Denuncian falta de contramuestra por anemia infecciosa equina

La Anemia Infecciosa Equina (AIE) sigue causando estragos en la Región de Coquimbo. Según el visor epidemiológico del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), ocho caballos han sido eutanasiados en la región desde que se detectaron los primeros casos en Limarí, una medida obligatoria debido a que la enfermedad no tiene cura y representa un riesgo permanente para otros equinos.

Aunque las cifras oficiales confirman el avance del brote, no reflejan completamente el dolor, el impacto emocional y la crisis laboral que enfrentan las familias rurales afectadas por la pérdida de sus animales. Actualmente, el SAG mantiene seis cuarentenas activas y 33 caballos bajo restricción sanitaria. Estas medidas tienen consecuencias directas en la vida diaria de los criadores: se suspenden actividades ecuestres, se paralizan trabajos agrícolas y se restringe completamente el movimiento de animales.

El primer caballo eutanasiado en la provincia fue "La Bendición", perteneciente a Cristóbal Olavarría, criador de carrera. Su caso marcó el inicio del temor en los corrales del Limarí. Cristóbal expresó su preocupación por la falta de una contramuestra antes de sacrificar un caballo, destacando la necesidad de verificar con mayor precisión los resultados diagnósticos.

Entre los afectados también se encuentra Julio Valdivia, preparador y domador de Ovalle, quien perdió dos caballos en su corral y quedó con el predio en cuarentena. Para él, el procedimiento fue particularmente duro, describiendo cómo ver a un caballo sano subir al camión era como perder a un miembro de la familia.

El dolor se extiende entre las familias afectadas. Bárbara Araya, de Punitaqui, lamenta la muerte de su caballo "Solito Él", destacando el impacto emocional que tuvo entregar a su mascota al SAG para ser sacrificada. La ausencia de una segunda muestra antes de tomar decisiones drásticas es una crítica común entre los criadores, quienes consideran que esta medida deja margen para errores.

Consultado sobre las críticas, el director regional (s) del SAG, Raúl Torres, enfatizó que la eutanasia es una medida obligatoria para controlar una enfermedad grave como la AIE. Explicó que el diagnóstico incluye una contramuestra realizada en el laboratorio oficial del servicio para confirmar los resultados iniciales. Además, defendió los procedimientos del SAG como necesarios para proteger la salud animal y humana.