La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) ha anunciado un cambio significativo en relación con la eliminación de las tradicionales tarjetas de coordenadas utilizadas en transacciones bancarias. Inicialmente se había informado que este mecanismo dejaría de ser válido a partir del 1 de agosto de 2025, sin embargo, el regulador ha decidido postergar su eliminación definitiva hasta el 1 de agosto de 2026. La medida responde a las observaciones surgidas tras la publicación de la Norma de Carácter General N° 538, que establece nuevos estándares de seguridad digital para el ecosistema financiero chileno. Expertos y organizaciones como la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif) han solicitado mayor flexibilidad ante las dificultades prácticas que implica el cambio, especialmente para adultos mayores que enfrentan barreras en el uso de tecnologías digitales. El adiós a este método tradicional, reconocido por su cuadrícula de letras y números impresos en plástico, representa el cierre de una etapa en los sistemas de verificación utilizados por la banca chilena. Durante años, las tarjetas de coordenadas fueron una herramienta común para aprobar transferencias y operaciones en línea. Sin embargo, su vulnerabilidad frente a fraudes y suplantaciones motivó su reemplazo por sistemas más seguros, explica Fernando Lagos, CEO de NIVEL4 Ciberseguridad. La normativa vigente exige que las instituciones financieras avancen hacia la implementación de la Autenticación Reforzada de Cliente (ARC), un modelo que combina al menos dos factores independientes: 🔑 Un elemento de conocimiento (clave o PIN) 📱 Un dispositivo físico (token o celular) 🧬 Un dato biométrico (huella digital, reconocimiento facial o voz) Aunque la ARC será obligatoria en situaciones críticas a partir del 2026, desde agosto de este año las entidades financieras ya deben cumplir con exigencias generales de seguridad. Además de robustecer la autenticación, la norma exige a los emisores mantener un registro auditable y trazable de todas las transacciones, incluyendo los intentos fallidos. También se establecen exigencias sobre cifrado, caducidad y complejidad de claves, apuntando a proteger la confidencialidad e integridad de los datos de los usuarios, señala Fernando Lagos, CEO de NIVEL4 Ciberseguridad. De esta manera, el sistema financiero chileno continúa su camino hacia un entorno de pagos electrónicos más moderno y confiable, aunque ahora con un plazo extendido que permite una implementación más gradual y sensible a las necesidades de todos los usuarios. Fuente: Publimetro
La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) ha anunciado un cambio significativo en relación con la eliminación de las tradicionales tarjetas de coordenadas utilizadas en transacciones bancarias. Inicialmente se había informado que este mecanismo dejaría de ser válido a partir del 1 de agosto de 2025, sin embargo, el regulador ha decidido postergar su eliminación definitiva hasta el 1 de agosto de 2026. La medida responde a las observaciones surgidas tras la publicación de la Norma de Carácter General N° 538, que establece nuevos estándares de seguridad digital para el ecosistema financiero chileno. Expertos y organizaciones como la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif) han solicitado mayor flexibilidad ante las dificultades prácticas que implica el cambio, especialmente para adultos mayores que enfrentan barreras en el uso de tecnologías digitales. El adiós a este método tradicional, reconocido por su cuadrícula de letras y números impresos en plástico, representa el cierre de una etapa en los sistemas de verificación utilizados por la banca chilena. Durante años, las tarjetas de coordenadas fueron una herramienta común para aprobar transferencias y operaciones en línea. Sin embargo, su vulnerabilidad frente a fraudes y suplantaciones motivó su reemplazo por sistemas más seguros, explica Fernando Lagos, CEO de NIVEL4 Ciberseguridad. La normativa vigente exige que las instituciones financieras avancen hacia la implementación de la Autenticación Reforzada de Cliente (ARC), un modelo que combina al menos dos factores independientes: 🔑 Un elemento de conocimiento (clave o PIN) 📱 Un dispositivo físico (token o celular) 🧬 Un dato biométrico (huella digital, reconocimiento facial o voz) Aunque la ARC será obligatoria en situaciones críticas a partir del 2026, desde agosto de este año las entidades financieras ya deben cumplir con exigencias generales de seguridad. Además de robustecer la autenticación, la norma exige a los emisores mantener un registro auditable y trazable de todas las transacciones, incluyendo los intentos fallidos. También se establecen exigencias sobre cifrado, caducidad y complejidad de claves, apuntando a proteger la confidencialidad e integridad de los datos de los usuarios, señala Fernando Lagos, CEO de NIVEL4 Ciberseguridad. De esta manera, el sistema financiero chileno continúa su camino hacia un entorno de pagos electrónicos más moderno y confiable, aunque ahora con un plazo extendido que permite una implementación más gradual y sensible a las necesidades de todos los usuarios. Fuente: Publimetro