11 de mayo de 2022
Desaparecer sin previo aviso y permanecer dos días sin ningún tipo de contacto con la familia o los amigos. ¿El resultado? La desesperación de su círculo más cercano y, por supuesto, un nivel de alarma que se vuelve viral. Eso es lo que algunos niños, niñas y adolescentes buscan a través del nuevo desafío presente en redes sociales, llamado “48 Hour Challenge”, la secuela de otros juegos que han estado de moda, como “Momo”, “La ballena azul”, el “Abecedario del diablo”, entre otros. Mientras más viralizado esté el llamado a buscarlo y encontrar al niño, más puntos gana. El reto comenzó en Europa, llegó a México y se investiga un posible caso en Chile.
Sin embargo, la pregunta que los adultos se hacen actualmente es: ¿qué hace que un niño o adolescente se fascine con una acción como ésta? Y es que, bajo la apariencia de un simple juego entre amigos, hay situaciones de enorme riesgo, que pueden producir lesiones graves o incluso la muerte. Para algunos especialistas es la “dictadura del like”, un esfuerzo a toda costa por ganar popularidad. Para Healthy Children, revista publicada por la Academia Estadounidense de Pediatría, “los retos virales tienen tanto éxito entre los adolescentes, porque su cerebro todavía está en desarrollo, algo que les hace ser más impulsivos, provocando que actúen sin tener en cuenta las consecuencias”.
La psicóloga Patricia Herrera, Encargada de Convivencia Escolar del colegio Pumahue de Puerto Montt, parte de la red Cognita, con 14 colegios en todo Chile, complementa que: “tanto a los niños como a los adolescentes les cuesta medir riesgos, e incluso, las consecuencias de sus actos; es parte de su proceso de desarrollo que como todo, hay que ir formando y reforzando constantemente, por lo que el diálogo y la confianza con sus padres es un elemento principal para evitar ciertos eventos complejos”.
Y es que la rutina de uso de las nuevas tecnologías también ayuda a que se produzcan estos hechos: más del 60% de los adolescentes usa las TIC sin supervisión, y el 45% no las utiliza de manera responsable. “No cualquier niño caería en este tipo de situaciones, es más probable que lo hagan aquellos que no tienen el acompañamiento ni la supervisión necesaria respecto al uso, manejo y cuidado que deben tener en relación a las redes sociales, lo cual debe generarse desde el momento que se decide que los hijos tengan acceso a estas plataformas”, recomienda la Encargada de Convivencia Escolar de Pumahue Puerto Montt, de la red Cognita.
Existen campañas de prevención hechas por Policía de Investigaciones, Ministerio de Educación y fundaciones especializadas, a las que se puede acudir en busca de ayuda y consultar para guiarse, pero según la psicóloga, el mejor factor de protección es “Generar espacios de encuentro y diálogo familiar de manera constante, así como también tener momentos específicos con cada hijo. Con los más pequeños, puede ser la hora de acostarse y, con los más grandes, durante las comidas”, finaliza Patricia Herrera, psicóloga de Cognita.