14 de julio de 2025
La presencia de un ejemplar de tiburón peregrino en las costas de Tongoy ha generado sorpresa por su tamaño e imponencia, pero también se ha convertido en una valiosa oportunidad de estudio para especialistas y académicos. Este tiburón, caracterizado por su carácter dócil y una dieta completamente inofensiva para el ser humano, está protegido por normativas ambientales y legales, lo que lo convierte en un objeto de estudio relevante.
El avistamiento de este ejemplar permite a los investigadores conocer mejor sus costumbres, desplazamientos y dinámica poblacional. Según el investigador asociado al Laboratorio de Paleobiología del CEAZA, Pablo Oyanadel, hasta 2014 se habían registrado 106 especies de peces cartilaginosos en aguas chilenas, entre ellas el tiburón peregrino. Oyanadel destacó que esta especie es el segundo tiburón más grande del mundo, después del tiburón ballena, pudiendo alcanzar entre 6 y 11 metros de largo y pesar hasta cuatro toneladas.
"Su avistamiento actual no es común, pero tampoco es un hecho extraordinario. La frecuencia de los registros es muy baja, con décadas de diferencia entre un caso y otro."
Según Oyanadel, se han documentado 30 avistamientos de tiburón peregrino en Chile entre 1905 y 2009, tanto en la costa continental como en las islas. Destacó que la Ley 20.525 prohíbe su captura, retención y transporte, protegiendo a todos los tiburones en el país.
"Cada avistamiento entrega datos relevantes sobre su comportamiento. Es un tiburón bastante enigmático."
A diferencia del tiburón blanco, conocido por ser agresivo, el tiburón peregrino es completamente inofensivo y se alimenta de plancton. El académico del Departamento de Biología Marina de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte, Enzo Acuña Soto, valoró positivamente el avistamiento de esta especie en las costas de la región.
"Cada avistamiento de una especie menos común es una buena noticia, porque nos recuerda que aún podemos disfrutar de su presencia en la naturaleza."
Acuña descartó que ver un ejemplar de tiburón peregrino sea necesariamente un indicio de contaminación o pérdida de hábitat. Recalcó que su presencia es normal y saludable para el ecosistema marino. Además, entregó recomendaciones a quienes pudieran encontrarse con uno:
"Mi consejo, tanto para pescadores como para toda la comunidad, es que valoren y cuiden la naturaleza, y aprecien la oportunidad de ver un tiburón peregrino en nuestras costas. No representa ningún peligro para las personas."
Fuente: DiarioElDia Región