1 de marzo de 2025
Francisco descansaba el sábado tras un alarmante contratiempo en su recuperación de dos semanas de una neumonía bilateral: los médicos tuvieron que ponerle ventilación mecánica no invasiva después de un ataque de tos en el que inhaló vómito que tuvo que ser extraído.
Los médicos dijeron que tardarían uno o dos días en evaluar cómo ha afectado el episodio, si es que lo ha hecho, al estado clínico general del pontífice argentino. Su pronóstico seguía siendo reservado, lo que significa que no estaba fuera de peligro.
En su breve parte matinal del sábado, el Vaticano dijo que “La noche ha transcurrido con tranquilidad, el papa está descansando.”
En su actualización del viernes por la tarde, la Santa Sede explicó que el religioso, de 88 años, sufrió una “crisis aislada de espasmo bronquial,” un ataque de tos en el que Francisco inhaló vómito, lo que provocó un “empeoramiento repentino del cuadro respiratorio”. Los médicos aspiraron el vómito y le colocaron ventilación mecánica no invasiva.
Francisco estuvo consciente y alerta en todo momento y cooperó con las maniobras para ayudarlo a recuperarse. Respondió bien, con un buen nivel de intercambio de oxígeno y continuó usando una máscara para recibir oxígeno suplementario, indicó el Vaticano.
El episodio supuso un revés en lo que habían sido dos días consecutivos de informes cada vez más optimistas. El doctor John Coleman señaló la fragilidad del pontífice y William Feldman apuntó era una buena señal permaneciera alerta y orientado.
Fernández, jefe de doctrina del Vaticano dirigiendo la oración diaria en la Plaza San Pedro por la salud del pontífice instando a rezar también por otros necesitados.