9 de enero de 2024
Más de 250 mil personas rindieron en noviembre de 2023 las Pruebas de Acceso a la Educación Superior, de las cuales 523 obtuvieron mil puntos en una o más de ellas. Sin embargo, para muchos el puntaje puede no haber sido el esperado o el necesario para postular y quedar admitido en la carrera y universidad deseadas, plazo que venció el viernes y cuyos resultados serán dados a conocer el martes 17 de enero.
¿Cómo afrontar el que las cosas no se hayan dado como se esperaba? Primero que todo, “respirar profundo y mantener la calma: no es el fin del mundo”, dice Gretchen Beiza, psicóloga de la red de colegios Cognita, con 17 establecimientos en Chile.
Si hay claridad de que la Universidad es su mayor anhelo y objetivo central, el estudiante puede inscribirse en algún preuniversitario -presencial, online o personalizado- para volver a preparar los contenidos que son evaluados en la PAES de invierno, en julio 2024. Además, algunas casas de estudio ofrecen el denominado Plan Académico de Bachillerato, que permite tener más tiempo para definir el área que más se aproxima a los intereses, vivenciando las asignaturas dentro del ambiente y la vida universitarios. Por último, para muchos jóvenes y familias este no es el único camino, también podrían serlo los institutos de formación técnica o bien la inserción en la vida laboral.
Sin embargo, antes de tomar cualquier decisión, la especialista plantea que el apoyo y la contención de los padres frente a un mal resultado, es fundamental. “La recomendación es contener y acompañar, ayudando a los hijos a aceptar que este sentimiento es temporal, pero, en definitiva, es sano vivirlo”.
En ese sentido, Gretchen Beiza explica que podría pasar que en este tiempo existan dudas respecto a la orientación vocacional o de la elección previa. “En esos casos, hay que volver al punto de inicio: una buena opción es buscar información sobre las carreras que le interesan y/o conversar con profesionales que estén ya trabajando en esas áreas, con el fin de conocer un poco más de qué trata cada una en la realidad”.
Finalmente, aun cuando los adolescentes están buscando independencia, la participación activa y el acompañamiento de los padres es un ingrediente importante para el éxito y enfrentar la decepción, que podría expresarse de distintas maneras. “Es importante señalar que el sentimiento de frustración que se produce cuando tenemos altas expectativas sobre algo y esto no se cumple, es absolutamente esperable, como también lo es una cierta dosis de ira, ansiedad o tristeza”, señala la psicóloga, por lo que se debe distinguir que un estado depresivo no es lo mismo que un estado de pena pasajera. Cuando dicha frustración causa un intenso estrés, que el/la joven no puede superar, que comienza a interferir en su vida diaria y en su desempeño habitual, cambiando hábitos de sueño, alimentación, ocio, socialización, higiene, etc., pudiendo incluso presentar síntomas somáticos como dolores de cabeza o estómago, entre otros, entonces sí es motivo de intervención, buscando apoyo profesional”, puntualiza la psicóloga de la red Cognita.