











Jefe de zona de carabineros Coquimbo: lucha contra crimen organizado
El general asume el mando policial regional con el objetivo de reducir delitos y reforzar la confianza ciudadana. En entrevista con Diario El Día, detalla sus desafíos y la importancia de la cercanía con la comunidad.
29 de octubre de 2025
El general de Carabineros y nuevo jefe de Zona de la Región de Coquimbo, Christian Brebi Sáez, repasó su carrera y trazó los lineamientos de su gestión. Con una sólida formación en Criminalística, el oficial ha desarrollado labores en distintos puntos del país y en Santiago, donde se especializó. En entrevista con El Día, reconoce que su principal objetivo será fortalecer el vínculo entre la institución y la comunidad, así como continuar el trabajo coordinado con la PDI para reducir los índices delictuales.
Lo cierto es que el general Brebi asume la jefatura regional en un contexto complejo, marcado por el aumento de delitos violentos y la necesidad de fortalecer la confianza ciudadana. Su apuesta —basada en la modernización técnica, la cooperación interinstitucional y la cercanía con la comunidad— busca devolver tranquilidad y orgullo a una región que exige seguridad y presencia policial efectiva.
“Ingresé el año 1994. Soy el único integrante de Carabineros en mi familia. Mi vocación surgió cuando unos cadetes visitaron mi colegio, el Salesianos de Concepción. Me impresionó su visión del servicio público, y como estudiaba en un colegio con formación valórica cristiana, entendí que ese era mi camino. Postulé, quedé en la Escuela de Carabineros y me fui formando en distintas áreas, pero principalmente en la investigación criminalística forense”.
“Porque tengo una sensibilidad muy afinada. Me tocó ver casos relacionados con niños, con violencia y homicidios. Siempre sentí la necesidad de aportar a que la justicia encontrara respuestas. Creo profundamente en el concepto de justicia, en que hay hechos que deben sancionarse”.
TRABAJO LOCAL
“Primero que todo, bajar los índices delictuales. Y segundo, generar una muy buena relación entre la comunidad y Carabineros. Tenemos el apoyo de nuestras autoridades y eso se debe reconocer. Pero más allá de eso, mi foco está en trabajar con la comunidad: significa información, confianza y colaboración. Cada vez que la ciudadanía nos respalda, el resultado es valórico, no material”.
“Lo primero es continuar el trabajo que ya se ha hecho, reforzando los equipos que han dado buenos resultados investigativos. Pero quiero dar mayor énfasis al contacto con la comunidad, uno de mis pilares fundamentales”.
“Varias. Una de ellas es justamente atacar a las organizaciones criminales que operan en la región. Ya hemos logrado desbaratar algunas dedicadas al tráfico y microtráfico. En algunos sectores hemos incautado una cantidad importante de armas de fuego. El objetivo es claro: impedir que el crimen organizado se asiente en esta zona”.
“Sí, queremos potenciarlo. Presentaremos un proyecto al gobierno regional para obtener resultados de laboratorio más rápidos. A veces necesitamos análisis hematológicos, perfiles genéticos o trazas metálicas por uso de armas de fuego, y debemos enviar las muestras a otras regiones. Eso retrasa las investigaciones. Buscamos otorgar una respuesta mucho más oportuna al Ministerio Público”.
“Sí, me reuní con el delegado presidencial. Intercambiamos líneas de trabajo y coincidimos en la mayoría de los enfoques. Hay plena disposición para coordinar acciones conjuntas”.
“Por supuesto. Seguiremos realizando acciones coordinadas y comenzaremos a ejecutar operativos conjuntos con mayor periodicidad. Por razones estratégicas no puedo detallar cuándo, pero será algo sistemático”.
LA VOCACIÓN DE SER CARABINERO
“Es fundamental. Quiero reforzar la relación comunidad-Carabineros y mantener una total alineación con las autoridades. Me ha sorprendido gratamente comprobar que en esta región existe una visión compartida sobre el rol policial. Además, quiero invitar a los jóvenes y sus familias a acercarse a la institución. Necesitamos más oficiales y más carabineros que vean esta labor como una vocación de servicio”.
“El sueldo ha mejorado con los años, aunque claro, siempre quisiéramos que fuera mejor. Pero entendemos las condiciones del país. De todas formas, ser carabinero es una vocación: salvar una vida, evitar un accidente o asistir en una emergencia tiene un valor que no se mide en dinero”.
“Es exigente, sobre todo en estos cargos donde uno está 24/7 conectado. Ha sido duro, pero también gratificante. Llegar a esta región, con sus desafíos y virtudes, ha sido una gran experiencia”.
“Ha sido una vida de esfuerzo y estudio. Ser carabinero es una experiencia única. Cuando miro atrás veo todo lo que hemos hecho y lo que aún queda por hacer. Llevar este uniforme es un sello indeleble; ser carabinero es algo que se lleva grabado en la piel y en el alma”.
Fuente: DiarioElDia Región


































