El reconocido cantautor cubano Silvio Rodríguez cautivó a sus seguidores en Chile con el inicio de su gira, que contempla cuatro conciertos en el país. El primero de ellos, titulado Ala de colibrí, se llevó a cabo en el Movistar Arena y culminó con una ovación por parte de los miles de fanáticos presentes, quienes disfrutaron durante cerca de dos horas y media de su exquisita obra poética y musical. En esta presentación, Rodríguez interpretó canciones de su último disco Quería saber (2024), combinadas con clásicos como Sueño con Serpientes, La Virgen de occidente y la Era está pariendo un corazón. Fiel a su estilo comprometido, el músico abordó temas políticos, como el genocidio en Gaza, recitando el poema Halt!, del escritor cubano Luis Rogelio Nogueras. En este sentido, expresó: “Pienso en ustedes, judíos de Jerusalem y Jericó, pienso en ustedes, hombres de la tierra de Sión...”. A sus 78 años, Silvio Rodríguez es uno de los fundadores del Movimiento de la Nueva Trova Cubana y rindió homenaje a Vicente Feliú, Noel Nicola y Pablo Milanés. Asimismo, recordó al expresidente uruguayo Pepe Mujica con la canción que lleva su nombre. Durante el concierto, rememoró su primera visita a Chile hace 53 años y dedicó un tema a Víctor Jara. Además, sorprendió al público al interpretar junto a su hija Malva Rodríguez González la canción Te recuerdo Amanda, del propio Jara. Esta presentación marca el inicio de una gira que llevará a Silvio Rodríguez por Argentina (11, 12 y 21 de octubre), Uruguay (17 y 18 de octubre), Perú (25 de octubre) y Colombia (31 de octubre y 2 de noviembre). El cantautor estará acompañado por destacados músicos en cada una de sus presentaciones. Fuente: Publimetro
El reconocido trovador Silvio Rodríguez regresa a Chile para una serie de conciertos que han generado gran expectación entre sus seguidores. La última vez que se presentó en el país fue en octubre de 2018, cuando tuvo que agendar cuatro conciertos debido a la gran cantidad de seguidores que tiene su música y poesía en Chile. El compositor del disco Días y Flores (1975), recientemente se presentó en un concierto gratuito en las escalinatas de la Universidad de La Habana, como muestra de apoyo a las protestas impulsadas por la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) en Cuba. A través de un video publicado en su sitio Zurron del Aprendiz, el trovador de 78 años expresó su aprecio por la juventud universitaria y su compromiso con los problemas actuales. “Vi en el espíritu de ellos, el espíritu de la FEU que yo recuerdo de toda la vida, esa cosa revolucionaria, dinámica, comprometida con la sensibilidad popular. Y por eso, porque tengo esperanza, porque me hicieron sentir esperanza cuando vi sus actitudes”. Silvio Rodríguez se presentará en el Movistar Arena los días 29 de septiembre, 1, 5 y 6 de octubre. Las entradas para estos conciertos se agotaron rápidamente, sorprendiendo al compositor quien comentó: “Fue una total sorpresa para mí que se vendieran tan rápido las entradas para cuatro conciertos”. En esta ocasión, el creador de Rabo de Nubes (1980) reveló detalles sobre su primer contacto con Chile y cómo fue cultivando amistad con diversos artistas chilenos a lo largo de los años. “Cuando era niño, Lucho Gatica fue la primera noción que tuve de que Chile existía. En Cuba fue muy querido. Después, las hermanas Sonia y Miriam. Tremendo dúo, también muy queridas en Cuba. Cuando crecí un poquito llegaron los poetas: Nicanor, Neruda, Huidobro, y muy poco después la inmensidad indescriptible de Violeta Parra, la consecuencia artística de sus hijos. Víctor Jara, sin duda, también es mucho Chile. Fui amigo y admiro mucho a Roberto Matta”. El trovador cubano también compartió anécdotas sobre sus encuentros con Víctor Jara y su participación en festivales tanto en Cuba como en Chile. Destacó la fraternidad y el compromiso compartido a pesar de las diferencias. Silvio Rodríguez ha dejado huella no solo en la música sino también en su compromiso social y político. Su extensa carrera musical ha sido reconocida a nivel internacional y continúa inspirando a nuevas generaciones. Su gira por Latinoamérica promete ser un evento imperdible para sus seguidores. Fuente: Publimetro
Mientras los fanáticos de Silvio Rodríguez cuentan los días para verlo en escena en alguno de los cuatro conciertos que agendó en nuestro país, una luz de esperanza se abre para otros miles de seguidores del cantautor cubano que no lograron conseguir una entrada, luego que éstas se agotaran en un par de horas para sus presentaciones del 29 de septiembre y el 1, 5 y 6 de octubre próximos. Fue el propio Silvio quien confirmó a Publimetro que estudian sumar un quinto concierto en Chile y de paso advirtió “que no me será posible hacer entrevistas durante la gira”, por lo que las actividades estarían enfocadas en sus presentaciones. ¿Qué le parece que en algunas horas se hayan acabado las entradas para los 4 conciertos que agendó en Chile? ¿Existe la posibilidad de fijar otra fecha para los miles de seguidores que no podrán verlo en el país? Fue una total sorpresa para mí que se vendieran tan rápido las entradas para 4 conciertos. Estamos analizando la posibilidad de agregar algún otro. En día próximos veremos si se puede. ¿Cuál será el repertorio que traerá esta nueva gira por Latinoamérica? Algunas canciones de mis últimos trabajos y también esas otras que no pueden faltar en mis conciertos. En algunos meses nuestro país tendrá elecciones de presidente ¿Qué opinión le merece el gobierno de Gabriel Boric? No considero importante mi opinión sobre elecciones que no sean las cubanas. Me gusta ser respetuoso. Por otra parte, simpatizo con quienes comprenden y respetan a mi país, sean de donde sean y militen donde militen. “Lucho Gatica fue la primera noción que tuve de que Chile existía” El primer país latinoamericano que visitó Silvio Rodríguez fue Chile en septiembre de 1972. En la ocasión, participó de un congreso de la Jota, grabó algunas canciones, visitó la Peña de los Parra, cantó junto a Víctor Jara y fue recibido por el expresidente Salvador Allende en La Moneda. En innumerables entrevistas a destacado el lazo que lo une a nuestro país resaltando a la familia Parra ¿Qué fue lo primero que lo vinculó a Chile y cuándo? Cuando era niño, Lucho Gatica fue la primera noción que tuve de que Chile existía. En Cuba fue muy querido. Después, las hermanas Sonia y Miriam. Tremendo dúo, también muy queridas en Cuba. Cuando crecí un poquito llegaron los poetas: Nicanor, Neruda, Huidobro, y muy poco después la inmensidad indescriptible de Violeta Parra, la consecuencia artística de sus hijos. Víctor Jara, sin duda, también es mucho Chile. Fui amigo y admiro mucho a Roberto Matta. En el documental “Que levante la mano la guitarra” señala que tuvo el honor de cantar con Víctor Jara en dos ocasiones, primero en La Habana y luego en Santiago de Chile ¿Qué recuerda de esas presentaciones y cómo era su relación con Víctor Jara? Sí, en La Habana nos vimos en Casa de las Américas y en Chile, la primera vez que llegamos, estaba esperandonos en el aeropuerto, junto a Chabela, Ángel y muchos otros compañeros. Recuerdo que también nos vimos en la Isla de la Juventud, en Cuba, en un Festival de la Nueva Trova. Nos llevábamos bien, discutíamos muy fraternalmente; éramos de realidades muy diferentes, pero nos unía el compromiso del oficio y el enfoque que teníamos del mismo. Este 2025 se cumplen 53 años desde que vino por primera vez al país en septiembre de 1972 junto a Noel Nicola y Pablo Milanés ¿Cómo se gesta esa visita y qué impresión se llevó del Chile de la Unidad Popular? Chile estaba en guerra, o al menos Santiago lo estaba. Vivíamos en el centro, salíamos a la calle y era raro el día en que no nos veíamos envueltos en una pelea entre civiles y carabineros: bombas lacrimógenas, chorros de agua, etc. No estábamos acostumbrados a eso, aunque nos resultaba interesante, incluso atractivo. Vimos a los mineros con un cartel que decía: “Chicho, danos las armas”. Por las noches nos íbamos a la Peña de los Parra y por allí desfilaba toda la nueva canción, hasta a Gerardo Vandré estaba por esos días. Comimos muchas empanadas y bebimos vino blanco. ¿Es efectivo que en esa visita usted grabó en una radio de chilena el disco Tetralogía? Acompañé a Chabela Parra en una o dos canciones, creo que para Alerce. Tetralogía lo grabé tiempo después, en La Habana. ¿Qué influencia tuvo para sus letras y música la obra de Violeta Parra? Toda la buena poesía y la buena música que se escuchan dejan ganas de ser así de buenos. Pasa también con el buen teatro y el buen cine. Hasta con las buenas personas pasa. Violeta es una revolucionaria, en terminos artísticos. Y no lo es por hacer lo mismo sino porque transgrede. Esa es la excelencia que un genio como Violeta tiene para enseñar. ¿Existe en la actualidad alguna banda o cantante chileno al que admire o escuche? Siempre hay expresiones dignas de admiración en Chile. Pero temo no conocer lo suficiente el panorama como para ser justo. Su primera canción En el documental “Que levante la mano la guitarra”, usted señala que la primera canción que compuso cuando tenía 15 o 16 años la tituló: “El rock de los fantasmas”. ¿De qué trata su letra y qué fue de ella? Una tontería: “Los fantasmas, los fantasmas roqueando con cadenas y guitarras…” En el mismo libro cuenta también que en 1969 grabó su primer disco individual que tenía cuatro canciones ¿Cuáles eran? ¿Alguna vez las incluyó en algún disco? Fue para un libro-disco que no salió: “De la ausencia y de ti, Velia”, “No pienses, no digas” y “Cuántas veces al día”. Me falta una que no recuerdo. La primera y la última creo que están en discos o al menos las he cantado mucho. ¿Por qué razón en 1969 te embarcas en el Playa Girón y cómo definirías esa experiencia en tu carrera musical y poética? Recientemente se había creado la Flota Cubana de Pesca, integrada sobre todo por jóvenes, quienes pasaban largos meses pescando en el Ártico o en África. La idea era pasar de barco en barco, haciendo recitales y viviendo la experiencia. Y así lo hice durante cuatro meses y una semana. Por cierto, en esas travesías leí “La amortajada”, de María Luisa Bombal. En 1975 en una carta dirigida a Alfredo Guevara, en ese entonces presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), le pidió ser parte de los artistas que se embarcarían a Angola en 1976, señalando le “gustaría ir como combatiente” ¿Combatió en Angola? ¿Qué canciones son fruto de esa experiencia? Fui dos veces a Angola, en 1976. En total estuve 7 meses en aquel país que, cuando llegamos, estaba invadido hasta la mitad por la Sudáfrica del Apartheid. Fui como militar (mi chapilla era 35665), pero me dieron la misión –junto a otros artistas que también se habían presentado voluntarios– de recorrer los frentes para animar las tropas cubanas y angoleñas. Mi brigada estaba compuesta por el trovador Vicente Feliú, el mago José Álvarez Ayra y yo. En los primeros 4 meses hicimos cientos de actividades, moviéndonos por tierra, en territorios complicados, pero tuvimos mucha suerte. Al segundo viaje también fueron Pablo Milanés y Noel Nicola. Fue un poco más corto pero también interesante. Angola es un país inmenso, de diversas culturas y costumbres. ¿Tiene un cálculo de cuántas canciones ha compuesto en su carrera? No tengo idea. De ellas, ¿Cuáles recomendaría escuchar para entender su obra? No tengo idea. De las canciones que ha compuesto, ¿Cuáles son aquellas que no podría dejar fuera si tuviera que hacer una compilación de su obra? Hicimos una antología, llamada Cancionero. Ahora mismo estamos trabajando la segunda edición. Y contiene cientos de canciones. Puede que haya escrito demasiado. ¿Qué canción suya lo define de mejor forma? Las canciones se hacen en una circunstancia particular A todas les pasa lo mismo: es la idea que uno tiene y trasmite en ese preciso momento. Supongo que las mejores deben ser las que son más útiles, las que nos mejoran, pero eso debe ser distinto para cada persona. Mientras estuvo en la revista Mella, entre 1961 a 1962, dibujó historietas y quiso ser periodista. ¿Qué lo llevó a elegir la música? Siempre me gustó la música. Mi madre cantaba, tuvo un dúo con una hermana a los 15 años. Mis tíos fundaron diversos proyectos musicales en mi pueblo. Aunque todavía me gustaría ser periodista. ¿Aún se sigue considerando un “pintor frustrado”? No logré desarrollarme en ese sentido (tropecé con una guitarra). ¿Qué lo motiva hoy hacer canciones? ¿Cómo es un día de Silvio Rodríguez en 2025? ¿Es muy distinto a los días de cuándo se inició en la música? Me motiva lo de siempre: es la guitarra la que me sugiere todo. Lamentablemente no me le acerco para intimar todos los días. Voy al estudio cada mañana, trabajo en canciones recientes o viejas, grabo lo que se me ocurre. Y sí que son distintos estos días de aquellos. Por entonces donde único podía grabar era en la memoria. ¿Alguna vez pensó que sus composiciones musicales iban a traspasar a tantas generaciones y cree que eso le endosa una mayor trascendencia a su obra? Aunque a veces pueda encontrar vigencia en algo que canté, nunca me propuse escribir para el devenir. Conste que no se me escapa la ambigüedad de este tipo de trascendencia, que no solo distingue el amor sino también lo que arrastramos de lamentable. En el tema Testamento dice que le debe una canción a la sonrisa, a lo que supo, a los pecados, a la mentira, a lo oportuno, a las fronteras, a una bala, al compañero, a la muerte y a lo imposible. A 50 años de ese testamento, ¿A qué o a quién más le debe una canción? Si le respondo esta no voy a necesitar cantarlo. Así que, por favor, excúseme la omisión. Fuente: Publimetro
El reconocido cantautor cubano Silvio Rodríguez cautivó a sus seguidores en Chile con el inicio de su gira, que contempla cuatro conciertos en el país. El primero de ellos, titulado Ala de colibrí, se llevó a cabo en el Movistar Arena y culminó con una ovación por parte de los miles de fanáticos presentes, quienes disfrutaron durante cerca de dos horas y media de su exquisita obra poética y musical. En esta presentación, Rodríguez interpretó canciones de su último disco Quería saber (2024), combinadas con clásicos como Sueño con Serpientes, La Virgen de occidente y la Era está pariendo un corazón. Fiel a su estilo comprometido, el músico abordó temas políticos, como el genocidio en Gaza, recitando el poema Halt!, del escritor cubano Luis Rogelio Nogueras. En este sentido, expresó: “Pienso en ustedes, judíos de Jerusalem y Jericó, pienso en ustedes, hombres de la tierra de Sión...”. A sus 78 años, Silvio Rodríguez es uno de los fundadores del Movimiento de la Nueva Trova Cubana y rindió homenaje a Vicente Feliú, Noel Nicola y Pablo Milanés. Asimismo, recordó al expresidente uruguayo Pepe Mujica con la canción que lleva su nombre. Durante el concierto, rememoró su primera visita a Chile hace 53 años y dedicó un tema a Víctor Jara. Además, sorprendió al público al interpretar junto a su hija Malva Rodríguez González la canción Te recuerdo Amanda, del propio Jara. Esta presentación marca el inicio de una gira que llevará a Silvio Rodríguez por Argentina (11, 12 y 21 de octubre), Uruguay (17 y 18 de octubre), Perú (25 de octubre) y Colombia (31 de octubre y 2 de noviembre). El cantautor estará acompañado por destacados músicos en cada una de sus presentaciones. Fuente: Publimetro
El reconocido trovador Silvio Rodríguez regresa a Chile para una serie de conciertos que han generado gran expectación entre sus seguidores. La última vez que se presentó en el país fue en octubre de 2018, cuando tuvo que agendar cuatro conciertos debido a la gran cantidad de seguidores que tiene su música y poesía en Chile. El compositor del disco Días y Flores (1975), recientemente se presentó en un concierto gratuito en las escalinatas de la Universidad de La Habana, como muestra de apoyo a las protestas impulsadas por la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) en Cuba. A través de un video publicado en su sitio Zurron del Aprendiz, el trovador de 78 años expresó su aprecio por la juventud universitaria y su compromiso con los problemas actuales. “Vi en el espíritu de ellos, el espíritu de la FEU que yo recuerdo de toda la vida, esa cosa revolucionaria, dinámica, comprometida con la sensibilidad popular. Y por eso, porque tengo esperanza, porque me hicieron sentir esperanza cuando vi sus actitudes”. Silvio Rodríguez se presentará en el Movistar Arena los días 29 de septiembre, 1, 5 y 6 de octubre. Las entradas para estos conciertos se agotaron rápidamente, sorprendiendo al compositor quien comentó: “Fue una total sorpresa para mí que se vendieran tan rápido las entradas para cuatro conciertos”. En esta ocasión, el creador de Rabo de Nubes (1980) reveló detalles sobre su primer contacto con Chile y cómo fue cultivando amistad con diversos artistas chilenos a lo largo de los años. “Cuando era niño, Lucho Gatica fue la primera noción que tuve de que Chile existía. En Cuba fue muy querido. Después, las hermanas Sonia y Miriam. Tremendo dúo, también muy queridas en Cuba. Cuando crecí un poquito llegaron los poetas: Nicanor, Neruda, Huidobro, y muy poco después la inmensidad indescriptible de Violeta Parra, la consecuencia artística de sus hijos. Víctor Jara, sin duda, también es mucho Chile. Fui amigo y admiro mucho a Roberto Matta”. El trovador cubano también compartió anécdotas sobre sus encuentros con Víctor Jara y su participación en festivales tanto en Cuba como en Chile. Destacó la fraternidad y el compromiso compartido a pesar de las diferencias. Silvio Rodríguez ha dejado huella no solo en la música sino también en su compromiso social y político. Su extensa carrera musical ha sido reconocida a nivel internacional y continúa inspirando a nuevas generaciones. Su gira por Latinoamérica promete ser un evento imperdible para sus seguidores. Fuente: Publimetro
Mientras los fanáticos de Silvio Rodríguez cuentan los días para verlo en escena en alguno de los cuatro conciertos que agendó en nuestro país, una luz de esperanza se abre para otros miles de seguidores del cantautor cubano que no lograron conseguir una entrada, luego que éstas se agotaran en un par de horas para sus presentaciones del 29 de septiembre y el 1, 5 y 6 de octubre próximos. Fue el propio Silvio quien confirmó a Publimetro que estudian sumar un quinto concierto en Chile y de paso advirtió “que no me será posible hacer entrevistas durante la gira”, por lo que las actividades estarían enfocadas en sus presentaciones. ¿Qué le parece que en algunas horas se hayan acabado las entradas para los 4 conciertos que agendó en Chile? ¿Existe la posibilidad de fijar otra fecha para los miles de seguidores que no podrán verlo en el país? Fue una total sorpresa para mí que se vendieran tan rápido las entradas para 4 conciertos. Estamos analizando la posibilidad de agregar algún otro. En día próximos veremos si se puede. ¿Cuál será el repertorio que traerá esta nueva gira por Latinoamérica? Algunas canciones de mis últimos trabajos y también esas otras que no pueden faltar en mis conciertos. En algunos meses nuestro país tendrá elecciones de presidente ¿Qué opinión le merece el gobierno de Gabriel Boric? No considero importante mi opinión sobre elecciones que no sean las cubanas. Me gusta ser respetuoso. Por otra parte, simpatizo con quienes comprenden y respetan a mi país, sean de donde sean y militen donde militen. “Lucho Gatica fue la primera noción que tuve de que Chile existía” El primer país latinoamericano que visitó Silvio Rodríguez fue Chile en septiembre de 1972. En la ocasión, participó de un congreso de la Jota, grabó algunas canciones, visitó la Peña de los Parra, cantó junto a Víctor Jara y fue recibido por el expresidente Salvador Allende en La Moneda. En innumerables entrevistas a destacado el lazo que lo une a nuestro país resaltando a la familia Parra ¿Qué fue lo primero que lo vinculó a Chile y cuándo? Cuando era niño, Lucho Gatica fue la primera noción que tuve de que Chile existía. En Cuba fue muy querido. Después, las hermanas Sonia y Miriam. Tremendo dúo, también muy queridas en Cuba. Cuando crecí un poquito llegaron los poetas: Nicanor, Neruda, Huidobro, y muy poco después la inmensidad indescriptible de Violeta Parra, la consecuencia artística de sus hijos. Víctor Jara, sin duda, también es mucho Chile. Fui amigo y admiro mucho a Roberto Matta. En el documental “Que levante la mano la guitarra” señala que tuvo el honor de cantar con Víctor Jara en dos ocasiones, primero en La Habana y luego en Santiago de Chile ¿Qué recuerda de esas presentaciones y cómo era su relación con Víctor Jara? Sí, en La Habana nos vimos en Casa de las Américas y en Chile, la primera vez que llegamos, estaba esperandonos en el aeropuerto, junto a Chabela, Ángel y muchos otros compañeros. Recuerdo que también nos vimos en la Isla de la Juventud, en Cuba, en un Festival de la Nueva Trova. Nos llevábamos bien, discutíamos muy fraternalmente; éramos de realidades muy diferentes, pero nos unía el compromiso del oficio y el enfoque que teníamos del mismo. Este 2025 se cumplen 53 años desde que vino por primera vez al país en septiembre de 1972 junto a Noel Nicola y Pablo Milanés ¿Cómo se gesta esa visita y qué impresión se llevó del Chile de la Unidad Popular? Chile estaba en guerra, o al menos Santiago lo estaba. Vivíamos en el centro, salíamos a la calle y era raro el día en que no nos veíamos envueltos en una pelea entre civiles y carabineros: bombas lacrimógenas, chorros de agua, etc. No estábamos acostumbrados a eso, aunque nos resultaba interesante, incluso atractivo. Vimos a los mineros con un cartel que decía: “Chicho, danos las armas”. Por las noches nos íbamos a la Peña de los Parra y por allí desfilaba toda la nueva canción, hasta a Gerardo Vandré estaba por esos días. Comimos muchas empanadas y bebimos vino blanco. ¿Es efectivo que en esa visita usted grabó en una radio de chilena el disco Tetralogía? Acompañé a Chabela Parra en una o dos canciones, creo que para Alerce. Tetralogía lo grabé tiempo después, en La Habana. ¿Qué influencia tuvo para sus letras y música la obra de Violeta Parra? Toda la buena poesía y la buena música que se escuchan dejan ganas de ser así de buenos. Pasa también con el buen teatro y el buen cine. Hasta con las buenas personas pasa. Violeta es una revolucionaria, en terminos artísticos. Y no lo es por hacer lo mismo sino porque transgrede. Esa es la excelencia que un genio como Violeta tiene para enseñar. ¿Existe en la actualidad alguna banda o cantante chileno al que admire o escuche? Siempre hay expresiones dignas de admiración en Chile. Pero temo no conocer lo suficiente el panorama como para ser justo. Su primera canción En el documental “Que levante la mano la guitarra”, usted señala que la primera canción que compuso cuando tenía 15 o 16 años la tituló: “El rock de los fantasmas”. ¿De qué trata su letra y qué fue de ella? Una tontería: “Los fantasmas, los fantasmas roqueando con cadenas y guitarras…” En el mismo libro cuenta también que en 1969 grabó su primer disco individual que tenía cuatro canciones ¿Cuáles eran? ¿Alguna vez las incluyó en algún disco? Fue para un libro-disco que no salió: “De la ausencia y de ti, Velia”, “No pienses, no digas” y “Cuántas veces al día”. Me falta una que no recuerdo. La primera y la última creo que están en discos o al menos las he cantado mucho. ¿Por qué razón en 1969 te embarcas en el Playa Girón y cómo definirías esa experiencia en tu carrera musical y poética? Recientemente se había creado la Flota Cubana de Pesca, integrada sobre todo por jóvenes, quienes pasaban largos meses pescando en el Ártico o en África. La idea era pasar de barco en barco, haciendo recitales y viviendo la experiencia. Y así lo hice durante cuatro meses y una semana. Por cierto, en esas travesías leí “La amortajada”, de María Luisa Bombal. En 1975 en una carta dirigida a Alfredo Guevara, en ese entonces presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), le pidió ser parte de los artistas que se embarcarían a Angola en 1976, señalando le “gustaría ir como combatiente” ¿Combatió en Angola? ¿Qué canciones son fruto de esa experiencia? Fui dos veces a Angola, en 1976. En total estuve 7 meses en aquel país que, cuando llegamos, estaba invadido hasta la mitad por la Sudáfrica del Apartheid. Fui como militar (mi chapilla era 35665), pero me dieron la misión –junto a otros artistas que también se habían presentado voluntarios– de recorrer los frentes para animar las tropas cubanas y angoleñas. Mi brigada estaba compuesta por el trovador Vicente Feliú, el mago José Álvarez Ayra y yo. En los primeros 4 meses hicimos cientos de actividades, moviéndonos por tierra, en territorios complicados, pero tuvimos mucha suerte. Al segundo viaje también fueron Pablo Milanés y Noel Nicola. Fue un poco más corto pero también interesante. Angola es un país inmenso, de diversas culturas y costumbres. ¿Tiene un cálculo de cuántas canciones ha compuesto en su carrera? No tengo idea. De ellas, ¿Cuáles recomendaría escuchar para entender su obra? No tengo idea. De las canciones que ha compuesto, ¿Cuáles son aquellas que no podría dejar fuera si tuviera que hacer una compilación de su obra? Hicimos una antología, llamada Cancionero. Ahora mismo estamos trabajando la segunda edición. Y contiene cientos de canciones. Puede que haya escrito demasiado. ¿Qué canción suya lo define de mejor forma? Las canciones se hacen en una circunstancia particular A todas les pasa lo mismo: es la idea que uno tiene y trasmite en ese preciso momento. Supongo que las mejores deben ser las que son más útiles, las que nos mejoran, pero eso debe ser distinto para cada persona. Mientras estuvo en la revista Mella, entre 1961 a 1962, dibujó historietas y quiso ser periodista. ¿Qué lo llevó a elegir la música? Siempre me gustó la música. Mi madre cantaba, tuvo un dúo con una hermana a los 15 años. Mis tíos fundaron diversos proyectos musicales en mi pueblo. Aunque todavía me gustaría ser periodista. ¿Aún se sigue considerando un “pintor frustrado”? No logré desarrollarme en ese sentido (tropecé con una guitarra). ¿Qué lo motiva hoy hacer canciones? ¿Cómo es un día de Silvio Rodríguez en 2025? ¿Es muy distinto a los días de cuándo se inició en la música? Me motiva lo de siempre: es la guitarra la que me sugiere todo. Lamentablemente no me le acerco para intimar todos los días. Voy al estudio cada mañana, trabajo en canciones recientes o viejas, grabo lo que se me ocurre. Y sí que son distintos estos días de aquellos. Por entonces donde único podía grabar era en la memoria. ¿Alguna vez pensó que sus composiciones musicales iban a traspasar a tantas generaciones y cree que eso le endosa una mayor trascendencia a su obra? Aunque a veces pueda encontrar vigencia en algo que canté, nunca me propuse escribir para el devenir. Conste que no se me escapa la ambigüedad de este tipo de trascendencia, que no solo distingue el amor sino también lo que arrastramos de lamentable. En el tema Testamento dice que le debe una canción a la sonrisa, a lo que supo, a los pecados, a la mentira, a lo oportuno, a las fronteras, a una bala, al compañero, a la muerte y a lo imposible. A 50 años de ese testamento, ¿A qué o a quién más le debe una canción? Si le respondo esta no voy a necesitar cantarlo. Así que, por favor, excúseme la omisión. Fuente: Publimetro