Partido Republicano gana en Coquimbo, Jara pierde bastión

En la Región de Coquimbo, la preferencia presidencial siguió la tendencia nacional, según los resultados del Servicio Electoral con el 100% de las mesas escrutadas. José Antonio Kast se impuso en 12 de las 15 comunas, quedando en desventaja solo en Canela, Andacollo e Illapel. En Río Hurtado, Kast obtuvo su mayor distancia con un 68,10%, mientras que Jeannette Jara alcanzó el 31,90%. A nivel regional, el líder republicano logró 288.086 votos (54,17%), frente a los 243.770 votos (45,83%) de Jara.

Pese al llamado de Franco Parisi —quien en la primera vuelta obtuvo 147.901 votos, equivalentes al 26%— se registraron 42.607 votos nulos, cifra que corresponde apenas al 7,30%.

Uno de los resultados más llamativos se produjo en Coquimbo, comuna que desde el oficialismo se proyectaba como un bastión seguro para Jeannette Jara. La candidata eligió este territorio para su cierre de campaña y contaba con el respaldo de los hermanos Manouchehri, ambos con un amplio caudal histórico de votos en sus propias elecciones como alcalde y diputado. Sin embargo, Jara obtuvo 46,96%, mientras Kast se impuso con 53,04%, desdibujando el escenario que el oficialismo consideraba favorable y evidenciando que la transferencia de apoyo no se tradujo en votos efectivos.

El analista político Juan Carlos Conejeros explicó a Diario El Día que el resultado tiene una lectura directa: “Hubo un traspaso de votos. Parisi y Jara lideraron la votación en la región, pero si uno observa con atención, claramente existió un movimiento hacia Kast”. Añadió que aunque entre ambos candidatos sumaron más votos en primera vuelta, ello respondía a la mayor cantidad de opciones. “La sumatoria de los votos de los otros terminó inclinándose a favor de Kast”, sostuvo.

Conejeros profundizó en la dimensión histórica y simbólica del resultado: “Los tiempos cambian. Los partidos, dirigentes y voceros deben tomar nota. La gente puede no conocer la historia escrita, pero sí la ha vivido. Y hoy existen personas dispuestas a dar un paso adelante. No es desconocer la historia, sino tener el valor de mirar hacia el futuro”, indicó.

El analista enfatizó que la ciudadanía confía en las instituciones del Estado encargadas de reparar daños históricos. “Existe un pueblo que no teme volver a creer en un sector. No es que no tenga memoria; es que no tiene temor. Percibe que hay una democracia que no se puede atropellar”.

Finalmente, sostuvo que cuando aparece una figura capaz de transmitir orden, progreso y bienestar pese a cargas del pasado, “la gente se atreve a dar ese paso”, especialmente cuando siente que su vida cotidiana está marcada por tensiones y busca un cambio concreto.