Un reportaje de Teletrece ha sacado a la luz el impactante testimonio de una científica francesa que sufrió violación durante una expedición en la Antártica, lo que resultó en la condena del biólogo chileno Jorge Gallardo. Este incidente, ocurrido en 2019 en la isla Livingston, marca el primer caso de agresión sexual documentado en el continente blanco. La víctima describió que el ataque tuvo lugar solo cinco días después de su llegada al campamento antártico. Gallardo, quien ocupaba el cargo de jefe logístico, habría aprovechado la extrema situación de aislamiento para cometer el acto violento. Estamos en la Antártica, acá no hay reglas, te puedo hacer lo que quiera, fueron las palabras que según la denunciante, el agresor le dijo antes de perpetrar la violación. Por años, la investigadora guardó silencio, sumida en una etapa de negación. Me costó mucho aceptar esto. Se me quitaron las ganas de vivir. No podía volver a trabajar, la angustia era demasiado fuerte, confesó. Finalmente, en 2023, decidió denunciar los hechos, desencadenando un proceso judicial que culminó con la sentencia de 300 días de prisión efectiva para Gallardo. A pesar del veredicto, Claudia Maturana, portavoz del Colectivo de Mujeres Antárticas, consideró que la sentencia resultaba insuficiente. Es una condena ridícula. En Chile se castiga con más severidad el robo de un animal que la violación de una mujer. Eso nos parece profundamente violento, expresó. Este caso también ha destapado otras denuncias de acoso y hostigamiento dentro de la comunidad científica que opera en la Antártica. Una segunda mujer conocida como Julia denunció haber experimentado un entorno sexista e intimidante durante una expedición en la misma institución. Me sentí atemorizada todo el tiempo. Había comentarios sobre el cuerpo de las mujeres y una cultura machista que hacía difícil concentrarse en la investigación, declaró. En respuesta, la defensa de Gallardo presentó un recurso de nulidad argumentando falta de credibilidad en el testimonio de la víctima. Fuente: Publimetro
Un nuevo caso de presunta agresión sexual ha surgido en el Ejército de Chile, esta vez en Valdivia, donde dos oficiales del mismo rango se encuentran involucrados. La denuncia fue presentada por una capitán del Ejército, identificada con el nombre ficticio de Alejandra, en contra de su colega, el capitán F., a quien acusa de haberla violado en la madrugada del 9 de febrero de este año, dentro del Campo Militar de la ciudad. Según el testimonio de Alejandra ante la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales (Brisex) de la PDI, la noche de los hechos comenzó con una salida entre compañeros a un bar, donde consumieron alcohol mientras cantaban karaoke. Recuerdo haber tomado dos vasos de Ramazzotti, mencionó Alejandra. Posteriormente, el grupo se trasladó a una discoteca llamada Club Tierra de OZ, donde se llevaba a cabo una fiesta temática. Durante la noche, Alejandra se encontró con su expareja, también uniformado, lo que le generó un profundo malestar emocional. Consumió aproximadamente cuatro vasos de piscolas y recordó que su ex pareja le mencionó varias veces que estaba curada. La fiesta finalizó cerca de las tres de la madrugada y una compañera acompañó a Alejandra de regreso a la cabaña que compartían dentro del recinto militar. Alejandra declaró estar muy mareada y tener escasos recuerdos de lo sucedido en ese momento. Afirmó no recordar haber ingresado a la cabaña ni haberse acostado. Según su relato, la compañera la ayudó a acostarse y consoló mientras lloraba por su ruptura amorosa. Fue entonces cuando el capitán F. ingresó a la habitación y se ubicó al pie de la cama antes de quedarse dormida. Al despertar, Alejandra se percató de que estaba siendo violada. No sé por qué F. estaba en mi pieza. Tampoco sé por qué mi compañera me dejó sola con él, afirmó Alejandra, destacando que su relación con el acusado era estrictamente laboral y amistosa. El testimonio de la compañera contradice el relato de Alejandra. Según su declaración ante la Brisex, Alejandra se encontraba consciente y sin signos evidentes de ebriedad. Aseguró que caminaba y conversaba con normalidad antes de acostarse por sus propios medios y dialogar con ella antes de que el capitán F. ingresara a la cabaña. Un informe policial elaborado por la PDI indica que la víctima estaba orientada y funcional antes de irse a dormir, según imágenes captadas por cámaras de seguridad del Campo Militar. En base a esto, los investigadores concluyeron que es difícil establecer cómo ocurrió exactamente el presunto delito. La defensa del imputado sostiene que existió una relación sexual consentida debido a declaraciones donde Alejandra expresaba no recordar si hubo consentimiento sexual durante el incidente. El abogado Patricio Morales, representante legal de la víctima, rechazó las conclusiones presentadas por la PDI argumentando un sesgo en el informe y omitiendo antecedentes médicos relevantes. Hizo referencia a un informe ginecológico realizado por la doctora María Denisse Anrique en el Hospital Base de Valdivia que respaldaría el relato de Alejandra. Por otro lado, la defensa del capitán F., liderada por el abogado José Baquedano, solicitó su libertad provisional tras más de seis meses bajo reclusión militar en Temuco. Presentaron testimonios y grabaciones que sugieren que Alejandra no estaba incapacitada por efectos del alcohol durante los hechos. Además, incluyeron evaluaciones médicas independientes que sugieren múltiples causas para las lesiones presentadas por Alejandra, incluso compatibles con relaciones sexuales consentidas. El Ejército confirmó que el oficial fue separado definitivamente del cargo el 4 de junio y señaló que el caso sigue bajo jurisdicción militar debido al lugar donde ocurrieron los hechos. Se activaron protocolos para proteger a la denunciante y reiteraron su rechazo hacia conductas contrarias a los valores institucionales. Fuente: Publimetro
Un reportaje de Teletrece ha sacado a la luz el impactante testimonio de una científica francesa que sufrió violación durante una expedición en la Antártica, lo que resultó en la condena del biólogo chileno Jorge Gallardo. Este incidente, ocurrido en 2019 en la isla Livingston, marca el primer caso de agresión sexual documentado en el continente blanco. La víctima describió que el ataque tuvo lugar solo cinco días después de su llegada al campamento antártico. Gallardo, quien ocupaba el cargo de jefe logístico, habría aprovechado la extrema situación de aislamiento para cometer el acto violento. Estamos en la Antártica, acá no hay reglas, te puedo hacer lo que quiera, fueron las palabras que según la denunciante, el agresor le dijo antes de perpetrar la violación. Por años, la investigadora guardó silencio, sumida en una etapa de negación. Me costó mucho aceptar esto. Se me quitaron las ganas de vivir. No podía volver a trabajar, la angustia era demasiado fuerte, confesó. Finalmente, en 2023, decidió denunciar los hechos, desencadenando un proceso judicial que culminó con la sentencia de 300 días de prisión efectiva para Gallardo. A pesar del veredicto, Claudia Maturana, portavoz del Colectivo de Mujeres Antárticas, consideró que la sentencia resultaba insuficiente. Es una condena ridícula. En Chile se castiga con más severidad el robo de un animal que la violación de una mujer. Eso nos parece profundamente violento, expresó. Este caso también ha destapado otras denuncias de acoso y hostigamiento dentro de la comunidad científica que opera en la Antártica. Una segunda mujer conocida como Julia denunció haber experimentado un entorno sexista e intimidante durante una expedición en la misma institución. Me sentí atemorizada todo el tiempo. Había comentarios sobre el cuerpo de las mujeres y una cultura machista que hacía difícil concentrarse en la investigación, declaró. En respuesta, la defensa de Gallardo presentó un recurso de nulidad argumentando falta de credibilidad en el testimonio de la víctima. Fuente: Publimetro
Un nuevo caso de presunta agresión sexual ha surgido en el Ejército de Chile, esta vez en Valdivia, donde dos oficiales del mismo rango se encuentran involucrados. La denuncia fue presentada por una capitán del Ejército, identificada con el nombre ficticio de Alejandra, en contra de su colega, el capitán F., a quien acusa de haberla violado en la madrugada del 9 de febrero de este año, dentro del Campo Militar de la ciudad. Según el testimonio de Alejandra ante la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales (Brisex) de la PDI, la noche de los hechos comenzó con una salida entre compañeros a un bar, donde consumieron alcohol mientras cantaban karaoke. Recuerdo haber tomado dos vasos de Ramazzotti, mencionó Alejandra. Posteriormente, el grupo se trasladó a una discoteca llamada Club Tierra de OZ, donde se llevaba a cabo una fiesta temática. Durante la noche, Alejandra se encontró con su expareja, también uniformado, lo que le generó un profundo malestar emocional. Consumió aproximadamente cuatro vasos de piscolas y recordó que su ex pareja le mencionó varias veces que estaba curada. La fiesta finalizó cerca de las tres de la madrugada y una compañera acompañó a Alejandra de regreso a la cabaña que compartían dentro del recinto militar. Alejandra declaró estar muy mareada y tener escasos recuerdos de lo sucedido en ese momento. Afirmó no recordar haber ingresado a la cabaña ni haberse acostado. Según su relato, la compañera la ayudó a acostarse y consoló mientras lloraba por su ruptura amorosa. Fue entonces cuando el capitán F. ingresó a la habitación y se ubicó al pie de la cama antes de quedarse dormida. Al despertar, Alejandra se percató de que estaba siendo violada. No sé por qué F. estaba en mi pieza. Tampoco sé por qué mi compañera me dejó sola con él, afirmó Alejandra, destacando que su relación con el acusado era estrictamente laboral y amistosa. El testimonio de la compañera contradice el relato de Alejandra. Según su declaración ante la Brisex, Alejandra se encontraba consciente y sin signos evidentes de ebriedad. Aseguró que caminaba y conversaba con normalidad antes de acostarse por sus propios medios y dialogar con ella antes de que el capitán F. ingresara a la cabaña. Un informe policial elaborado por la PDI indica que la víctima estaba orientada y funcional antes de irse a dormir, según imágenes captadas por cámaras de seguridad del Campo Militar. En base a esto, los investigadores concluyeron que es difícil establecer cómo ocurrió exactamente el presunto delito. La defensa del imputado sostiene que existió una relación sexual consentida debido a declaraciones donde Alejandra expresaba no recordar si hubo consentimiento sexual durante el incidente. El abogado Patricio Morales, representante legal de la víctima, rechazó las conclusiones presentadas por la PDI argumentando un sesgo en el informe y omitiendo antecedentes médicos relevantes. Hizo referencia a un informe ginecológico realizado por la doctora María Denisse Anrique en el Hospital Base de Valdivia que respaldaría el relato de Alejandra. Por otro lado, la defensa del capitán F., liderada por el abogado José Baquedano, solicitó su libertad provisional tras más de seis meses bajo reclusión militar en Temuco. Presentaron testimonios y grabaciones que sugieren que Alejandra no estaba incapacitada por efectos del alcohol durante los hechos. Además, incluyeron evaluaciones médicas independientes que sugieren múltiples causas para las lesiones presentadas por Alejandra, incluso compatibles con relaciones sexuales consentidas. El Ejército confirmó que el oficial fue separado definitivamente del cargo el 4 de junio y señaló que el caso sigue bajo jurisdicción militar debido al lugar donde ocurrieron los hechos. Se activaron protocolos para proteger a la denunciante y reiteraron su rechazo hacia conductas contrarias a los valores institucionales. Fuente: Publimetro