Coleccionista exhibirá 800 Barbies en Ovalle

En una casa del centro de Ovalle, entre vitrinas, estantes y pequeñas figuras vestidas con trajes de gala, vive Ana María Vera, una mujer que convirtió su amor por las muñecas Barbie en una pasión que hoy la lleva a abrir su mundo al público.

Todo comenzó hace seis años, cuando quiso hacerle un regalo especial a su nieta, que vive fuera del país. "Le compré varias Barbies, les hice ropa, les conseguí muebles y cuando volví a Chile me dije: qué lindas están las Barbies. Sin querer empecé a juntar y ahora tengo más de ochocientas", cuenta entre risas.

Lo que nació como un gesto de cariño se transformó en una colección imponente. En cada rincón de su hogar hay muñecas con distintos estilos, épocas y personalidades: desde las clásicas rubias de los años 80 hasta modelos contemporáneos, con tatuajes, peinados coloridos o profesiones poco tradicionales. "Yo volví a ser niña con mis muñecas. Me entretengo con ellas, las peino, las visto, las ordeno. Son parte de mi día a día", confesó.

El arte del detalle y la paciencia

Detrás de cada vitrina hay horas de trabajo, creatividad y una cuota de nostalgia. Ana María no solo colecciona: repara, limpia y personaliza sus muñecas. "Si veo un diseño que me gusta, lo adapto. Tengo cajas llenas de zapatos, carteras y vestuarios. Muchas veces hago la ropa a mano", explica.

Su taller personal se llena de telas, hilos y pequeños accesorios. Cada Barbie tiene su propia historia. Una de sus favoritas es una muñeca inspirada en el Día de los Muertos; otra, una artista cubierta de tatuajes que refleja la rebeldía moderna. También conserva verdaderas joyas de colección, como las Fashion Royalty, muñecas de lujo con vestuarios diseñados por reconocidos modistas. "Cada una tiene algo que me enamora, no las compro por rareza o valor, sino porque me transmiten algo", señala.

Entre sus tesoros también hay piezas restauradas. Algunas llegaron en mal estado, sin ropa o con el cabello dañado, y ella las devolvió a la vida. "Cuando una se me pierde, puedo pasar tres horas buscándola. Las amo a todas por igual", dice mientras acomoda cuidadosamente una Barbie vestida de novia.

Un sueño que se abre al público

El próximo 25 y 26 de octubre, Ana María presentará parte de su colección en el Castillo de Ovalle, un recinto cargado de historia que se convertirá por dos días en un colorido reino de fantasía. "Va a ser la primera vez que se hace algo así en Ovalle y estoy feliz de poder compartirlo con la comunidad", comenta emocionada.

La exposición contará con distintas ambientaciones temáticas: novias, sirenas, enfermeras, personajes de fantasía y una sección especial de Halloween con brujas y vampiros. "Estoy preparando todo con mucho detalle. Quiero que sea una experiencia visual y emocional, que la gente sienta que vuelve a su infancia", explica.

Uno de los espacios más significativos será el dedicado a su carrera. Como enfermera jubilada, decidió recrear la evolución del uniforme de su profesión a través de las muñecas. "Les hice trajes de distintas épocas, desde los más antiguos hasta los actuales. Es una forma de homenajear lo que fui y lo que sigo sintiendo como vocación", afirma con orgullo.

Una muestra de nostalgia y creatividad

Aunque no podrá exhibir las más de ochocientas muñecas que conserva, cada una de las seleccionadas fue escogida con esmero. "No puedo llevarlas todas porque son muchísimas, pero igual va a ser preciosa", asegura. Su objetivo no es solo mostrar muñecas sino compartir emociones.

"Más que nada quiero entretener y que la gente disfrute. Todos tenemos un poco de ese espíritu de niño y mis muñecas hacen que uno vuelva a esa etapa. Yo creo que eso es lo que más me gusta de todo esto: ver a la gente sonreír y recordar", comenta.

La exposición será gratuita y abierta a todo público. Para Ana María significa cumplir un sueño y al mismo tiempo abrir una puerta a la imaginación colectiva. "Mis muñecas están muy bien vestidas en distintas poses; algunas tomando café; otras conversando. Tienen vida propia", dice entre risas.

"Porque para Ana María Vera cada muñeca parece tener un alma y una historia."

Fuente: DiarioElDia Región