9 de julio de 2025
La renuncia - que podría ser forzada- por parte del exadministrador de la municipalidad de La Serena, José Moraga Lira - aunque la respuesta oficial del municipio indica que sería por razones personales - ha puesto en el tapete una serie de situaciones que ocurrirían al interior de la actual administración, las cuales, revelarían una serie de debilidades de la alcaldesa Daniela Norambuena en cuanto al manejo de sus equipos.
Uno de los primeros escollos que debió sortear, fue precisamente la llegada de su administrador municipal, a quien le precedían algunos antecedentes no muy positivos, como el haber sido destituido como concejal de El Quisco por faltas a la probidad, o una sanción por conducir en estado de ebriedad, situación que la alcaldesa pasó por alto, destacando sus capacidades profesionales.
Sin embargo, lo que habría detrás de su nombramiento serían en realidad, presiones políticas de alto nivel de su propia colectividad - desde donde le habrían recomendado su nombre - mismas presiones que podría enfrentar ahora para destinarlo a otro puesto al interior del municipio, aunque ya no en primera línea.
Otra de las situaciones que ha debido sortear Norambuena dice relación con las comunicaciones institucionales, pues en siete meses ya cuenta a su haber con dos encargados del área. No obstante, profesionales de la prensa local aseguran que, en ocasiones, deben recurrir directamente a la edil para obtener informaciones de temas diversos al no encontrar respuestas en dicha repartición. Y es que una de las críticas apunta a la ausencia de un lineamiento claro en dicha área, dejando expuesta a la propia alcaldesa.
Otro aspecto que no estaría siendo bien manejado sería la sobreexposición de la alcaldesa en redes sociales, ya que en muchos casos, la información podría ser canalizada por medio de los jefes de servicio y propiciar así, que la edil asuma temas de mayor peso y profundidad.
Los fallos comunicacionales se denotarían, por ejemplo, al no saber manejar, precisamente en el día del cumpleaños de Norambuena, la salida del administrador municipal y un impasse que afectó al periodista de Mi Radio, Héctor Fábrega, quien habría sido vapuleado al llegar esa mañana al municipio con la intención de hacer un despacho. La situación estaría ligada tangencialmente a la renuncia del administrador municipal.
Pero las situaciones más complejas que se han vivido recientemente tienen que ver con su relación con otras autoridades de su misma línea política. Como ocurrió con el reciente impasse sucedido el viernes 4 de julio durante una ceremonia clave para la seguridad de La Serena.
El gobernador Cristóbal Juliá, invitado a la actividad por la renovación del comodato para la futura subcomisaría de Carabineros en San Joaquín, se retiró molesto del lugar tras esperar más de 20 minutos a la alcaldesa Daniela Norambuena sin obtener respuesta clara sobre su paradero por parte del equipo municipal.
La escena no fue menor pues la presencia del gobernador no solo tenía un componente institucional sino también político: se trataba de un hito simbólico de coordinación entre niveles de gobierno en torno a una preocupación ciudadana como es la seguridad. La ausencia y descoordinación logística fueron interpretadas como una falta hacia la autoridad regional encendiendo alertas en el equipo gubernamental.
Aunque hubo llamados posteriores al retiro del gobernador, la molestia ya estaba instalada. Y si bien ambas autoridades han mantenido un tono prudente formalmente se comenta en círculos políticos que esta relación atraviesa uno de sus momentos más fríos desde que comparten responsabilidades territoriales.
Más allá del hecho puntual este episodio refleja las dificultades que enfrenta esta administración comunal en términos coordinación y gestión política particularmente en eventos importantes. En un escenario donde Norambuena enfrenta cuestionamientos internos este tipo errores debilitan aún más su percepción como líder.
La alcaldesa Norambuena enfrenta ahora el desafío ordenar su equipo interno y reforzar su agenda política con señales mayor articulación territorial. En ese contexto el jefe gabinete podría comenzar estar bajo evaluación especialmente si estos errores comienzan repetirse.
En política las formas importan. Y el fondo este nuevo roce institucional va más allá retraso: habla equilibrios -y desencuentros- entre autoridades locales regionales año clave marcado agendas cargadas elecciones horizonte ciudadanía cada vez más atenta gestos coordinación desencuentro toman decisiones.