22 de enero de 2024
La NASA ha anunciado que la tan esperada misión para llevar astronautas de regreso a la Luna, después de 50 años, será pospuesta hasta 2026.
Durante una teleconferencia, la agencia espacial de Estados Unidos explicó que esta decisión se tomó con el fin de brindar más tiempo a los equipos del proyecto Artemis para garantizar la seguridad de los viajes.
Originalmente programada para noviembre de 2024, la misión Artemis 2, cuyo objetivo es realizar un sobrevuelo alrededor del satélite con cuatro tripulantes, ahora está prevista para septiembre de 2025. Asimismo, el lanzamiento de Artemis 3, que tiene como propósito enviar astronautas a la superficie lunar por primera vez desde 1972, estaba planeado para septiembre de 2025 y ha sido reprogramado para septiembre de 2026.
"La seguridad es nuestra principal prioridad y queremos darles más tiempo a los equipos de Artemis para superar los desafíos relacionados con el desarrollo, las operaciones y la integración", declaró Bill Nelson, administrador de la NASA durante la teleconferencia. "No volaremos hasta que estemos preparados. La seguridad es primordial", recalcó Nelson.
Artemis 2 está destinada a ser una antesala crucial para Artemis 3, ya que esta última tiene como objetivo llevar a Estados Unidos al polo sur lunar por primera vez en su historia. Estos retrasos se dan en medio del trabajo continuo por parte del equipo técnico en resolver problemas relacionados con baterías, ventilación del aire y control térmico dentro de las naves espaciales.
El anuncio sobre estos ajustes en el calendario llega un día después del fracaso experimentado por Peregrine, una misión privada operada por Astrobotic Technology. Tras seis horas desde su exitoso despegue hacia la Luna, Peregrine no logró completar su viaje con éxito.
El programa Artemis representa un paso crucial en los planes futuros de exploración espacial humana; diseñado como precursor para futuras misiones tripuladas a Marte. Iniciando en 2022 con un sobrevuelo no tripulado alrededor de,la Luna utilizando la nave Orión; sin embargo este primer intento también enfrentó dificultades técnicas inesperadas relacionadas con el desgaste prematuro del revestimiento térmico.
Estos contratiempos demuestran lo complejo y desafiante que resulta llevar adelante misiones espaciales ambiciosas; sin embargo también subrayan el compromiso inquebrantable tanto por parte de entidades gubernamentales como privadas hacia alcanzar nuevos hitos históricos en nuestra exploración fuera del planeta Tierra.