9 de junio de 2025
Nuevos antecedentes han salido a la luz pública en torno al crimen y posterior desaparición del cuerpo del químico farmacéutico, Francisco Albornoz, luego de la formalización de cargos en contra de los dos imputados por el homicidio del joven.
En su declaración ante la Fiscalía Metropolitana Oriente, el médico ecuatoriano, Christián González, afirmó que conoció al chef, José Baeza, el pasado 3 de abril por medio de la aplicación Grindr.
Según su testimonio, Baeza -a quien le decían Kai- le habría dado “datos de personas a las que yo le podía comprar diversos tipos de drogas. También recuerdo que me dijo que tenía una especie de fantasía, en el sentido de estar con alguien más joven y que le agradaba conocerme porque ante él yo me veía joven”.
Respecto del encuentro con la víctima, el cual se produjo el pasado 23 de mayo, González sostuvo que le pidió al chef “fotos del amigo y lo único que me mostró fue parte del rostro de Francisco. Kai me dijo que era amigo de esta tercera persona y que tenía 25 años. Kai me propone juntarnos los tres a las once de la noche del 23 de mayo en mi departamento de la comuna de Ñuñoa, a lo que yo accedí”.
En su declaración ante la Fiscalía, el médico ecuatoriano detalló que “el mismo día 23 de mayo cerca de las 21.15 horas fui hasta Avenida Bustamante y pagué en efectivo la cocaína. Compré cuatro bolsas que equivalen a $35000″.
Además, relató que “Kai hizo un gesto y salió a hablar con el tercer chico y le dijo que íbamos a usar un polvo que lo iba a anestesiar”. Posterior a eso, agrega que la víctima se sintió “muy mal, muy mareado, con las manos heladas y moradas”, por lo que comenzó a vomitar.
“No le sentía el pulso. Recuerdo que lo puse en el piso al lado de la cama y lo sostuve, y le dije a Kai que llamara la ambulancia, pero Kai me repetía continuamente que él no debía estar en mi casa, me decía textual: ‘No debo estar acá’, me dijo que se iba a ir a prisión”, agregó el imputado.
Asimismo, agregó que le hizo maniobras de reanimación a la víctima por 20 a 30 minutos, pero no tuvo éxito, momento en que “Kai me dice que había que ocultar el cuerpo, que había que dejarlo en algún otro lugar”.