La investigación de la pastilla anticonceptiva masculina ha dado un paso crucial con el i nicio de los ensayos clínicos de la píldora YCT-529. Tras obtener resultados exitosos en pruebas con animales, la novedosa píldora, que no afecta las hormonas masculinas, ha sido aprobada para ser probada en humanos. Desarrollada por un equipo de la Universidad de Minnesota y la Universidad de Columbia, esta pastilla anticonceptiva actúa sobre el receptor alfa del ácido retinoico, una p roteína esencial en la producción de espermatozoides, interrumpiendo el desarrollo de los espermatozoides y provocando infertilidad de manera temporal. Los resultados en ratones y primates no humanos fueron prometedores, mostrando una reducción drástica en la producción de espermatozoides sin efectos secundarios peligrosos. Según el estudio, un 99% de los animales que recibieron el tratamiento se volvieron estériles en tan solo cuatro semanas, pero su fertilidad volvió a la normalidad seis semanas después de interrumpir el tratamiento. La autora principal del estudio, Nadja Mannowetz, señala que “Con una tasa de embarazos no deseados cercana al 50% en EE.UU. y a nivel mundial, necesitamos más opciones anticonceptivas, especialmente para los hombres”, complementó. “Una píldora masculina segura y eficaz ofrecerá más opciones anticonceptivas a las parejas. Permitirá un reparto más equitativo de la responsabilidad de la planificación familiar y brindará autonomía reproductiva a los hombres ”; señaló por su parte Gunda Georg, autora del estudio.
Se llaman Rómulo y Remo, tienen seis meses y su aullido parece el del cachorro de cualquier otro mamífero similar. Se trata de dos ejemplares de lobos, pero no son lobos cualquiera: se trata de la especie Aenocyon dirus o lobo terrible (o lobo gigante), un animal que lleva extinto casi 13.000 años, y que la empresa Colossal Bioscience asegura haber sido capaz de 'revivir', convirtiéndolo en el primer animal desextinto de la historia. Estos dos lobos fueron rescatados de la extinción a través de modificaciones genéticas derivadas de un genoma completo del lobo terrible, reconstruido meticulosamente por Colossal a partir de ADN antiguo, hallado en fósiles que datan de hace entre 11.500 y 72.000 años, asegura la compañía en un comentario publicado en las redes sociales, junto a las imágenes de los cánidos. Este momento marca no sólo un hito para nosotros como empresa, sino también un gran avance para la ciencia, la conservación y la humanidad. Colossal Bioscience asegura que su objetivo siempre ha sido revolucionar la historia y convertirse en la primera empresa en utilizar con éxito la tecnología CRISPR para la desextinción de especies previamente extintas. Al conseguirlo, seguimos impulsando nuestra gran misión: aceptar el deber de la humanidad de restaurar la Tierra a un estado más saludable. Ahora, cierra los ojos y esculla este aullido una vez más : estas palabras acompañan a un vídeo en el que se puede ver a dos cachorros de color blanco aullando sin parar. Además de estos dos cachorros, también hay un ejemplar femenino, llamado Khaleesi, que tiene sólo tres meses. ¿Cómo se 'desextingue' un animal? Desde la compañía explican cómo han sido capaces de hacer 'revivir' a este animal: Con la ayuda de una hábil ingeniería genética y ADN antiguo y preservado, los científicos de Colossal han logrado descifrar el genoma del lobo terrible, reescribir el código genético del lobo gris común, para que coincidiera con él, y utilizando perras domésticas como 'madres sustitutas', trajeron al mundo a Rómulo y Remo y a Khalessi —en partos separados, en otoño los primeros y en invierno, la última—, desextinguiendo así por primera vez una especie animal cuyo acervo genético vivo desapareció hace mucho tiempo, explican. Para poder 'desextinguir' al lobo gigante, se llevaron a cabo sólo 20 modificaciones en 14 genes del lobo gris común. Es una cantidad insignificante, teniendo en cuenta que el lobo posee unos 19.000 genes —los humanos y los ratones tienen cerca de 30.000—. Según relataron en la revista TIME , estas pequeñas modificaciones dieron lugar a grandes diferencias entre estas especies, como el color blanco del pelaje, pero también un mayor tamaño, unos hombros con más fuerza, una cabeza más ancha, patas más musculosas y dientes y mandíbulas más grandes. A esto se le suma una vocalización característica y particular del lobo gigante. El genoma del lobo terrible analizado para determinar cuáles fueron esos cambios se extrajo de dos muestras muy antiguas : un diente, con 13.000 años, hallado en Sheridan Pit (Ohio) y el hueso de un oído, de 72.000 años, desenterrado en American Falls (Idaho). Las muestras forman parte de la colección de dos museos, pero los prestaron para poder realizar los trabajos de laboratorio pertinentes. Este no es el único proyecto que tiene en proceso Colossal Bioscience: también está en proceso de 'desextinguir' otros animales desaparecidos, como el dodo o el mamut lanudo , que creen que podría estar 'listo' antes de 2028, o el tilacino o tigre de Tasmania , un animal cuya población se fue reduciendo por acción del hombre hasta desaparecer en 1936, cuando falleció el último ejemplar vivo, un tilacino en cautiverio, que murió de frío. Rómulo y Remo vs. Dolly La clonación genética, por norma general, necesita una muestra de tejido de un animal donante para aislar una única célula. Es el núcleo de esa célula, que contiene todo el ADN del animal, el que se extrae y se inserta en un óvulo cuyo núcleo ha sido extraído. Se deja que el óvulo se desarrolle, hasta llegar al punto de embrión, para después implantarlo en el útero de una 'madre sustituta'. El cachorro resultante es un duplicado genético exacto del animal donante original. Este es el proceso que se llevó a cabo con la oveja Dolly, el primer animal clonado de la historia, en 1996. Sin embargo, en el caso de estos lobos gigantes el enfoque ha sido diferente: se aislaron unas células pero no de una muestra de tejido de lobo gris donante, sino de su sangre. Las células seleccionadas se conocen como células progenitoras endoteliales, que forman el revestimiento de los vasos sanguíneos. Los científicos reescribieron los 14 genes clave del núcleo para que coincidieran con los del lobo terrible y fue este núcleo el que se transfirió a un óvulo desnucleado. Los científicos, según explican desde TIME, fueron capaces de producir 45 óvulos modificados, que se desarrollaron en embriones de laboratorio. Estos se implantaron en las 'madres sustitutas', mixtas de sabueso, elegidas principalmente por su salud pero también por su tamaño, ya que se esperaba que dieran a luz a cachorros de gran tamaño. En cada madre, un embrión logró seguir adelante y procedió a un embarazo a término. Desde la revista apuntan, además, que ninguna de las 'madres sustitutas' sufrió abortos ni muerte fetal. El 1 de octubre de 2024, nacieron Rómulo y Remo; unos meses después, el 30 de enero de 2025, nació Khalessi. Los lobos gigantes son los animales en los que se inspiró George R. R. Martin, en su saga 'Canción de hielo y fuego' —posteriormente llevada a la pequeña pantalla como 'Juego de tronos'— para 'diseñar' a los lobos huargo de la familia Stark.
A pesar de que el amor es una experiencia puramente subjetiva y emocional, en el fondo, su origen es completamente biológico. Detrás de todos los sentimientos que nos desbordan cuando nos enamoramos (ya sea a primera, segunda o tercera vista), existe un proceso neuroquímico en el que intervienen varias sustancias, principalmente la dopamina, la oxitocina y la serotonina. cómo consiguen estos compuestos tan simple crear las famosas “mariposas en el estómago”. DOPAMINA, DE LA ATRACCIÓN Y LA RECOMPENSA Como todo, el enamoramiento también tiene una serie de pasos, y el primero está protagonizado por un pequeño neurotransmisor fundamental en el sistema de recompensa cerebral: la dopamina. Este sistema, ubicado en el circuito mesolímbico, es el responsable de generar y producir el placer y la motivación cuando una persona experimenta algo de lo que disfruta, como comer, escuchar música o, como puedes imaginar, enamorarse. ¿Cómo ocurre este primer paso? Sencillo: cuando vemos a alguien del que nos sentimos atraídos, nuestro hipotálamo activa la liberación de dopamina en el núcleo accumbens, una región cerebral muy estrechamente asociada al placer y a la recompensa. Esta es sintetizada en ese núcleo, a partir del aminoácido tirosina, el cual se convierte en L-DOPA, antes de transformarse de nuevo en la dopamina funcional. Y la síntesis de dopamina es sinónimo de muchas cosas. De euforia, de energía, de fijación, de deseo o de comportamiento adictivo. Por ejemplo, cuando estás en frente a alguien que te gusta, tiendes a sentir una gran emoción, tu cerebro asocia su presencia al placer, te incita a buscar su compañía y, de hecho, pueden llegarse a observar patrones muy similares a los observados en la adicción a sustancias como la cocaína, ya que el circuito de recompensa se activa de manera parecida. No obstante, para bien o para mal, la síntesis de dopamina es solo una fase. Con el tiempo, el cerebro deja de liberar grandes cantidades de dopamina en respuesta a la misma persona, lo que nos lleva a un estado de amor más estable, sano e independiente. Y, justo aquí, es donde entra en juego la oxitocina. OXITOCINA, DEL APEGO EMOCIONAL Así, a medida que avanza la relación, la euforia inicial de la dopamina da paso a una sensación mucho más profunda de conexión y apego. Se trata de una situación estable donde la protagonista es la oxitocina, una neurohormona que se produce en el hipotálamo y que es liberada por la hipófisis posterior. Concretamente, la oxitocina tiende a liberarse en cantidades enormes durante el contacto físico, especialmente en situaciones de intimidad, como los abrazos, los besos y las relaciones sexuales. De esta forma, una vez liberada, se une directamente a receptores en la amígdala y el núcleo accumbens, lo que da lugar a que se la persona experimente sentimientos relacionados con el apego, la confianza y la reducción del miedo, del estrés o la ansiedad. Incluso, en estudios con roedores monógamos, se ha observado que los niveles altos de oxitocina promueven la exclusividad y la fidelidad en las relaciones. La oxitocina tiende a liberarse en cantidades enormes durante el contacto físico, especialmente en situaciones de intimidad, como los abrazos, los besos y las relaciones sexuales. Además, la oxitocina está estrechamente relacionada con otra hormona llamada vasopresina que, en palabras simples, promueve sentimientos relacionados con el refuerzo de los lazos de pareja y la aparición de conductas de protección y compromiso a largo plazo. Es decir, sin oxitocina, el amor romántico perdería por completo su estabilidad: al final, es la hormona que nos permite vincularnos emocionalmente a nuestra pareja más allá de esa atracción inicial. SEROTONINA, DEL EQUILIBRIO EMOCIONAL Y, mientras la dopamina nos impulsa a buscar el placer, y la oxitocina refuerza el compromiso con la pareja, la serotonina juega un papel clave en la regulación del estado de ánimo. Se trata de una hormona sintetizada a partir del triptófano, un aminoácido que se encuentra en ciertos alimentos y cuya producción ocurre principalmente en las neuronas del núcleo del rafe, desde donde se distribuye al resto de las regiones cerebrales. La serotonina tiende a aumentar a lo largo que la relación avanza, permitiéndonos recuperar el equilibrio emocional. Curiosamente, durante las primeras fases del enamoramiento, los niveles de serotonina están significativamente bajos y, mientras la relación se estabiliza, estos tienden a ir subiendo de manera progresiva. ¿Cuáles son las consecuencias de esto? Pues, justamente, esa primera reducción genera un comportamiento similar al observado en personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), lo que explica por qué en esta fase del amor pensamos constantemente en la persona amada, sentimos una gran necesidad de contacto o, incluso, llegamos a experimentar ansiedad cuando no estamos cerca de ella. Pero, tranquilo, al igual que con las otras dos hormonas, esta tampoco se mantiene inmutable. Como ya adelantamos, la serotonina tiende a aumentar a lo largo que la relación avanza, permitiéndonos recuperar el equilibrio emocional. Es justo en ese punto cuando el amor deja de ser una obsesión : la dopamina baja, la oxitocina sube y la serotonina se estabiliza. Parece que esas son las claves químicas para una relación estable y madura.
Desde hace décadas, los científicos han intentado desentrañar el misterio de por qué los humanos son la única especie en la Tierra capaz de desarrollar un lenguaje complejo y articular palabras con fluidez. Mientras que muchos animales pueden comunicarse a través de sonidos, gestos y señales, ninguna otra especie tiene la capacidad de hablar como lo hacemos los humanos. Ahora, una investigación podría acercarnos a la respuesta, y todo se reduce a un gen clave: NOVA1. El gen NOVA1 está relacionado con el desarrollo neuronal y se cree que ha influido en la evolución de nuestra capacidad para hablar. La versión humana de este gen difiere de la encontrada en neandertales, denisovanos y otros animales por un pequeño cambio de aminoácido. Sin embargo, esa pequeña diferencia parece ser la clave que desveló el lenguaje humano. Descubren la razón de por qué solo los humanos pueden hablar Un estudio, publicado en Nature Communications, exploró los efectos de la versión humana de NOVA1 en ratones, revelando cambios significativos en la actividad cerebral y la modulación de los sonidos. El experimento consistió en modificar genéticamente ratones para que expresaran la versión humana del gen NOVA1. Los investigadores observaron que estos ratones mostraban cambios significativos en su actividad cerebral y en su capacidad para emitir vocalizaciones. Si bien los ratones se desarrollaron con normalidad, sus vocalizaciones cambiaron. Las crías de ratón con el gen humano emitieron llantos diferentes al separarse de sus madres, y los machos adultos modificaron sus llamadas ultrasónicas de apareamiento, creando patrones sonoros únicos. “Descubrimos que, al ‘transliterar’ los chillidos de los ratones con la variante [gen del lenguaje] específica de los humanos, eran diferentes a los de los ratones de tipo salvaje”, declaró Robert B. Darnell, autor del estudio y director del Laboratorio de Neurooncología Molecular de la Universidad Rockefeller. “Además, el hallazgo sugiere que NOVA1 juega un papel clave en la regulación de los genes asociados con la vocalización, lo que refuerza la hipótesis de su importancia en la evolución del lenguaje humano”, explicó Yoko Tajima, primera autora del estudio y asociada postdoctoral en el laboratorio de Darnell. Si bien los ratones modificados no comenzaron a hablar en un sentido humano, los cambios observados en su actividad neuronal proporcionan pistas sobre cómo NOVA1 pudo haber ayudado a nuestros ancestros a desarrollar la capacidad de hablar. Los investigadores examinaron más a fondo el ADN de los neandertales y los denisovanos, descubrieron que estos antiguos humanos tenían la misma versión de NOVA1 que otros animales, lo que significa que carecían de la mutación encontrada en los humanos modernos. Los “Pensamos: ¡Guau! No nos lo esperábamos. Fue uno de esos momentos realmente sorprendentes de la ciencia”, añadió Darnell. El estudio refuerza la idea de que el lenguaje humano no surgió de la nada, sino que fue el resultado de cambios biológicos acumulativos a lo largo de la evolución. La capacidad de hablar probablemente evolucionó debido a una combinación de factores genéticos, anatómicos y culturales. “Nuestros datos muestran que una población ancestral de humanos modernos en África desarrolló la variante humana I197V, que posteriormente se volvió dominante, quizás porque confería ventajas relacionadas con la comunicación vocal. Esta población abandonó África y se expandió por todo el mundo”, comentó Darnell. Además, el estudio sugiere que la versión humana de NOVA1 pudo haber jugado un papel en la mejora de la plasticidad neuronal y la sincronización de señales entre distintas áreas del cerebro, factores cruciales para el desarrollo del lenguaje complejo. Sin embargo, l os científicos enfatizan que la evolución del lenguaje no depende exclusivamente de este gen. Otras diferencias biológicas también han sido esenciales en nuestra capacidad para hablar. Por ejemplo, la estructura única de la laringe humana y el control motor refinado de nuestros labios, lengua y cuerdas vocales también han jugado un papel fundamental. Además, el desarrollo de un cerebro altamente complejo, con áreas especializadas como el área de Broca y el área de Wernicke, ha permitido a los humanos procesar y producir lenguaje de una manera sin precedentes en el reino animal. Todo esto indica que el habla no depende de un solo gen, sino de una red compleja de factores genéticos y anatómicos que trabajan en conjunto. Comprender cómo funciona NOVA1 podría ayudar a desarrollar nuevas estrategias para tratar afecciones como la dispraxia verbal y otros trastornos del habla. A medida que la ciencia avanza, quizás en el futuro descubramos aún más secretos sobre el origen del lenguaje y cómo nuestra biología nos permitió convertirnos en la especie parlante por excelencia.
El lenguaje se ha considerado durante mucho tiempo un rasgo exclusivamente humano, con características que lo distinguen de la comunicación de todas las demás especies. Sin embargo, una nueva investigación ha descubierto la misma estructura estadística que caracteriza el lenguaje humano en los sonidos, comúnmente referidos como cantos, que emiten las ballenas jorobadas, también conocidas como yubartas. El estudio lo ha realizado un equipo integrado, entre otros, por Ellen Garland de la Universidad de St Andrews en el Reino Unido, Inbal Arnon de la Universidad Hebrea de Jerusalén en Israel y Emma Carroll de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda. El canto de las ballenas jorobadas es uno de los ejemplos más sorprendentes de comportamiento socialmente aprendido y transmitido culturalmente en un animal no humano. El canto de las ballenas exhibe una estructura sistemática, pero hasta ahora había pocas pruebas de que esta estructura fuera como la del lenguaje humano. Uno de los grandes retos a los que se enfrentan las investigaciones sobre la comunicación no humana es averiguar cuáles son las partes relevantes del sistema. La clave para el hallazgo realizado en el nuevo estudio fue utilizar conocimientos sobre cómo los bebés descubren palabras en el habla y aplicarlos a ocho años de datos sobre el canto de ballenas jorobadas recogidos en Nueva Caledonia. Los autores del estudio descubrieron que el canto de las ballenas investigadas mostraba las mismas propiedades estadísticas clave presentes en todas las lenguas humanas conocidas. Detectaron partes recurrentes cuya frecuencia seguía de cerca una distribución sesgada particular, no encontrada anteriormente en ningún otro animal no humano. Este estudio revela un asombroso punto en común entre dos especies no relacionadas (el ser humano y la ballena jorobada) unidas por el hecho de que su sistema de comunicación se transmite culturalmente. Esto subraya el papel crucial del aprendizaje y la transmisión de conocimientos en la aparición de estructuras dentro de tales sistemas. Los aspectos fundamentales del lenguaje humano, que antes se consideraban el sello distintivo de la singularidad humana, pueden ser compartidos por especies evolutivamente distantes. El estudio se titula “Whale song shows language-like statistical structure”. Y se ha publicado en la revista académica Science. (Fuente: NCYT de Amazings)
La investigación de la pastilla anticonceptiva masculina ha dado un paso crucial con el i nicio de los ensayos clínicos de la píldora YCT-529. Tras obtener resultados exitosos en pruebas con animales, la novedosa píldora, que no afecta las hormonas masculinas, ha sido aprobada para ser probada en humanos. Desarrollada por un equipo de la Universidad de Minnesota y la Universidad de Columbia, esta pastilla anticonceptiva actúa sobre el receptor alfa del ácido retinoico, una p roteína esencial en la producción de espermatozoides, interrumpiendo el desarrollo de los espermatozoides y provocando infertilidad de manera temporal. Los resultados en ratones y primates no humanos fueron prometedores, mostrando una reducción drástica en la producción de espermatozoides sin efectos secundarios peligrosos. Según el estudio, un 99% de los animales que recibieron el tratamiento se volvieron estériles en tan solo cuatro semanas, pero su fertilidad volvió a la normalidad seis semanas después de interrumpir el tratamiento. La autora principal del estudio, Nadja Mannowetz, señala que “Con una tasa de embarazos no deseados cercana al 50% en EE.UU. y a nivel mundial, necesitamos más opciones anticonceptivas, especialmente para los hombres”, complementó. “Una píldora masculina segura y eficaz ofrecerá más opciones anticonceptivas a las parejas. Permitirá un reparto más equitativo de la responsabilidad de la planificación familiar y brindará autonomía reproductiva a los hombres ”; señaló por su parte Gunda Georg, autora del estudio.
Se llaman Rómulo y Remo, tienen seis meses y su aullido parece el del cachorro de cualquier otro mamífero similar. Se trata de dos ejemplares de lobos, pero no son lobos cualquiera: se trata de la especie Aenocyon dirus o lobo terrible (o lobo gigante), un animal que lleva extinto casi 13.000 años, y que la empresa Colossal Bioscience asegura haber sido capaz de 'revivir', convirtiéndolo en el primer animal desextinto de la historia. Estos dos lobos fueron rescatados de la extinción a través de modificaciones genéticas derivadas de un genoma completo del lobo terrible, reconstruido meticulosamente por Colossal a partir de ADN antiguo, hallado en fósiles que datan de hace entre 11.500 y 72.000 años, asegura la compañía en un comentario publicado en las redes sociales, junto a las imágenes de los cánidos. Este momento marca no sólo un hito para nosotros como empresa, sino también un gran avance para la ciencia, la conservación y la humanidad. Colossal Bioscience asegura que su objetivo siempre ha sido revolucionar la historia y convertirse en la primera empresa en utilizar con éxito la tecnología CRISPR para la desextinción de especies previamente extintas. Al conseguirlo, seguimos impulsando nuestra gran misión: aceptar el deber de la humanidad de restaurar la Tierra a un estado más saludable. Ahora, cierra los ojos y esculla este aullido una vez más : estas palabras acompañan a un vídeo en el que se puede ver a dos cachorros de color blanco aullando sin parar. Además de estos dos cachorros, también hay un ejemplar femenino, llamado Khaleesi, que tiene sólo tres meses. ¿Cómo se 'desextingue' un animal? Desde la compañía explican cómo han sido capaces de hacer 'revivir' a este animal: Con la ayuda de una hábil ingeniería genética y ADN antiguo y preservado, los científicos de Colossal han logrado descifrar el genoma del lobo terrible, reescribir el código genético del lobo gris común, para que coincidiera con él, y utilizando perras domésticas como 'madres sustitutas', trajeron al mundo a Rómulo y Remo y a Khalessi —en partos separados, en otoño los primeros y en invierno, la última—, desextinguiendo así por primera vez una especie animal cuyo acervo genético vivo desapareció hace mucho tiempo, explican. Para poder 'desextinguir' al lobo gigante, se llevaron a cabo sólo 20 modificaciones en 14 genes del lobo gris común. Es una cantidad insignificante, teniendo en cuenta que el lobo posee unos 19.000 genes —los humanos y los ratones tienen cerca de 30.000—. Según relataron en la revista TIME , estas pequeñas modificaciones dieron lugar a grandes diferencias entre estas especies, como el color blanco del pelaje, pero también un mayor tamaño, unos hombros con más fuerza, una cabeza más ancha, patas más musculosas y dientes y mandíbulas más grandes. A esto se le suma una vocalización característica y particular del lobo gigante. El genoma del lobo terrible analizado para determinar cuáles fueron esos cambios se extrajo de dos muestras muy antiguas : un diente, con 13.000 años, hallado en Sheridan Pit (Ohio) y el hueso de un oído, de 72.000 años, desenterrado en American Falls (Idaho). Las muestras forman parte de la colección de dos museos, pero los prestaron para poder realizar los trabajos de laboratorio pertinentes. Este no es el único proyecto que tiene en proceso Colossal Bioscience: también está en proceso de 'desextinguir' otros animales desaparecidos, como el dodo o el mamut lanudo , que creen que podría estar 'listo' antes de 2028, o el tilacino o tigre de Tasmania , un animal cuya población se fue reduciendo por acción del hombre hasta desaparecer en 1936, cuando falleció el último ejemplar vivo, un tilacino en cautiverio, que murió de frío. Rómulo y Remo vs. Dolly La clonación genética, por norma general, necesita una muestra de tejido de un animal donante para aislar una única célula. Es el núcleo de esa célula, que contiene todo el ADN del animal, el que se extrae y se inserta en un óvulo cuyo núcleo ha sido extraído. Se deja que el óvulo se desarrolle, hasta llegar al punto de embrión, para después implantarlo en el útero de una 'madre sustituta'. El cachorro resultante es un duplicado genético exacto del animal donante original. Este es el proceso que se llevó a cabo con la oveja Dolly, el primer animal clonado de la historia, en 1996. Sin embargo, en el caso de estos lobos gigantes el enfoque ha sido diferente: se aislaron unas células pero no de una muestra de tejido de lobo gris donante, sino de su sangre. Las células seleccionadas se conocen como células progenitoras endoteliales, que forman el revestimiento de los vasos sanguíneos. Los científicos reescribieron los 14 genes clave del núcleo para que coincidieran con los del lobo terrible y fue este núcleo el que se transfirió a un óvulo desnucleado. Los científicos, según explican desde TIME, fueron capaces de producir 45 óvulos modificados, que se desarrollaron en embriones de laboratorio. Estos se implantaron en las 'madres sustitutas', mixtas de sabueso, elegidas principalmente por su salud pero también por su tamaño, ya que se esperaba que dieran a luz a cachorros de gran tamaño. En cada madre, un embrión logró seguir adelante y procedió a un embarazo a término. Desde la revista apuntan, además, que ninguna de las 'madres sustitutas' sufrió abortos ni muerte fetal. El 1 de octubre de 2024, nacieron Rómulo y Remo; unos meses después, el 30 de enero de 2025, nació Khalessi. Los lobos gigantes son los animales en los que se inspiró George R. R. Martin, en su saga 'Canción de hielo y fuego' —posteriormente llevada a la pequeña pantalla como 'Juego de tronos'— para 'diseñar' a los lobos huargo de la familia Stark.
A pesar de que el amor es una experiencia puramente subjetiva y emocional, en el fondo, su origen es completamente biológico. Detrás de todos los sentimientos que nos desbordan cuando nos enamoramos (ya sea a primera, segunda o tercera vista), existe un proceso neuroquímico en el que intervienen varias sustancias, principalmente la dopamina, la oxitocina y la serotonina. cómo consiguen estos compuestos tan simple crear las famosas “mariposas en el estómago”. DOPAMINA, DE LA ATRACCIÓN Y LA RECOMPENSA Como todo, el enamoramiento también tiene una serie de pasos, y el primero está protagonizado por un pequeño neurotransmisor fundamental en el sistema de recompensa cerebral: la dopamina. Este sistema, ubicado en el circuito mesolímbico, es el responsable de generar y producir el placer y la motivación cuando una persona experimenta algo de lo que disfruta, como comer, escuchar música o, como puedes imaginar, enamorarse. ¿Cómo ocurre este primer paso? Sencillo: cuando vemos a alguien del que nos sentimos atraídos, nuestro hipotálamo activa la liberación de dopamina en el núcleo accumbens, una región cerebral muy estrechamente asociada al placer y a la recompensa. Esta es sintetizada en ese núcleo, a partir del aminoácido tirosina, el cual se convierte en L-DOPA, antes de transformarse de nuevo en la dopamina funcional. Y la síntesis de dopamina es sinónimo de muchas cosas. De euforia, de energía, de fijación, de deseo o de comportamiento adictivo. Por ejemplo, cuando estás en frente a alguien que te gusta, tiendes a sentir una gran emoción, tu cerebro asocia su presencia al placer, te incita a buscar su compañía y, de hecho, pueden llegarse a observar patrones muy similares a los observados en la adicción a sustancias como la cocaína, ya que el circuito de recompensa se activa de manera parecida. No obstante, para bien o para mal, la síntesis de dopamina es solo una fase. Con el tiempo, el cerebro deja de liberar grandes cantidades de dopamina en respuesta a la misma persona, lo que nos lleva a un estado de amor más estable, sano e independiente. Y, justo aquí, es donde entra en juego la oxitocina. OXITOCINA, DEL APEGO EMOCIONAL Así, a medida que avanza la relación, la euforia inicial de la dopamina da paso a una sensación mucho más profunda de conexión y apego. Se trata de una situación estable donde la protagonista es la oxitocina, una neurohormona que se produce en el hipotálamo y que es liberada por la hipófisis posterior. Concretamente, la oxitocina tiende a liberarse en cantidades enormes durante el contacto físico, especialmente en situaciones de intimidad, como los abrazos, los besos y las relaciones sexuales. De esta forma, una vez liberada, se une directamente a receptores en la amígdala y el núcleo accumbens, lo que da lugar a que se la persona experimente sentimientos relacionados con el apego, la confianza y la reducción del miedo, del estrés o la ansiedad. Incluso, en estudios con roedores monógamos, se ha observado que los niveles altos de oxitocina promueven la exclusividad y la fidelidad en las relaciones. La oxitocina tiende a liberarse en cantidades enormes durante el contacto físico, especialmente en situaciones de intimidad, como los abrazos, los besos y las relaciones sexuales. Además, la oxitocina está estrechamente relacionada con otra hormona llamada vasopresina que, en palabras simples, promueve sentimientos relacionados con el refuerzo de los lazos de pareja y la aparición de conductas de protección y compromiso a largo plazo. Es decir, sin oxitocina, el amor romántico perdería por completo su estabilidad: al final, es la hormona que nos permite vincularnos emocionalmente a nuestra pareja más allá de esa atracción inicial. SEROTONINA, DEL EQUILIBRIO EMOCIONAL Y, mientras la dopamina nos impulsa a buscar el placer, y la oxitocina refuerza el compromiso con la pareja, la serotonina juega un papel clave en la regulación del estado de ánimo. Se trata de una hormona sintetizada a partir del triptófano, un aminoácido que se encuentra en ciertos alimentos y cuya producción ocurre principalmente en las neuronas del núcleo del rafe, desde donde se distribuye al resto de las regiones cerebrales. La serotonina tiende a aumentar a lo largo que la relación avanza, permitiéndonos recuperar el equilibrio emocional. Curiosamente, durante las primeras fases del enamoramiento, los niveles de serotonina están significativamente bajos y, mientras la relación se estabiliza, estos tienden a ir subiendo de manera progresiva. ¿Cuáles son las consecuencias de esto? Pues, justamente, esa primera reducción genera un comportamiento similar al observado en personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), lo que explica por qué en esta fase del amor pensamos constantemente en la persona amada, sentimos una gran necesidad de contacto o, incluso, llegamos a experimentar ansiedad cuando no estamos cerca de ella. Pero, tranquilo, al igual que con las otras dos hormonas, esta tampoco se mantiene inmutable. Como ya adelantamos, la serotonina tiende a aumentar a lo largo que la relación avanza, permitiéndonos recuperar el equilibrio emocional. Es justo en ese punto cuando el amor deja de ser una obsesión : la dopamina baja, la oxitocina sube y la serotonina se estabiliza. Parece que esas son las claves químicas para una relación estable y madura.
Desde hace décadas, los científicos han intentado desentrañar el misterio de por qué los humanos son la única especie en la Tierra capaz de desarrollar un lenguaje complejo y articular palabras con fluidez. Mientras que muchos animales pueden comunicarse a través de sonidos, gestos y señales, ninguna otra especie tiene la capacidad de hablar como lo hacemos los humanos. Ahora, una investigación podría acercarnos a la respuesta, y todo se reduce a un gen clave: NOVA1. El gen NOVA1 está relacionado con el desarrollo neuronal y se cree que ha influido en la evolución de nuestra capacidad para hablar. La versión humana de este gen difiere de la encontrada en neandertales, denisovanos y otros animales por un pequeño cambio de aminoácido. Sin embargo, esa pequeña diferencia parece ser la clave que desveló el lenguaje humano. Descubren la razón de por qué solo los humanos pueden hablar Un estudio, publicado en Nature Communications, exploró los efectos de la versión humana de NOVA1 en ratones, revelando cambios significativos en la actividad cerebral y la modulación de los sonidos. El experimento consistió en modificar genéticamente ratones para que expresaran la versión humana del gen NOVA1. Los investigadores observaron que estos ratones mostraban cambios significativos en su actividad cerebral y en su capacidad para emitir vocalizaciones. Si bien los ratones se desarrollaron con normalidad, sus vocalizaciones cambiaron. Las crías de ratón con el gen humano emitieron llantos diferentes al separarse de sus madres, y los machos adultos modificaron sus llamadas ultrasónicas de apareamiento, creando patrones sonoros únicos. “Descubrimos que, al ‘transliterar’ los chillidos de los ratones con la variante [gen del lenguaje] específica de los humanos, eran diferentes a los de los ratones de tipo salvaje”, declaró Robert B. Darnell, autor del estudio y director del Laboratorio de Neurooncología Molecular de la Universidad Rockefeller. “Además, el hallazgo sugiere que NOVA1 juega un papel clave en la regulación de los genes asociados con la vocalización, lo que refuerza la hipótesis de su importancia en la evolución del lenguaje humano”, explicó Yoko Tajima, primera autora del estudio y asociada postdoctoral en el laboratorio de Darnell. Si bien los ratones modificados no comenzaron a hablar en un sentido humano, los cambios observados en su actividad neuronal proporcionan pistas sobre cómo NOVA1 pudo haber ayudado a nuestros ancestros a desarrollar la capacidad de hablar. Los investigadores examinaron más a fondo el ADN de los neandertales y los denisovanos, descubrieron que estos antiguos humanos tenían la misma versión de NOVA1 que otros animales, lo que significa que carecían de la mutación encontrada en los humanos modernos. Los “Pensamos: ¡Guau! No nos lo esperábamos. Fue uno de esos momentos realmente sorprendentes de la ciencia”, añadió Darnell. El estudio refuerza la idea de que el lenguaje humano no surgió de la nada, sino que fue el resultado de cambios biológicos acumulativos a lo largo de la evolución. La capacidad de hablar probablemente evolucionó debido a una combinación de factores genéticos, anatómicos y culturales. “Nuestros datos muestran que una población ancestral de humanos modernos en África desarrolló la variante humana I197V, que posteriormente se volvió dominante, quizás porque confería ventajas relacionadas con la comunicación vocal. Esta población abandonó África y se expandió por todo el mundo”, comentó Darnell. Además, el estudio sugiere que la versión humana de NOVA1 pudo haber jugado un papel en la mejora de la plasticidad neuronal y la sincronización de señales entre distintas áreas del cerebro, factores cruciales para el desarrollo del lenguaje complejo. Sin embargo, l os científicos enfatizan que la evolución del lenguaje no depende exclusivamente de este gen. Otras diferencias biológicas también han sido esenciales en nuestra capacidad para hablar. Por ejemplo, la estructura única de la laringe humana y el control motor refinado de nuestros labios, lengua y cuerdas vocales también han jugado un papel fundamental. Además, el desarrollo de un cerebro altamente complejo, con áreas especializadas como el área de Broca y el área de Wernicke, ha permitido a los humanos procesar y producir lenguaje de una manera sin precedentes en el reino animal. Todo esto indica que el habla no depende de un solo gen, sino de una red compleja de factores genéticos y anatómicos que trabajan en conjunto. Comprender cómo funciona NOVA1 podría ayudar a desarrollar nuevas estrategias para tratar afecciones como la dispraxia verbal y otros trastornos del habla. A medida que la ciencia avanza, quizás en el futuro descubramos aún más secretos sobre el origen del lenguaje y cómo nuestra biología nos permitió convertirnos en la especie parlante por excelencia.
El lenguaje se ha considerado durante mucho tiempo un rasgo exclusivamente humano, con características que lo distinguen de la comunicación de todas las demás especies. Sin embargo, una nueva investigación ha descubierto la misma estructura estadística que caracteriza el lenguaje humano en los sonidos, comúnmente referidos como cantos, que emiten las ballenas jorobadas, también conocidas como yubartas. El estudio lo ha realizado un equipo integrado, entre otros, por Ellen Garland de la Universidad de St Andrews en el Reino Unido, Inbal Arnon de la Universidad Hebrea de Jerusalén en Israel y Emma Carroll de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda. El canto de las ballenas jorobadas es uno de los ejemplos más sorprendentes de comportamiento socialmente aprendido y transmitido culturalmente en un animal no humano. El canto de las ballenas exhibe una estructura sistemática, pero hasta ahora había pocas pruebas de que esta estructura fuera como la del lenguaje humano. Uno de los grandes retos a los que se enfrentan las investigaciones sobre la comunicación no humana es averiguar cuáles son las partes relevantes del sistema. La clave para el hallazgo realizado en el nuevo estudio fue utilizar conocimientos sobre cómo los bebés descubren palabras en el habla y aplicarlos a ocho años de datos sobre el canto de ballenas jorobadas recogidos en Nueva Caledonia. Los autores del estudio descubrieron que el canto de las ballenas investigadas mostraba las mismas propiedades estadísticas clave presentes en todas las lenguas humanas conocidas. Detectaron partes recurrentes cuya frecuencia seguía de cerca una distribución sesgada particular, no encontrada anteriormente en ningún otro animal no humano. Este estudio revela un asombroso punto en común entre dos especies no relacionadas (el ser humano y la ballena jorobada) unidas por el hecho de que su sistema de comunicación se transmite culturalmente. Esto subraya el papel crucial del aprendizaje y la transmisión de conocimientos en la aparición de estructuras dentro de tales sistemas. Los aspectos fundamentales del lenguaje humano, que antes se consideraban el sello distintivo de la singularidad humana, pueden ser compartidos por especies evolutivamente distantes. El estudio se titula “Whale song shows language-like statistical structure”. Y se ha publicado en la revista académica Science. (Fuente: NCYT de Amazings)