Se pronostican meses secos en la región

Desafortunadamente y como ha sido la tónica en la última década, nuevamente la Región de Coquimbo se encuentra enfrentada a un difícil escenario en materia hídrica. Durante los meses de abril y mayo no se han registrado precipitaciones que permitan una recuperación y al parecer lo que se viene no es más alentador.

De acuerdo al último informe del Boletín Climático del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), durante junio y julio de este año, se espera que continúen por debajo del rango normal para la estación. Esto se traduce en que la llegada de sistemas frontales no sería frecuente sino hasta posterior a otoño.

Eso sí, desde el área de meteorología de CEAZA hacen hincapié en el pronóstico para la temperatura del aire sobre el Pacífico suroriental, que estaría dentro o por sobre el rango normal para la época del año.

En este sentido, Cristian Muñoz, modelador estadístico de CEAZA, explica que “esto podría asociarse a una tasa de evaporación mayor, lo que traería como consecuencia que exista una mayor cantidad de vapor de agua que podría ser arrastrada hacia el continente con la llegada de sistemas frontales, lo que intensificaría los episodios de precipitación respecto a temporadas desarrolladas bajo La Niña”.

Otro aspecto que agrava esta situación es que la cobertura nival en las tres provincias es prácticamente nula “lo que es esperable en esta época del año, pero no deja de ser un factor adicional en la falta de reservas hídricas”, indica el informe.

En cuanto al ciclo El Niño Oscilación del Sur (ENOS), desde el organismo indican que los modelos climáticos indican que continuará la fase Neutra del ciclo El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) durante el invierno y probablemente hasta primavera y detalla que esta condición aumenta la incertidumbre sobre posibles lluvias.

“La ocurrencia de una fase Neutra y su persistencia hasta primavera está ligada a incertidumbre en la precipitación. No obstante, los modelos sugieren precipitación bajo el rango normal para este trimestre”.

En este escenario y dado el carácter prolongado, extenso y profundo de esta crisis, los investigadores del CEAZA plantean la necesidad de dejar atrás el término “sequía”, y comenzar a hablar de “desertificación” en la Región de Coquimbo.

Asimismo, la zona enfrenta su sexto año consecutivo de caudales bajos según el promedio climático. “En las 3 cuencas la última vez que los valores estuvieron sobre los promedios históricos fueron en julio de 2018. Ya estamos en 2025, y a excepción de Choapa que estuvo un mes sobre el promedio, desde 2018 se han mantenido los caudales bajo el promedio climatológico”, explica el coordinador del área de meteorología de CEAZA, Cristian Orrego.

En este sentido, la temporada actual iniciada en abril presenta un 52% de los caudales históricos en Elqui, 82% en Limarí y 75% en Choapa. De acuerdo al boletín, esta situación ha conllevado a una constante disminución en los niveles de agua embalsados durante los últimos años que se ha revertido en parte solo en Choapa durante los últimos meses.

Por otro lado, los embalses a nivel regional se mantienen en un 16% del total de su capacidad. “El agua embalsada en Elqui es de un 19% con respecto a su capacidad, en Limarí de un 10% y en Choapa de un 79%. Se mantuvieron similares a marzo en la mayoría de ellos”, indica el análisis.

Así lo ratifica también Pablo Álvarez, director del Consorcio Centro Tecnológico del Agua Quitai Anko y director del Laboratorio PROMMRA de la Universidad de La Serena. “La situación es compleja en términos de que el almacenamiento de la Región de Coquimbo alcanza un 16% y ha descendido en los últimos días alrededor de un 15%. Este 15% implica que no hay suficiente recurso hídrico para dar seguridad para más allá de los gastos básicos de una cuenca”, especifica.

Según detalla, otro elemento que también contribuye a la condición hídrica compleja en la que estamos es que no llovió en abril ni en mayo “lo que implica que hay un déficit que se ha ido transformando en una condición estructural en la región y que obligaría de alguna manera que en los meses de junio, julio y agosto se produjeran las precipitaciones que esperamos para lograr alcanzar un valor que esté cercano al promedio o levemente por debajo del valor promedio”.

No obstante, agrega, los pronósticos estacionales mencionan la posibilidad de un escenario de precipitaciones bajo lo normal o levemente bajo lo normal, lo que mantiene en alerta lo que podría ocurrir con la disponibilidad del recurso en los próximos meses tanto para el consumo humano como para la agricultura.

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Fuente: DiarioElDia Región