1 de febrero de 2024
Todos podemos sentir celos en determinadas circunstancias de nuestra vida. Se trata de una reacción humana y natural ante la amenaza de pérdida de una relación que consideramos valiosa. Sin embargo, en ocasiones, la intensidad e irracionalidad de estos celos los convierten en un verdadero problema. La celopatía afecta gravemente la vida de todas las personas implicadas.
Los celos patológicos suelen provenir de la propia inseguridad personal y la necesidad de controlar al otro. Cuando el malestar que producen es tan elevado y descontrolado que nos lleva a cometer actos de violencia o coerción, necesitamos pedir ayuda.
¿Qué es la celopatía?
Cierto grado de celos puede considerarse normal dentro de una relación sana y madura. En este caso, ante la percepción de competencia o amenaza de pérdida de la pareja se desencadenaría una reacción comprensible y proporcionada. El individuo sería capaz de conversar de forma asertiva con su compañero acerca de la situación y llegar a una resolución.
En el caso de la celopatía hablamos de una convicción fija e invariable de estar siendo engañado por el otro. Incluso aunque exista abundante evidencia en contra, la persona continúa mostrándose desconfiada, irritable y agresiva. Y comienza una escalada de vigilancia, control y persecución con el fin de atrapar a su pareja siendo infiel.
Los celos patológicos son un fenómeno complejo que se manifiesta en todos los niveles de la persona. A nivel emocional siente un elevado malestar, ansiedad e inseguridad. Cognitivamente se presentan pensamientos intrusivos, con grado de convicción, acerca de la infidelidad del otro. Finalmente a nivel conductual se desatan una serie de rituales compulsivos cuyo objetivo es reasegurar continuamente la lealtad del otro.
En los casos más graves, la persona celotípica puede poner en marcha conductas agresivas y hostiles hacia su pareja y la supuesta tercera persona. Igualmente, puede recurrir a hacerse daño a sí mismo para tratar de manejar a su pareja mediante el sentimiento de culpa.
Celos obsesivos y celopatía: ¿son lo mismo?
Es pertinente tener en cuenta que los celos obsesivos no refieren al mismo fenómeno de los celos patológicos, ya que difieren en:
Síntomas de la celopatía
Algunas manifestaciones típicas de los celos patológicos son:
¿Cuál es el origen de los celos patológicos?
Existe la posibilidad de que la celopatía tenga una base orgánica y esté producida por condiciones como la demencia, el alcoholismo o el uso de ciertas drogas y medicamentos. Sin embargo, la mayoría de los casos tienen un origen psicológico asociado a la baja autoestima, la desconfianza en uno mismo o la dependencia emocional.
Asimismo, la celopatía suele estar asociada trastornos psicológicos como la esquizofrenia, el trastorno delirante o el trastorno obsesivo-compulsivo.
De esta forma, los celos, lejos de ser una expresión de amor, son el reflejo de la propia inseguridad y el fracaso en la gestión emocional. Incluso, aunque existiese una infidelidad consumada, sería posible distinguir a un individuo sano de otro celotípico por la desproporción de su reacción. En gran parte los celos tratan más de proteger el honor propio que de amar al otro.
Por ello, es frecuente que las personas con dificultades para gestionar sus emociones y estados internos desaten un repertorio de conductas de control. Los pensamientos relacionados con la infidelidad son permanentes, así como también lo son las excesivas demandas hacia la pareja.
La persona celotípica no respeta el espacio personal del otro y actúa desde la ansiedad y la hostilidad. Todo ello provoca un enorme deterioro en sus lazos afectivos y una enorme interferencia en la vida de ambos.
El mantenimiento de esta actitud dentro de la relación puede motivar a la pareja a buscar un refugio en otra persona, produciéndose así el efecto contrario que el celoso está buscando.
Consecuencias de los celos en la pareja
Si los celos están a la orden del día en una relación de pareja y se manifiestan con mucha intensidad, el vínculo poco a poco irá dañándose; siendo los efectos más comunes:
¿Se puede tratar la celopatía?
Cuando existe este problema es necesario recurrir a profesionales especializados que puedan ofrecernos la ayuda necesaria. En ocasiones están indicados ciertos tipos de fármacos, pero cuando la celopatía no tiene un origen orgánico, la exposición con prevención de respuesta constituye la alternativa más eficaz.
En este caso se trata de construir junto con la persona una jerarquía de las situaciones que desencadenan sus celos para, a continuación, comenzar a exponerse a ellas gradualmente. Esta exposición se lleva a cabo tanto en imaginación como en vivo, con el objetivo de lograr que la persona se habitúe a las mismas y estas dejen de provocar ansiedad.
Además, se utiliza la prevención de respuesta con el fin de dejar de reforzar esos celos con las conductas de control. Una vez la persona se expone a la situación se le impide realizar ninguna conducta compulsiva de reaseguración. De esta manera, se logra manejar la intensidad emocional que experimenta la persona y eliminar sus comportamientos y reacciones inadecuadas. Por último, puede ser útil en algunos casos acompañar el tratamiento con reestructuración cognitiva.
¿Qué hacer si sufres de celos patológicos?
Si sientes que tus celos son incontrolables y que afectan significativamente a la relación, lo más recomendable es acudir con un profesional. Recordemos que detrás de este fenómeno se esconden problemas graves que requieren ser atendidos por un especialista.
Por su parte, si estás consciente de que tus celos son desproporcionados y están provocando mucho malestar en ambos, te aconsejamos lo siguiente:
Evita interpretaciones sin fundamento
El celoso tiende a interpretar la realidad de la peor manera posible. Por ejemplo, si la pareja no contesta sus llamadas, pensará que está con su amante, que no quiere hablar con él o ella, que ya no le quiere, entre otros.
Sin embargo, detrás de ese suceso pueden estar sucediendo otros contextos que no corresponde con sus pensamientos. Pues la pareja puede estar ocupada en otros asuntos, estar conduciendo o en una reunión de trabajo importante, por ejemplo.
Identifica los pensamientos rumiativos y evítalos
Las creencias sobre la infidelidad de tu pareja pueden ser incontrolables y generar mucho malestar. Así que cada vez que te percibas pensando sobre ello, reformula la situación y corta el pensamiento de raíz.
Por ejemplo, si te quedaste pensando que no te contestaba el teléfono porque estaba con su amante, sé consciente de que puedes estar malinterpretando los hechos y enfócate en otra cosa.
Trabaja en la confianza hacia tu pareja
Es importante que aprendas a confiar en tu pareja y sepas que está contigo porque te quiere. Si no eres capaz de asumir esta postura, ¿de qué sirve seguir manteniendo la relación? O dicho de otra manera, si estás seguro de que tu pareja te engaña, ¿por qué seguir allí?
Fortalece tu autoestima
La raíz de los celos suelen ser las inseguridades personales, y detrás de las inseguridades se suele esconder la siguiente creencia: “no soy lo suficientemente bueno y por eso mi pareja me puede dejar por otra persona mejor que yo”.
Por tanto, es importante que aprendamos a cultivar el amor propio; sin ello, las parejas pueden volverse muy dependientes al otro.
Para concluir, resaltamos la importancia de acudir con un profesional para atender los celos patológicos, recordemos que estamos ante una situación que suele provocar mucho daño y malestar en los involucrados.