Vaticano revoca sanciones contra Felipe Berríos por certeza moral

El Vaticano ha tomado una decisión trascendental al resolver la apelación presentada por el sacerdote Felipe Berríos, determinando que "no se logró la certeza moral suficiente sobre los delitos denunciados". Con esta resolución, todas las sanciones eclesiásticas impuestas a Berríos, incluyendo su expulsión de la Compañía de Jesús y la prohibición de ejercer públicamente el ministerio, han sido levantadas, según informó la congregación a través de un comunicado.

Este revés marca un cambio significativo en un proceso que se inició en abril de 2022 y que hasta mayo de 2024 había culminado en duras sanciones basadas en la "verosimilitud" de los antecedentes. El estándar de "certeza moral" requerido en el derecho canónico exige pruebas contundentes, superiores a simples sospechas o indicios preliminares.

Felipe Berríos, reconocido por su labor social, fundador de Techo y figura destacada en debates sobre pobreza y derechos humanos, ha sido una figura relevante en la izquierda chilena gracias a su influencia política y mediática.

El caso que lo involucró surgió en 2022 cuando la Fundación para la Confianza presentó denuncias por "hechos de connotación sexual" contra siete mujeres, algunas menores en ese momento. Berríos siempre negó las acusaciones, calificándolas como "falsas" y "orquestadas".

Entre 2023 y 2025, las causas avanzaron tanto en la justicia chilena como en el Vaticano. En diciembre de 2025, la Corte de Apelaciones sobreseyó definitivamente las causas penales por prescripción. Paralelamente, el Vaticano revisó la apelación presentada en junio de 2024 y el 9 de diciembre de 2025 decidió anular todas las sanciones impuestas.

La resolución cuestionó la falta de "garantías mínimas de debido proceso" en la investigación inicial y consideró insuficientes los antecedentes probatorios.

Esta decisión ha generado opiniones encontradas. Mientras los seguidores de Berríos celebran su "vindicación", los defensores de las víctimas advierten que esta resolución representa un retroceso para la credibilidad institucional. La Compañía de Jesús aceptó la resolución sin realizar autocríticas, lo que también ha generado debate.

Berríos aún no ha emitido una nueva declaración, aunque previamente afirmó ser víctima de un proceso "injusto". Este caso vuelve a poner sobre la mesa tensiones entre justicia canónica, reparación a víctimas y transparencia eclesial.