Berríos relata su experiencia tras ser absuelto por el Vaticano

El sacerdote Felipe Berríos ha vuelto a la luz pública luego de que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano revocara las sanciones canónicas en su contra, incluyendo su expulsión de la Compañía de Jesús y la prohibición de ejercer el ministerio sacerdotal.

La decisión, comunicada el 9 de diciembre, se basó en la falta de "certeza moral suficiente" para mantener las medidas disciplinarias.

Tras conocer el fallo, Berríos emitió una declaración en la que expresó haber enfrentado un proceso largo y complejo.

“Llevo más de tres años cargando con el estigma de haber cometido delitos de connotación sexual que nunca cometí”, señaló. También mencionó haber sido objeto de “una persecución implacable” que causó “un daño reputacional enorme para mí y para quienes valientemente creyeron en mi palabra y en mi inocencia”.

La absolución canónica se suma al sobreseimiento definitivo dictado por la Corte de Apelaciones de Santiago en la causa penal, cerrando así el procedimiento judicial en Chile. A pesar de esto, la Compañía de Jesús continuará con un proceso de acompañamiento y reparación hacia las personas que realizaron las denuncias en su contra.

El fallo del Vaticano anuló la resolución administrativa penal que estableció medidas como la expulsión de Berríos y restricciones para ejercer funciones religiosas. Con esta decisión, dichas sanciones quedaron sin efecto.

La Compañía de Jesús detalló en un comunicado que el Dicasterio determinó que no existía la certeza moral necesaria para sostener las sanciones previamente dictadas. Además, aclararon que la revocación no implica un pronunciamiento sobre inocencia o culpabilidad en el sentido penal, sino una evaluación de los antecedentes reunidos en el proceso canónico.

En paralelo, la congregación anunció medidas de supervisión pastoral y un plan de reparación para las personas que interpusieron denuncias, asegurando que estas acciones continuarán independientemente de la resolución del Vaticano.

En su declaración pública, Berríos afirmó que la revocación de las sanciones marca el cierre de un periodo personal difícil:

“Tras vivir un proceso de profundo dolor, soledad, reflexión, humilde trabajo pastoral en La Chimba y oración, la verdad me ha hecho libre”, señaló.

También criticó a organizaciones y actores involucrados en el caso. Aseguró haber sido “atacado sin piedad por la Fundación Para la Confianza” y no haber recibido apoyo por parte de la propia Compañía de Jesús durante el proceso.

La Fundación Para la Confianza no emitió declaraciones inmediatas en respuesta a sus palabras, mientras que la Compañía de Jesús reiteró su compromiso con el trabajo interno de reparación y acompañamiento.

Con el cierre de las investigaciones penales y la anulación de las sanciones canónicas, Berríos podrá retomar actividades pastorales dentro del marco definido por la Compañía de Jesús. La congregación implementará medidas para asegurar un acompañamiento adecuado y un contexto seguro en su retorno.