











Estudio revela perfil y motivaciones del electorado de Franco Parisi
Análisis de la Universidad de O’Higgins sobre características sociodemográficas, emociones y demandas políticas del 19,7% de votantes que apoyaron a Franco Parisi.
24 de noviembre de 2025
En la primera vuelta presidencial, Franco Parisi sorprendió al obtener 2.552.649 sufragios, equivalente al 19,71% según datos del Servel. Este resultado lo posiciona como el tercer candidato con mayor apoyo y un actor determinante para el desenlace electoral entre Jeannette Jara y José Antonio Kast. La magnitud del fenómeno plantea dos preguntas clave: ¿quiénes conforman su electorado y qué explica su conexión con más de dos millones y medio de personas a pesar de no haber realizado campaña presencial en Chile?
Un estudio del Observatorio Regional de la Universidad de O’Higgins, complementado con datos de la encuesta nacional “Laboratorio para la Democracia” de la Fundación Horizonte Ciudadano, ofrece una radiografía del votante que se identificó con el discurso de Parisi contra los partidos tradicionales, resumido en la consigna “Ni facho ni comunacho”.
Según los datos recopilados, el 66% de quienes respaldaron a Parisi son hombres. El 45% se desempeña en oficios manuales —calificados o no calificados— y un 25% se encuentra inactivo laboralmente. En términos etarios, predominan personas entre 30 y 54 años, pertenecientes a sectores populares o de clase media baja, con ingresos ajustados y ocupaciones semicalificadas.
Ideológicamente, el grupo muestra baja identificación con los polos políticos: el 56% se declara de centro, un 30% se posiciona a la derecha y apenas un 5% se reconoce de izquierda.
Según el director del Observatorio, Eolo Díaz-Tendero, este grupo tiene una “identidad ideológica difusa”, sin vínculos sólidos con ninguna coalición tradicional. “La política les interesa solo cuando afecta directamente su economía. Desconfían de las élites y no se reconocen ni de izquierda ni como parte orgánica de la derecha. Su voto es una forma de expresar malestar y exigir reconocimiento”, sostiene.
El estudio indica que estos electores participan en política motivados por expectativas concretas más que por convicciones ideológicas. “Ven el progreso como resultado del esfuerzo personal. Esperan líderes que asuman riesgos y resuelvan problemas visibles. Quieren soluciones tangibles, pero también capacidad de construir acuerdos”, afirma Díaz-Tendero.
Las emociones asociadas a la política también resultan reveladoras. Para el 54% de este grupo, la política evoca tristeza; para el 15%, asco; y para el 10,8%, miedo. Solo el 7,5% declara sentir confianza. “Esto responde a una historia de agravio y menosprecio. Son personas que sienten que han cumplido las reglas, pero no han sido reconocidas. Ven la política como un espacio donde otros —los privilegiados, las élites— avanzan, mientras ellos quedan atrás”, concluye el investigador.
Fuente: Publimetro






































