidad de defensa del cuerpo y no producimos suficiente de esta enzima, dejando la piel más expuesta. En este escenario, GliSODin se ha posicionado como un referente: un suplemento que contiene SOD y ayuda a neutralizar los radicales libres, principales responsables del daño celular ocasionado por la exposición a los rayos UV. “ Una molécula de SOD puede neutralizar hasta un millón de radicales libres, mientras que una molécula de vitamina C solo actúa frente a uno. Esa diferencia explica su potencia y por qué hoy se considera un complemento tan interesante en dermatología”, explica la dermatóloga [vocera]. GliSODin: un refuerzo desde el interior Mientras el fotoprotector protege de forma externa, GliSODin complementa esa defensa desde dentro, ayudando a que la piel se mantenga más fuerte y saludable frente a la radiación. “Al tratar la piel desde adentro hacia afuera, apoyamos su estructura y función natural, lo que se traduce en mejores resultados y más duraderos en los tratamientos dermatológicos”, destaca la Dra. Doris Day dermatóloga certificada por La Junta Dermatológica de Nueva York. Así como la Dra. Day, muchos especialistas internacionales que han utilizado GliSODin en sus pacientes coinciden en que este suplemento representa un apoyo eficaz para quienes buscan una protección integral frente a los efectos de la radiación solar. Más allá de prevenir el envejecimiento prematuro, también contribuye a mantener la piel en mejores condiciones para enfrentar tratamientos dermatológicos y procedimientos estéticos, potenciando sus resultados. Una innovación que no reemplaza el uso de protector solar, pero que sí lo complementa, ofreciendo una capa extra de cuidado. Un estudio realizado en Japón comprobó que tomar diariamente GliSODin® ayuda a que la piel se vuelva más resistente frente a los rayos UV. Después de 8 semanas, quienes consumieron este suplemento presentaron menos enrojecimiento y mayor tolerancia al sol, gracias a su acción antioxidante. GliSODin® apoya la fotoprotección interna y complementa el uso de fotoprotectores tópicos.. En países como Chile, donde los índices de radiación ultravioleta están entre los más altos del mundo, esta estrategia se perfila como un aliado clave para proteger la piel de manera integral: con fotoprotector hábitos saludables y suplementos antioxidantes que refuercen nuestras defensas naturales.
Aunque la relación entre la radiación ultravioleta (UV) y el cáncer de piel está ampliamente documentada, en Chile un 70% de las personas reconoce no utilizar protector solar en su rutina diaria. El motivo principal no es la falta de información, sino la incomodidad que generan muchos productos: texturas pegajosas, sensación grasosa y residuos visibles sobre la piel son parte de las razones más citadas para evitar su uso. Tanto en Chile como en el resto del mundo, el cáncer de piel es el tipo de cáncer con diagnóstico más frecuente dentro de la población. En nuestro país, cada año se registran cerca de 5.000 nuevos casos y alrededor de 400 fallecimientos a causa de esta enfermedad, siendo la radiación ultravioleta (UV) la responsable de la gran mayoría de los diagnósticos: nueve de cada diez casos se originan por la exposición a este tipo de radiación, lo que evidencia la urgencia de mejorar las texturas a las fórmulas de fotoprotección, ya que la baja utilización de estas, impulsada principalmente por molestias en su uso, sigue siendo una barrera importante para la prevención efectiva de esta enfermedad. Aunque la radiación ultravioleta está presente durante todo el año y puede ser igual o más intensa en invierno debido a factores como la altitud o la reflexión de la luz, el hábito de aplicarse protector solar sigue siendo bajo dentro de la población. Esto, a pesar de campañas informativas, advertencias médicas y un mayor acceso a productos de fotoprotección. Especialistas en dermatología señalan que el principal obstáculo no es la falta de información, sino la experiencia de uso, un reciente estudio reveló que cerca del 70% de las personas no utiliza protector solar de manera regular, la razón principal: la sensación que genera en su textura y aplicación. Esta percepción ha llevado a la industria a desarrollar fórmulas más ligeras, rápidas de absorber y adecuadas para todo tipo de piel. Los especialistas recomiendan elegir siempre protectores solares de marcas reconocidas y recomendadas por dermatólogos, con alta tolerancia incluso en pieles sensibles, y que cuenten con estudios científicos que respalden su eficacia y seguridad. Tal es el caso de Anthelios UV Air FPS 50+ de La Roche-Posay, marca número uno recomendada por dermatólogos en todo el mundo y en Chile¹, que combina protección avanzada contra los rayos UV con una textura ultraligera que derriba una de las excusas más frecuentes para no aplicarse protector solar: la incomodidad. A pesar de los avances en formulaciones, los especialistas insisten en que la adopción de un hábito diario de fotoprotección requiere también un cambio cultural profundo, es necesario que la población comprenda que la protección solar debe ser una rutina constante, no solo durante el verano o en actividades al aire libre. El daño producido por la radiación UV es acumulativo y puede manifestarse años después, aumentando el riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer de piel, entre ellos el carcinoma basocelular, espinocelular y el melanoma, que es el más agresivo. Además, de que la simple exposición también acelera el envejecimiento prematuro de la piel, provocando arrugas, manchas y pérdida de elasticidad. La prevención comienza con hábitos diarios, como el uso de protector solar. Si eres del 70% de las personas que no utiliza protector solar por su textura, innovadoras fórmulas como el nuevo fotoprotector UV Air de La Roche-Posay, ofrecen una alternativa ligera y efectiva para mantener la piel protegida. Además, es fundamental mantenernos atentos a nuestra piel y observar cualquier cambio que pueda ser una señal de alerta. Cuidar nuestra salud va más allá de la protección diaria; es construir una cultura de prevención que involucre a toda la sociedad.