1 de mayo de 2024
Muchas personas, cuando envían un audio de WhatsApp, tienen la costumbre de escucharlo después. En ese momento, al igual que cuando vemos un vídeo en el que hablamos, nos sorprende a casi todos lo rara que nos suena nuestra propia voz.
Pero, ¿a qué se debe este fenómeno? Según Ashish Shah, un audiólogo de The Hearing Care Partnership, hay una razón por la que nuestras voces suenan tan diferentes de lo que estamos acostumbrados, aunque así es exactamente como les sonamos a los demás, recoge el Mirror.
"Cuando hablamos, el sonido de nuestra voz se transfiere a nuestros oídos de dos maneras: externamente por conducción aérea e internamente a través de nuestros huesos. La conducción ósea transfiere frecuencias más bajas que el sonido transmitido por el aire no puede, y eso es lo que da a nuestras voces el tono más bajo al que estamos acostumbrados", dice Shah.
"Cuando hablamos con otra persona, solo escucha nuestra voz a través de un sonido transmitido por el aire, por lo que nos escuchará en una frecuencia más alta, y lo mismo ocurre cuando escuchamos nuestras propias voces a través de una grabación", prosigue.
"Cuando escuchamos nuestras voces a través de una grabación, no tenemos el sonido de conducción ósea para agregar las frecuencias más bajas, por lo que nos escuchamos a nosotros mismos de una manera que no estamos acostumbrados a escuchar. Y es por eso que a menudo encontramos personas que dicen que no les gusta el sonido de su voz cuando la escuchan", afirma Shah.
"Curiosamente, un estudio reveló que cuando a un grupo de participantes se les pidió que calificaran el atractivo de varias grabaciones de voz diferentes, que secretamente incluían la del propio sujeto, calificaron su voz mucho más alto cuando no se dieron cuenta de que era la suya", explica.
"Generalmente, no analizamos las voces de los demás, por lo que casi puedes garantizar que la gente no esté analizando la tuya. El juicio que emitimos sobre el sonido de nuestra voz se basa totalmente en que no es lo que sabemos o esperamos de nosotros mismos y por lo tanto nos incomoda, pero la realidad es que esta es la única manera en que los demás nos conocen", concluye el experto.